Ex ministros de Agricultura advirtieron que la segunda etapa del proyecto de irrigación arequipeño no puede volver a cometer los carísimos errores de la primera etapa. Se necesita apoyo político para sacarlo adelante y mucha especialización.
(Agraria.pe) Analizar el pasado para no cometer los mismos errores y aprovechar el potencial del mercado mundial de producción de alimentos. Esas son las ideas generales que guiaron las intervenciones de los ex ministros de Agricultura Carlos Amat y León e Ismael Benavides, reunidos esta semana en un foro especializado para reseñar las debilidades y fortalezas del proyecto Majes Siguas II (Arequipa) y su impacto en la economía de toda la región sur del país.
Amat y León refirió de entrada un dato revelador: si actualizamos los valores invertidos en el desarrollo de Majes Siguas I, se puede ver que el país gastó en dicho proyecto US$ 1.100 millones. ¿Qué produce hoy principalmente ese territorio? Forraje, un producto de muy poco valor considerando el potencial que podría alcanzarse con otros cultivos. Esto, sin considerar la afectación que ha ocasionado a la campiña de la zona.
Por ello, pidió que la segunda etapa del proyecto de 38.500 hectáreas, cuyos campos empezarían a sembrarse desde 2021, cuente con apoyo político para reiniciar las obras de manera prioritaria y se cuente con una guía altamente profesional para no repetir errores. De esta manera, sí podría convertirse en un auténtico motor para el país.
Agregó que la obra, si es bien desarrollada, se convertirá en una plataforma agroindustrial de primera calidad mundial que podría generar, en una mirada amplia, hasta 186 mil empleos, lo que es tres veces más que el total de la población desempleada entre Ayacucho, Huancavelica, Cusco, Puno y Arequipa.
Para lograr este objetivo, observó, se debe contar con especialistas en control biológico de plagas, semillaristas genéticos, expertos en mecanización agrícola y otros afines que respondan a un alto perfil formativo. Será la única manera de que los cultivos de agroexportación que florecerán allí –como uva, arándano, tomate y cebolla- logren competir con las potencias agroindustriales impulsadas por alta tecnología.
A su turno, Ismael Benavides refrendó que “Majes I es un desastre” desde los años setenta y que ha beneficiado a muy pocas personas, a quienes “prácticamente se les regaló la tierra”. A esto se suma que la productividad perdida desde entonces hasta hoy es incalculable.
Retomó el dato de la producción de pastos en la primera etapa del proyecto, que se desarrolla en 15 mil hectáreas y produce un valor de apenas US$ 50 millones, cuando ese mismo espacio podría utilizarse para el cultivo de paltas y producir US$ 500 millones al año. “Esos son los números de Majes I a simple vista, además de los daños ecológicos al valle de Siguas, la pérdida de tierras agrícolas y la salinización de la parte baja”, complementó.
Asumió en esa línea que para que Majes Siguas II funcione se tiene que contar con el apoyo del sector privado, el cual no aceptará que la tierra se entregue en lotes de 5 hectáreas, lo que perjudicaría a todo el proyecto.
“La única forma de llevarlo adelante es como está planteado. Tiene (el proyecto) ocho años de estar parado, porque se concesionó en 2010; si calculamos la pérdida en producción y empleo en ocho años, a eso debemos añadir lo perdido con Majes I. Son las cosas mal hechas por los políticos que piensan que van a conseguir más votos si regalan lotes de cinco hectáreas”, determinó.
Datos
.Carlos Amat y León e Ismael Benavides dieron estas declaraciones durante su participación en el foro “Nueva Visión del Desarrollo Económico – Arequipa y el proyecto Majes-Siguas II”, desarrollado en la Universidad del Pacífico.
.Del evento participaron también los ex ministros de Agricultura Juan Manuel Benites y Milton Von Hesse, entre otros.
