(Agraria.pe) El 2025 se perfila como un año de crecimiento moderado para la agroexportación peruana, tras un 2024 que sorprendió con un aumento excepcional en las exportaciones de productos clave. Después del notable crecimiento de productos como cacao, café y arándano, es poco probable que las tasas de crecimiento se mantengan al mismo ritmo debido a factores internacionales y locales.
A pesar de ello, la agroexportación continúa siendo un motor clave para la economía peruana, aunque los desafíos del 2025 requerirán de una mayor estrategia y capacidad de adaptación, especialmente ante la alta competitividad en los mercados globales y las fluctuaciones de precios de los productos agrícolas.
No obstante, el Perú seguirá consolidándose como un actor relevante en la oferta agroexportadora de alta calidad, con importantes oportunidades derivadas de la apertura de nuevos mercados y mejoras en infraestructura, como el megapuerto de Chancay.
No se espera un fenómeno de El Niño para este año, y se estima que La Niña costera será leve, lo que favorecerá las condiciones para la producción agrícola. Además, se prevé que ya se podrá observar una producción normal en los campos afectados por el ciclón Yaku en el 2023, permitiendo la reactivación de hectáreas que habían quedado inoperativas.
A nivel comercial, persiste la incertidumbre sobre las relaciones con los Estados Unidos, principal destino de productos como arándano, uva y espárrago, dado que los cambios en la administración estadounidense podrían modificar los términos de intercambio. Sin embargo, la reciente apertura del puerto de Chancay y la nueva ruta directa hacia China y Asia abren un mercado con un gran potencial. Los primeros envíos han mostrado un notable interés por parte de los exportadores por explorar este nuevo destino. Estas dinámicas internacionales podrían definir el rumbo del sector agroexportador en los próximos años.
Arándano continuará liderando las agroexportaciones
Dentro de este panorama, el arándano continuará siendo el líder de la canasta agroexportadora y uno de los principales responsables del crecimiento en el 2025. En cada año calendario se suele ver durante los primeros meses el final de la campaña previa, y en los últimos meses el inicio de la nueva campaña. Para el primer trimestre del 2025 se espera que el final de la campaña 2024/2025 termine de manera alta en volumen, con un crecimiento superior al 40% en estos meses.
Sin embargo, debido al comportamiento de los precios no se espera un avance significativo en el valor de las exportaciones que podría situarse cerca del 25% en este primer periodo del año. No obstante, para finales del 2025, con el inicio de la campaña 2025/2026 se espera una temporada tan exitosa como la actual debido a la entrada de nuevos campos y al exitoso cambio varietal por arándanos de mayor valor y producción que ayudarán a mantener el crecimiento, aunque lo más probable es que no se podrá sostener el explosivo salto del 2024.
Además, la caída de los precios en los últimos meses del 2024 sugiere que los costes del arándano podrían no sostenerse tan altos como en los dos años anteriores. En este contexto, muchos productores han optado por retrasar la cosecha de inicio de campaña para concentrar los envíos al final, con el objetivo de mejorar la distribución de los despachos. Como resultado, no se esperan crecimientos tan sobresalientes como los registrados en el 2024. Se calcula que el total de envíos de arándano en el 2025 superará las 330 mil toneladas, con un crecimiento en valor cercano al 2%.
En contraste con la situación del arándano, el 2024 fue un año complicado para la palta, afectada por condiciones climáticas adversas durante el 2023, lo que mermó su calidad y volumen exportable. Para el 2025 se espera una recuperación notable en términos de calidad y volumen, con un crecimiento proyectado de entre el 17% y 20%. Sin embargo, la competencia regional y el aumento en la oferta global podrían presionar los precios, limitando el crecimiento en valor a entre el 5% y el 7%.
Déficit de oferta mundial de cacao se reduciría, generando caída de precio
Por su parte, el cacao fue uno de los grandes responsables del crecimiento durante el 2024. Debido a la escasez de oferta, principalmente de los países de África Occidental como Ghana y Costa de Marfil (que representaban el 75% de la oferta mundial antes de la crisis). Este trance, originado por una combinación de factores climáticos y políticos, provocó que los precios del cacao alcanzaran niveles récord en los últimos años, lo que benefició a productores considerados menores, como el Perú y Ecuador.
Sin embargo, existen reportes mixtos sobre el futuro de esta situación. Aunque los informes oficiales indican una importante recuperación en las cosechas de cacao en Ghana y Costa de Marfil para esta nueva campaña, aún persiste una fuerte incertidumbre debido a las condiciones para comercializar el producto a nivel mundial. A pesar de que se observa una tendencia de caída en los precios del cacao, muchos especialistas no están del todo convencidos. La proyección actual es que el déficit de oferta mundial se reducirá significativamente, lo que debería generar una caída de los precios. En cuanto a los volúmenes, se espera que se mantengan similares a los del año anterior, quizás con un leve crecimiento de entre el 1% y el 2%, pero con una disminución del valor de entre un 15% y un 20%.
Con respecto al café, ocurrió algo similar a lo que sucedió con el cacao. Después de los tropiezos de Brasil y Vietnam en el 2024, los precios internacionales del café fueron bastante altos, lo que favoreció a productores como los del Perú. Sin embargo, se reporta una recuperación en ambos países, por lo que es posible que vuelvan a marcar la pauta en cuanto a los precios de sus respectivas variedades. A pesar de esto, se espera un crecimiento en los volúmenes ofrecidos por el Perú, que se estima en alrededor del 5% al 8%. No obstante, los precios no seguirían la misma tendencia, y el valor podría incluso retroceder entre un 2% y un 5%.
La uva, por su parte, presenta una campaña más regular en su distribución para el 2024/2025, observando un aumento en los envíos desde diciembre del año anterior. Así, se espera que los primeros meses del 2025 la vid tenga envíos superiores a los del 2024. Sin embargo, la tendencia de los precios no ha sido del todo favorable, y podría observarse un crecimiento menor en este aspecto. Para la siguiente campaña 2025/2026, que abarca los últimos meses del año 2025, las expectativas aún no están claras. La reciente crisis hídrica en Piura ha generado incertidumbre sobre el impacto en los cultivos de uva en la región, ya que las grandes agroexportadoras suelen contar con sus propios reservorios. No obstante, las sequías y la falta de lluvias podrían haber comprometido la capacidad de regeneración de estos reservorios. Por lo tanto, no se espera un crecimiento notable en los volúmenes para el próximo año. En cuanto al precio, con la apertura al mercado asiático a través del puerto de Chancay, los precios podrían aumentar debido al crecimiento de la demanda, dado que la uva peruana tiene una gran preferencia en esa región. Así, se espera un crecimiento en valor cercano a un 2%.
La nueva campaña de mango comenzó de forma impresionante. Gracias a una excelente floración, se espera que la recuperación en comparación con el año pasado sea total. Con ello, se podría anticipar que, para los primeros tres meses del 2025, los envíos sean también notables, duplicando las bajas cifras del año pasado. Lo que resulta un poco más difícil de predecir es la siguiente campaña, ya que dependerá en gran medida del factor climático y de cómo afecte la actual crisis hídrica a la floración en Piura, la principal región exportadora de mango. La expectativa actual es que el próximo año se cierre con un crecimiento del 15% en volumen y del 8% en valor.
La crisis hídrica en Piura sigue siendo una preocupación crítica, especialmente en la producción de mango, limón y banano. La escasez de agua y la incapacidad de los reservorios para regenerarse adecuadamente podrían seguir limitando la capacidad productiva de la región, afectando tanto los volúmenes como la calidad de los productos exportados.
Otro factor que podría incidir negativamente es la inflación internacional, la cual tiene el potencial de desacelerar la demanda global de productos peruanos. El aumento de los costos de producción, sumado a la caída del poder adquisitivo en mercados clave, podría reducir las exportaciones y poner en problemas al sector.
Por otro lado, la falta de infraestructura moderna sigue siendo una limitante crucial. A pesar de los esfuerzos por mejorar los puertos y las vías de transporte, la congestión en estos puntos sigue elevando los costos logísticos, afectando la competitividad del sector agroexportador. El puerto de Chancay parece que viene a ser un gran avance, pero solo el tiempo dirá si es suficiente para lo que demanda el sector. Además, la infraestructura de riego aún continúa deficiente en la mayoría de las regiones del país con lo cual se seguirá cayendo en el uso ineficiente del agua por muchos años más.
Finalmente, la falta de inteligencia comercial es otro desafío que no debe subestimarse. Si el sector no se adapta rápidamente a las tendencias del mercado internacional y no toma decisiones estratégicas basadas en datos y análisis, podría perder terreno frente a competidores más ágiles.
Con ello, según estimaciones de FreshFruit, la agroexportación peruana crecería cerca del 2% para el 2025 en un escenario conservador, teniendo nuevamente al arándano como líder, pero presentando caídas de algunos productos como el cacao y el café.
Expectativas de la agroexportación peruana en el 2025
Fuente: Fresh Fruit