07 mayo 2021 | 09:17 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Según estudio “Efectos de equilibrio de las políticas de etiquetado de alimentos”

El etiquetado en los alimentos para combatir la obesidad sí funciona

El etiquetado en los alimentos para combatir la obesidad sí funciona
Basado en la experiencia de su país, pionero en esta medida, el investigador chileno Nano Barahona encontró que la legislación no solo modificó el comportamiento de los consumidores, sino de la propia industria, que modificó sus preparaciones.

(Agraria.pe) En 2016 Chile fue el país pionero en la implementación de leyes de etiquetado en los alimentos para enfrentar la obesidad. Hoy, según el investigador Nano Barahona, candidato a doctor en Economía de la Universidad de Stanford, más de 30 países han implementado o están en proceso de asimilar estas iniciativas, como sucede en Colombia, Uruguay, Brasil, Canadá, México, Israel y Perú.

“Efectos de equilibrio de las políticas de etiquetado de alimentos” es la investigación doctoral en la que Barahona, junto a sus colegas Cristóbal Otero, Sebastián Otero y Joshua Kim han indagado sobre el éxito de esta legislación que, como se sabe, exige que los alimentos empaquetados tengan sellos visibles si es que contienen sodio, azúcares, grasas saturadas o calorías en niveles superiores a los establecidos.

Para no basar su análisis exclusivamente en encuestas a los consumidores, e ir más bien hacia el comportamiento de compra real y consumo efectivo de calorías, el grupo se alió con Walmart Chile y accedió de forma innominada y confidencial a todas las compras entre 2015 y 2018 en algún Walmart de dicho país.

A continuación unieron cada producto con su información nutricional. “Por ejemplo, ¿cuántos gramos de azúcar y calorías tienen 350 cc de Coca Cola? En Chile no existe una base de datos con la información nutricional de todos los productos. Así que tuvimos que hacerlo a mano!”, refirió Barahona, quien contó con apoyo en este tema de parte del INTA Chile.

De esta manera, pudieron determinar que tanto el consumo de azúcar (por cada peso chileno gastado) como el consumo de calorías (por cada peso gastado) cayeron de forma notable luego de la aparición de los sellos.

Así, se vieron dos efectos simultáneos: mientras la demanda por calorías y azúcar diminuye (consumidores escogen productos más sanos), las empresas de alimentos están reduciendo las calorías y azúcar de sus productos. “Esto es lo que los economistas llamamos un resultado de equilibrio”, resalta.

Para analizar en detalle, se centraron en la categoría de cereales para el desayuno, buscando identificar cómo cambia la compra de cereales con y sin sellos, antes y después de la entrada en vigencia de la regulación. Encontraron entonces una caída de casi un 26% de los productos con sello relativos a los sin sellos.

El investigador especula que pueden haber múltiples razones para que los sellos muestren esta efectividad: entregan información, generan rechazo (como las imágenes en los cigarros), recuerdan que consumir azúcar en exceso es negativo, entre otros.

Pero lo más interesante, dice, es que la mayor parte del efecto se explica por cambios en el consumo de cereales que las personas creían que eran saludables pero que en realidad no lo son. “Los sellos funcionan solo cuando entregan información adicional”, apunta.

Desde la oferta
El enfoque también estuvo desde el lado de la oferta, por lo que se estudió la reformulación de los productos, comparando calorías y azúcares del mismo producto antes y después de la entrada en vigencia de la regulación.

Lo que se descubrió fue que muchos productores acomodaron sus ingredientes para estar justo debajo de los límites y así evitar los sellos. “Pero reformular los productos es costoso y difícil. En el caso de los cereales, la decisión fue sacarles el azúcar y endulzarlos con sustitutos como los polioles, que son más caros. Y sumado a la mayor demanda, los alimentos sin sellos aumentaron levemente sus precios”, refiere.

Se determinó además que no hay sustitución entre categorías, y solo hay evidencia de sustitución dentro de las mismas categorías. “Es decir, las personas no están reemplazando el pan del desayuno por frutas”.

Considerando todos estos elementos, desarrollaron un modelo de oferta y demanda por nutrientes y establecieron tres conclusiones claves: la política hizo que los consumidores comieran más sano; la respuesta de reformulaicón de la oferta de productos amplifica los efectos positivos en un 30%; los límites de concentración ligeramente más bajos incentivan a una mayor reformulación nutricional de los productos; y los sellos tienen el potencial de ser tan efectivos como los impuestos al azúcar, pero son menos agresivos.

Dato

Puede acceder a la investigación completa en el siguiente link (en inglés):

https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3698473

 

 

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