(Agraria.pe) Las dietas saludables son costosas (cerca de US$ 4 al día), por lo cual no son accesibles para una porción importante de la población de América Latina y el Caribe, incluido Perú, indicó la representante de FAO en nuestro país, Mariana Escobar Arango.
Destacó que el costo de la dieta regional (América Latina y el Caribe) es alto en comparación a otras regiones del mundo. “El lugar en el mundo donde comer sano cuesta más es América Latina y el Caribe, particularmente en el Caribe”.
Detalló que una dieta saludable en el mundo asciende a US$ 3.98 por día, en América Latina US$ 3.98, en Centroamérica US$ 3.81, en Sudamérica US$ 3.71, mientras que en el Caribe asciende a US$ 4.21.
La representante de la FAO en Perú, indicó que la alta proporción de personas que no pueden costear una dieta saludable en los países de América y el Caribe, podría generar incrementos de los índices de sobrepeso y obesidad en su población.
Al respecto, dijo que el porcentaje de personas que no pueden acceder a una dieta saludable en Haití es 88%, Surinam 54.1%, Jamaica 51%, Honduras 48.6%, Guyana 47.1%, Belice 39.5%, Colombia 25.7%, Bolivia 23%, Perú 19%, Panamá 18.2%, Ecuador 18%, Paraguay 18%, México 17.3%, República Dominicana 16%, Brasil 14.5%, Costa Rica 11.8%, Argentina 9.2%, Chile 1.8%.
Agregó que en América Latina y el Caribe el sobrepeso infantil aumentó de 6.2% en 1990 a 7.5% en el 2019, ubicándose por encima del promedio mundial de 5.6%. En el 2019 había 4.7 millones de niños con retraso del crecimiento y 3.9 millones de niños con sobrepeso.
“La desnutrición crónico infantil en el Perú ha estado aumentando en los últimos años, seguramente el sobrepeso también está creciendo y cuando sepamos los impactos reales del Covid-19 en el país, estos factores serán dramáticos, porque la situación de hambre en Perú es muy dura”, manifestó.
En el caso de los adultos de la región, el sobrepeso y la obesidad van en aumento y afectan a 262 millones, mientras que en niños y adolescentes alcanza a 50 millones.
Mariana Escobar Arango señaló que en el 2016 el porcentaje de adultos que sufrían de malnutrición (sobrepeso y obesidad) era en el mundo 39.1% y 13.1%; América Latina y el Caribe 59.5% y 24.2%; el Caribe 57.5% y 24.7%, Centroamérica 63% y 27.3%, Sudamérica 58.3% y 23%.
Determinantes del incremento del hambre y la inseguridad alimentaria en la región
En otro momento, indicó que el incremento del hambre y la inseguridad alimentaria en la región se debe a que las economías de los países de América y el Caribe han perdido dinamismo. Mencionó que desde el 2010 la región muestra signos de desaceleración. Además, después del 2014 el crecimiento del PBI per cápita se ha estancado. En varios países la pobreza volvió a aumentar.
Asimismo, la variabilidad climática y los desastres siguen afectando a la región, lo que provoca pérdidas significativas en la producción de alimentos. A lo que se suma la alta desigualdad de los ingresos que se mantiene y puede empeorar; el aumento de desplazados y refugiados internamente desde la región, como el caso de Venezuela y países del norte de Centroamérica.
“Con la pandemia de Covid-19 en un año perdimos 10 años de lucha contra la pobreza, lo que impacta directamente en la lucha contra el hambre, y tomará mucho tiempo volver a los niveles que teníamos en el 2019”, sostuvo.
Según la Escala Basada en la Experiencia de Inseguridad Alimentaria de la FAO (FIES, por sus siglas en inglés) de este año, los datos preliminares muestran un aumento de 14% de la inseguridad alimentaria en el mundo entre el 2009 y 2019, es decir que 303 millones de personas más se vieron afectadas por la inseguridad alimentaria moderada o grave y 140 millones de personas más se han visto afectadas por la inseguridad alimentaria grave.
Señaló que en América Latina y el Caribe este incremento de la inseguridad alimentaria es más pronunciado (creció 19%), lo que significa que 44 millones de personas más se vieron afectadas por la inseguridad alimentaria moderada o grave y 21 millones de personas más por la inseguridad alimentaria grave.
“Es urgente adoptar medidas para aumentar la producción y el consumo de frutas y verduras, y garantizar el acceso a los consumidores, lo que generará beneficios económicos, sociales y ambientales en perspectiva de la recuperación por el Covid-19”, finalizó.
Datos
. Alrededor de 2.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso regular ni tienen acceso a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes. Si las tendencias actuales continúan, en el 2030 el hambre superará los 840 millones de personas. La pandemia podría sumar otros 132 millones de personas con hambre.
. El mundo está produciendo más frutas y verduras, pero todavía no es suficiente. En el 2020, la producción total de frutas y verduras alcanzó solo 306 gramos por persona al día, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas consuman por lo menos 400 gramos de frutas y verduras al día. En 2017, esta cifra aumentó a 390 gramos, pero esto incluye las porciones no comestibles como el corazón y la cáscara, así como la pérdida y los desperdicios, que a menudo son muy altos.
. La producción mundial de frutas y verduras aumentó casi la mitad entre el 2000 y 2018. El mayor aumento absoluto se produjo en Asia, que todavía tiene un techo por crecer porque hay mucha demanda por frutas y verduras.