18 septiembre 2019 | 08:55 am Por: Redacción

Sostuvo la especialista Isabel Quiroz en conferencia organizada por Bayer

El público sigue buscando uvas crujientes, de color uniforme y buen sabor, pero hay que cuidarse de no saturar el mercado

El público sigue buscando uvas crujientes, de color uniforme y buen sabor, pero hay que cuidarse de no saturar el mercado
Hoy las uvas de mesa deben cumplir estas características y además producirse de forma sostenible para alcanzar a un público que está cada vez más atento a todos los factores en la producción.

(Agraria.pe) Isabel Quiroz, directora ejecutiva de IQConsulting de Chile, visitó recientemente nuestro país para participar de la conferencia “Nuevas variedades de uva y tendencias mundiales por demanda de fruta sostenible” que organizó Bayer, y dejó varias definiciones interesantes sobre el mercado de la uva de mesa.

En conversación con Agraria.pe, Quiroz dijo que una gran diferencia entre las nuevas variedades de uva y las más antiguas es que estas tenían menos tiempo de poscosecha y por eso se deterioraban más fácilmente al llegar al mercado. “Eso ha hecho que las nuevas variedades, con mejor condición, mejor terminadas, sean las que hoy atraen más; pero una uva tradicional bien terminada que cumpla con todas esas características se va a vender bien”, observó.

Ante un público especializado en el sector convocado por Bayer, recalcó asimismo que el mercado de hoy sigue buscando en estos frutos características definidas como que sean crujientes, que muestren un color uniforme y tengan buen sabor, siempre cuidando el plano de la oferta para no saturar el mercado.

Sobre este aspecto, recordó que a nivel global se desató mucha competencia entre productores como Chile, Perú, México e India, los cuales buscaban cada uno conquistar su espacio con un gran volumen de oferta, lo que fue contraproducente. “Y no es que Chile o Perú produjeran fruta de menos calidad que hace 10 años, sino que el volumen disponible en el mercado permitió que el consumidor buscara lo que más le convenía”, sostuvo.

El futuro de la Red Globe
Consultada por el panorama para la variedad Red Globe, Isabel Quiroz puso como ejemplo lo que sucedió con Chile y su gran producción de manzanas, la cual ya no encontraba donde colocarse y provocó que los precios bajen. Esa caída, dijo, se detiene en un momento y el precio se estabiliza, que es el punto en que se puede decir que se ha capturado un nicho y a partir del cual se puede hacer negocio. Ese es el destino de la uva Red Globe.

En este ámbito, agregó, será fundamental el rol del mercado chino, principal plaza para esta variedad, pero cuyos gustos fueron variando conforme las nuevas generaciones migraron hacia otros países como Estados Unidos o Australia, donde adquirieron costumbres alimenticias distintas y conocieron las uvas seedless.

Es por esta razón que hoy, consideró la especialista, las uvas Red Globe están confinadas a los chinos que ya conocen el fruto y no se hacen problemas con las pepas. Además, que en ellos el tamaño, la forma y el color les evoca el tiempo en que la conocieron y era la alternativa de más alta calidad.

“Ese nicho creo que está circunscrito a la gente mayor en China; no va a seguir creciendo y a los que les gusta consumir uva con semilla van a ser pocos los nuevos que se integren, pero va a ser un nicho más especializado”.

Sostenibilidad
Finalmente, destacó que además de ser deliciosa y atractiva, la fruta hoy debe producirse de forma sostenible, lo que significa tener cuidado en tres áreas importantes: que todos los trabajadores de la cadena reciban ingresos justos, que la producción sea sustentable desde el punto de vista medioambiental y que sean socialmente equilibrados.

Es por estas consideraciones que hoy se han generado múltiples certificaciones que apuntan al cuidado de aspectos productivos relacionados al ambiente, pago justo al productor y demás, las cuales son reconocidos por los consumidores. “Asistiremos a un periodo de promoción de muchas certificaciones sustentables; los supermercados con las suyas propias, gobiernos, regiones, asociaciones de productores… debemos evaluar cuál es el sello que mejor representa lo que hago y sea reconocible por los compradores. Si hay un sello que no promociona o identifica al consumidor con lo que busca, no sirve”, finalizó Quiroz.