14 enero 2025 | 10:11 am Por: Redacción

Gran parte de los granos de café que se consumen en Colombia son importados

Colombia exporta entre el 92% y 93 % de su producción nacional de café

Colombia exporta entre el 92% y 93 % de su producción nacional de café
El consumo per cápita de la población mayor de 12 años en Colombia pasó de 2.7 kg en 2015 a 3.4 kg en 2021.

(Agraria.pe) El cultivo de café es un símbolo representativo de la cultura colombiana dentro y fuera del país. Colombia, como origen, es emblemático para la industria del café a nivel global. Al punto que ha logrado posicionarse en el mercado como una garantía de calidad.

Curiosamente, el café que se consume en Colombia, en su mayoría, difiere bastante de la idea de calidad que se tiene en otras partes del mundo. Esto no solo se debe al modelo agroexportador que, en cierta forma, priva al mercado interno de café de calidad, sino al hecho de que gran parte de los granos que se consumen son importados.

Robeiro López es ingeniero de alimentos, caficultor de tercera generación y cofundador de Culture Coffee, una compañía que se dedica a la comercialización internacional de café verde y tostado.

Él afirma que “el consumo de café en Colombia ha venido aumentando. De hecho, un catalizador importante de esto fue la pandemia. La versatilidad del crecimiento del consumo también ha permitido que se ingresen otro tipo de bebidas”.

Hoy en día, las generaciones más jóvenes tienden a consumir más café y de formas más diversas. La oferta de opciones y la expectativa de calidad se han ido consolidando en la región.

Según un estudio de Reinova, el consumo per cápita de la población mayor de 12 años en Colombia pasó de 2.7 kg en 2015 a 3.4 kg en 2021. Algunos países de la región comparten esta tendencia al incremento, mientras que otros experimentan una reducción en el consumo.

Pablo Andrés Guerrero es productor de café en la Hacienda El Obraje ubicada en Pasto, Nariño. Además, tiene una exportadora y una cadena de tiendas de café especial. Según él, en Colombia es fácil adquirir café tradicional a precios muy bajos. Para lograr estos costos se utiliza la pasilla, granos de calidades inferiores, o granos de orígenes vecinos.

Además, considera que en ciertas regiones del país existe un arraigo al café tradicional. Incentivar el consumo de café de especialidad genera, inevitablemente, un choque cultural.

Robeiro opina que el mercado de café se encuentra segmentado principalmente por grupos etarios. Durante la vigencia del Acuerdo Internacional del Café, el sistema de cuotas favoreció la exportación de café de mayor calidad, destinando las calidades inferiores al abastecimiento interno. Esto ha generado que las generaciones mayores tengan un concepto del café colombiano asociado a características del café comercial.

Por otro lado, los más jóvenes han tenido la oportunidad de explorar las nuevas posibilidades que ofrece el café. Esta transición ha sido facilitada por la masificación de marcas y tiendas que ofrecían un café de mejor calidad, sin que necesariamente fuera de especialidad.

Importación de café en Colombia
Robeiro afirma que el consumo de café en Colombia sigue siendo dominado por las marcas comerciales. Frente al aumento en la demanda de café del mercado interno, y como medida para asegurar precios bajos, se realiza la importación de otros países productores de la región.

Estos granos tienden a formar parte de la producción de café que no cumple con los estándares de exportación para los mercados consumidores más exigentes en términos de calidad. “Uno podría decir que, desafortunadamente, Colombia abrió la importación de pasilla”, opina Pablo.

Según él, a las plantas procesadoras de café les resulta más económico importar café de segunda o tercera calidad de otros países que trabajar con la producción local. “Eso realmente dificulta que la gente consuma un producto nacional”.

Adicionalmente, en muchos casos, la gente prueba y valora el café de mayor calidad pero la diferencia de precio evita que modifiquen sus hábitos de consumo. Pablo considera que ante el auge del café especial, muchos caficultores especulan con ganar más dinero a través de un producto que se aleja del café comercial, en cuanto a calidad y precio de venta.

En consecuencia, no hay una producción masiva que pueda posicionarse como alternativa y ofrecer un café bueno y a la vez asequible.

¿Cómo afecta a la cultura cafetera del país no tener acceso al café colombiano?
Robeiro explica que el hecho de que el café que se consume comercialmente en Colombia proviene de otros orígenes no es algo que se divulgue popularmente. No es común que se cuestione la procedencia del café de las marcas que históricamente abastecieron el mercado interno en el país. En consecuencia, muchas de ellas utilizan la frase “Café tostado en Colombia” ante la imposibilidad, por cuestiones legales, de afirmar que el café es de origen colombiano.

Pablo, por su parte, lleva adelante una campaña para instruir a los productores en la generación de impacto a través del valor agregado. Para eso, recomienda reservar y procesar parte de la producción para vender café tostado dentro de su comunidad. Él asegura que incluso con precios económicos pueden conseguir una mejor ganancia que vendiendo el café en verde. De esta manera, se vuelve más viable el acceso al café de producción local.

En contraste, a través de la exportación, los productores colombianos pueden obtener un mayor ingreso del que obtendrían a nivel local. Según estimaciones realizadas por Gustavo Gómez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia, Colombia exporta entre el 92% y 93 % de su producción nacional de café.

Alcanzar un balance es difícil pero no imposible
Pablo aclara que a pesar de que se puede observar una escena de café que apuesta al consumo local, las cifras indican que el impacto generado es porcentualmente bajo. Él considera que existe una falta de políticas estatales que incentiven el crecimiento del mercado interno.

“Si no mejoramos el consumo interno, realmente no hay posibilidad de dar ese giro que estamos buscando en Colombia de mejorar los ingresos de los productores”, opina.

A su vez, Robeiro cree que es necesario llevar a cabo un mayor esfuerzo en la concientización del consumo. “El mayor conocimiento acerca del consumo redunda en mayor valoración del producto y eso en una mayor disposición de pago por calidad”, sostiene.

Más allá de eso, él entiende que un cambio de paradigma no va a suceder a corto plazo. “A los precios del mercado actual, la exportación sigue y va seguir siendo uno de los pilares fundamentales”.

Existen múltiples razones para impulsar el consumo interno de café colombiano de calidad. Aunque pueda ser desafiante, los beneficios a largo plazo podrían tener un gran impacto en los distintos eslabones de la industria y la economía nacional.

Para facilitar este proceso es importante que tanto el sector privado como las políticas estatales en los distintos niveles de gobierno puedan alinear sus esfuerzos para promover el consumo de café colombiano y de calidad.

Fuente:Perfectdailygrind

 

Etiquetas: exportaciones , cafe