08 mayo 2024 | 10:36 am Por: Redacción

Los retos pendientes

El sector citrícola debe virar hacia variedades más rentables

El sector citrícola debe virar hacia variedades más rentables
En la actualidad, el sector citrícola peruano representa el sustento para más de 25.000 familias en todo el país, gracias a las aproximadamente 80.000 hectáreas cultivadas con las 4 principales especies de cítricos: mandarinas, naranjas, limones/limas y toronjas.

Por: César Peschiera, presidente de Procitrus

(Agraria.pe) Si bien los cítricos se cultivan desde hace muchos años en el país, el Perú ingresa al mercado mundial de cítricos en 1996 con los primeros envíos aéreos a Europa. Los años que siguieron significaron un rápido aprendizaje, respecto a cómo lograr cada vez mejores arribos a los mercados de destino. De esa manera, en el 2000 se produce el gran despegue gracias al aprendizaje logrado y en gran medida a la muy acertada decisión del gobierno al promulgar la Ley de Promoción Agraria Ley 27360, que contribuyó a la formalización del agro nacional y fue punto de partida para grandes inversiones en los campos.

El Perú siempre fue un gran productor de cítricos, tanto en la selva central con la naranja de jugo como en la costa norte del país con la producción de limón sutil, este último muy arraigado a nuestra gastronomía. Sin embargo, fue la mandarina la que conquistó los mercados del mundo, producida en la costa central del país en medio de condiciones ideales de clima para cultivar diversas variedades.

Sin embargo, los tiempos cambian. Y cambian tanto que variedades de un cultivo otrora de gran demanda y éxito ya no lo son tanto entre las preferencias de los consumidores.  Es así que hoy 2024, variedades libres de patente, antes exitosas, como nuestras mandarinas Satsuma o los tangelos Minneola, han perdido terreno y competitividad enfrentando también costos de producción más elevados dado los grandes efectos negativos de la pésima decisión del gobierno de turno que hacia finales del año 2020 derogó la exitosa Ley 27360 y promulgó en reemplazo la Ley 31110, ley por decir lo menos gravosa y que ha constituido un freno a las buenas y grandes inversiones. Claramente, una pésima decisión de Estado que comienza a verse reflejada en las cifras de exportación que se van deteniendo e incluso retrocediendo.

Ante este escenario, al productor que hoy sigue bregando en el día a día, no le queda otra opción que evaluar seriamente (y más temprano que tarde) la necesidad de virar su estrategia hacia un cambio de variedades de cítricos, dejando de lado las antiguas, e instalando variedades patentadas nuevas de mayor demanda y mejores perspectivas en cuanto a precios y retornos, que les permitan seguir haciendo rentable y viable el negocio. O de lo contrario, incluso, evaluar el cambio hacia otro cultivo, distinto al cítrico, en caso las condiciones agroclimáticas del terreno no resulten las mejores para estas nuevas variedades.

Las variedades patentadas, así como la cada vez mayor demanda por otros cítricos peruanos como las limas y los limones, abren también nuevas oportunidades de siembra en lugares en los que anteriormente tal vez no se contemplaba la producción de cítricos en el país.

Es por demás importante analizar muy bien los detalles al momento de tomar estas decisiones, pues hoy en día el margen para el error es mucho menor, dados los mayores costos desde la producción hasta la colocación del producto en el mercado. Y para ello, es necesario mirar con mucho detenimiento qué es lo que otros países competidores están haciendo, qué están plantando, en qué proporción, pues ya estamos hoy en día viendo como incluso variedades de mandarina patentadas como la Nadorcott y la Tango, se cotizan a menores precios, dada la sobre oferta en los mercados.

Resulta entonces necesario enfrentar el reto y desafío de nuestro actual sector citrícola realizando los cambios hacia variedades más rentables que aseguren un alto precio en el mercado internacional, pero que indudablemente significan una alta inversión por parte del empresario. Modular este cambio para no fracasar en el intento es fundamental para retomar y continuar en la senda de crecimiento que nos caracterizó entre el 2000 y 2020.

Es crucial recuperar la competitividad en la citricultura peruana con la finalidad de seguir impulsando el desarrollo de un sector que resulta indispensable no solo para la gastronomía peruana sino más importante aún para la alimentación del poblador peruano, para los mercados internacionales del hemisferio norte y para los miles de familias que viven y dependen de la producción y del comercio nacional e internacional de nuestros cítricos.

El reto es grande, el momento es hoy.

Fuente: Redagrícola

 

Etiquetas: citricos