(Agraria.pe) Mediante un convenio de cooperación técnica, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), a través del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), y la ONG CABI Plantwise para América Latina y el Caribe, vienen impulsando estrategias para masificar la transferencia de tecnologías que permitan conservar la calidad de las plantas de cultivos a nivel nacional.
El trabajo técnico contempla el desarrollo de actividades conjuntas de asistencia técnica al sector agropecuario a través de la implementación de Módulos de Asistencia Técnica- Clínicas de Plantas (MAT-CP), el cual busca difundir tecnologías innovadoras en sanidad y contribuir a disminuir la incidencia de plagas, enfermedades, malezas y otros problemas de salud de los cultivos.
Producto de este trabajo, que rige desde el año 2012, más de 80 mil pequeños y medianos productores de las regiones del Cusco, Lima, Junín, Ayacucho, San Martín, Puno, Cajamarca y Lambayeque han adoptado tecnologías agrarias que vienen protegiendo la calidad de las plantas de cultivos de papa, maíz, quinua, arroz, cacao, café, tomate, entre otros.
La doctora Yelitza Colmenares de nacionalidad colombiana, directora regional de CABI Plantwise para América Latina y el Caribe, llegó al Perú con el fin de informar los logros obtenidos en este período de trabajo y, a su vez, renovar el convenio con el fin de beneficiar a más productores. En la presente entrevista, nos señala que el éxito de esta Red de Asistencia Técnica radica en el trabajo articulado con el INIA.
¿La Clínica Plantwise ha permitido fortalecer la relación con el productor?
El programa busca trabajar con la comunidad científica de cada país -como lo es el Midagri-INIA- para que, a través de ella, podamos llegar al pequeño y mediano productor con tecnologías sustentables que permitan generar cultivos saludables y el manejo eficiente de plagas y enfermedades que atacan a los cultivos. Esta articulación viene fortaleciendo no sólo la productividad, sino también la confianza de los agricultores en las distintas regiones en las que tenemos cobertura.
¿De qué forma se han articulado estas acciones de transferencia en favor de los productores?
Para nosotros ha sido vital el trabajo articulado con el INIA porque, a través de esta entidad, se ha podido afianzar sinergias con las agencias agrarias, gobiernos locales, regionales y provinciales, lo que ha permitido tener un trabajo cercano con los pequeños agricultores. Esto ha favorecido la transferencia de tecnologías generadas por el INIA, las cuales vienen mejorando la calidad de los cultivos y, en otros casos, recuperar la sanidad de las plantas. Desde el 2012 venimos articulando estrategias en los diferentes polos de desarrollo de la costa, sierra y selva llevando paquetes de producción sustentables.
¿Cuántos productores hasta la fecha han fortalecido la calidad de sus cultivos mediante la asistencia técnica de clínica de plantas?
Desde el 2012 a la fecha son entre 50 mil a 80 mil productores, en las distintas cadenas productivas de las diferentes regiones, que vienen mejorando la calidad de sus cultivos con las tecnologías que se han transferido, considerando las diferentes necesidades. Tanto en la selva, como la sierra, las estrategias se enfocan en proteger a los cultivos que más se identifican con la región, en base a ello, se brinda todo un proceso de monitoreo bien cercano para que el productor pueda aplicar -a pesar de los desafíos de acuerdo a la zona- la adopción de las tecnologías sustentables de conservación que se genera.
En el trabajo que se viene desarrollando ¿Qué plagas son las más se presentan a nivel de cultivos?
Nuestro análisis lo dividimos por regiones. En la región andina los diferentes problemas fitosanitarios se concentran en la papa, que es un cultivo de mayor atención como actividad económica sustentable. De igual forma, tenemos la quinua que es otro de los cultivos de mayor demanda. Cuando vemos la zona amazónica identificamos que las principales preocupaciones de los productores se enfocan en el café, cacao y frutales. A nivel nacional, según datos de las Estaciones Experimentales Agrarias del INIA, los cultivos de mayor atención, a parte del maíz, figura el tomate que es unos de los cultivos que aún sigue teniendo buena aceptación en los diferentes mercados. En todos ellos, transferimos metodologías para su conservación.
¿Cuáles son los factores que más perjudican la calidad de los cultivos?
Se tienen varios factores. Por un lado, figuran las plagas, patógenos y los diferentes problemas fitosanitarios, como el gusano cogollero que complica la producción de maíz, el fusarium raza 4 tropical que afecta enormemente a la producción de banano en la región. Aunado a ello está el aumento de las temperaturas producto del cambio climático, lo que hace que tengamos condiciones climáticas favorables, no sólo para el ingreso de patógenos, sino también para el establecimiento de ellos.
¿Qué tecnologías se han transferido para que los productores puedan proteger la calidad de las plantas de sus cultivos?
Nosotros transferimos tecnologías con evidencia científica que certifican su funcionamiento. Tenemos nuevos desafíos de condiciones climáticas variables que, muchas de ellas, se hacen favorables para que, en coordinación con INIA, se puedan definir base de datos que nos indiquen su variabilidad para definir estrategias y tecnologías actualizadas que ayuden a establecer alertas tempranas para identificar la presencia de algún patógeno y, con ello, accionar medidas y acciones de protección del cultivo.