COLUMNA DE:
Angel Manero

Angel Manero

Ingeniero Agroindustrial con Maestría en Administración de Agronegocios. Consultor senior en Desarrollo Productivo y Negocios Agrarios.
19 mayo 2017 | 11:31 am Por: Angel Manero

QUO VADIS PEQUEÑA AGRICULTURA

QUO VADIS PEQUEÑA AGRICULTURA

La pequeña agricultura abastece el 70% de los alimentos que consumimos los peruanos e involucra a cerca de dos millones de familias; es la principal actividad económica de nuestro sector rural. Su desarrollo depende de tres factores claves: mercado, productividad y externalidades climáticas.

El mercado depende de elementos estructurales como tamaño e ingreso de la población, conectividad y factores transaccionales. El Perú tiene un bono demográfico que ayuda a impulsar la demanda, la economía sigue creciendo, la conectividad mejora y los costos transaccionales tienden a disminuir. Si agregamos un sistema de información que permita evitar la sobreoferta y campañas de promoción comercial (elementos que ya venimos trabajando) podemos tener una expectativa optimista acerca de los mercados.

La productividad requiere atender al cultivo con buenas semillas, fertilización, control sanitario, riego, buenas prácticas culturales y apropiada post cosecha. Aplicar bien lo anterior, requiere de asistencia técnica.

Un agricultor de papa de Huancavelica nunca comprará semillas certificadas si estima que puede haber sequía, si tiene dudas del manejo del cultivo, si no cuenta con abonos, o teme a las heladas.

El agua es nuestra primera preocupación, para eso el programa Sierra Azul está invirtiendo S/ 300 millones a fin de asegurar el recurso hídrico; y esto solo es el comienzo; se viene la etapa de “reconstrucción con cambios” que contempla las inversiones para tener una infraestructura hídrica moderna.

Para ampliar la cobertura de la asistencia técnica hemos implementado SERVIAGRO de la mano con los gobiernos regionales. Estos técnicos en el campo, se suman a la transferencia tecnológica que realizan INIA, SENASA, AGRORURAL, PSI y Sierra y Selva Exportadora.

Es necesario que el agricultor cuente con los insumos suficientes para asegurar un alto rendimiento de sus cultivos. Según el último censo (CENAGRO 2012) solo el 25.3% de los productores usan abonos en cantidad suficiente.  En cualquier sistema de producción (convencional o ecológico) se necesita capital de trabajo para fertilizar apropiadamente; y aquí es necesario el financiamiento.

Según el CENAGRO 2012, solo 1 de cada 10 productores acceden al financiamiento; además 19,890 productores solicitaron crédito y les fue negado. También reporta que el 17.1% de los productores no solicita financiamiento porque no tiene garantías y el 28.5% porque las tasas son muy altas.

La Dirección General Agrícola del MINAGRI, estima que cerca de 100 mil agricultores pueden acceder al crédito en la medida que implementemos esquemas que ayuden a garantizar el financiamiento, mayor acceso a información para que las entidades financieras privadas (IFIs) realicen una apropiada valoración del riesgo crediticio y facilitemos mecanismos de transferencia del riesgo climático.

El Ministerio está desarrollando el Programa TASA 1 (1% de interés mensual/12% de interés anual) este programa combina la utilización de fondos de garantía, fondeo para las IFIs en operaciones estructuradas con mercado asegurado (precio mínimo garantizado) y asistencia técnica de SERVIAGRO. Todo lo anterior respaldado por un seguro al crédito agropecuario (aprobado mediante DU 007-2017) que nos permita transferir el riesgo climático de las operaciones.

Actualmente estamos ejecutando el plan de reactivación agrícola que involucra la atención a 37,500 hectáreas de las regiones más afectadas por las inundaciones, consiste de un bono para capital de trabajo, semillas, fertilizantes, maquinaria, asistencia técnica y compradores. Es un plan articulado con gobiernos regionales, locales y organizaciones de usuarios de riego. Este esquema puede ser sostenible en los próximos años utilizando el programa TASA 1.

Estamos promoviendo los mercados, la productividad y la transferencia de riesgos a fin de facilitar la sostenibilidad de la pequeña agricultura, que va camino a crecer más del 5% anual al 2021.