Hernani Larrea Castro
Director Académico
Carrera de Administración y Agronegocios (UPC)
El creciente desarrollo experimentado en nuestro país por el sector agroalimentario viene generando la urgente necesidad de impulsar la investigación en esta actividad, relativamente nueva para nosotros. Hay una gran oportunidad de contribuir con la consolidación de uno de los sectores económicos de mayor desarrollo en los últimos años. Siendo la investigación el eje fundamental del progreso, es nuestra obligación promover su desarrollo.
A diferencia de otros países de la región, la investigación no ha logrado actuar como eje articulador entre la universidad y los sectores estatal y empresarial. Por ello, es importante llamar la atención de la necesidad de conocer las características de la actividad agroempresarial a fin de generar tendencias en base al análisis de las principales variables del sistema. Los datos agroproductivos nos deben servir para organizar estrategias agrocomerciales.
Un claro ejemplo de esto lo tenemos en la información obtenida en el IV Censo Nacional Agropecuario. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el proyecto sirvió para actualizar los datos luego de dieciocho años de realizado el último censo. Esta investigación nos ha permitido poner al día la estructura del sector agroproductivo a partir de identificar el número de unidades y productores agropecuarios.
Sin embargo, en nuestro país, la información se encuentra diseminada en base a informes de diferentes organismos estatales y privados con diferente grado de periodicidad. Así, el Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) elabora diferentes indicadores como el Valor Bruto de la Producción Agropecuaria o el Informe de Seguimiento Agroeconómico, todo ello a partir del trabajo del Sistema Integrado de Estadística Agraria (SIEA).
En lo que refiere a los temas de comercio exterior, los sondeos corren a cargo del Sistema Integrado de Información de Comercio Exterior (SIICEX), que produce informes de nuestras exportaciones por sectores así como informes de inteligencia comercial elaborados en base a los datos proporcionados por el INEI, la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PROMPERU) y la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT). Es importante el correcto manejo de la información.
Otras fuentes de información son los boletines de la Asociación de Exportadores (ADEX), la Cámara de Comercio de Lima (CCL) y la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (COMEX). Necesitamos sistematizar toda esta información y a partir de ella proponer estudios que sirvan para consolidar nuevos productos y mercados. Generar investigación no es fácil, requiere de presupuestos e infraestructura. No obstante, lo más importante, es forjar una cultura de investigación.
El sector agroalimentario se viene organizando en dos frentes de desarrollo. Un aspecto agroproductivo asociado con los productores y sus necesidades, los productos, distribución, zonas de producción, índices de productividad y volúmenes. La otra cara, la agrocomercial participa en temas de mercados, perfiles, ferias, certificaciones y rentabilidad. Ambas perspectivas se ven directamente influenciadas por una problemática social y ambiental particular.
Hoy, la universidad busca contribuir con el desarrollo de nuestros agronegocios y la investigación agroalimentaria debería servir para entender mejor las complejas relaciones que unen al sector agroalimentario con la biodiversidad y el mundo empresarial. Para ello debemos focalizar los estudios en decisiones de producción, análisis de demanda, comportamiento del consumidor, impacto de políticas agrarias, análisis de precios, impacto ambiental y análisis de competitividad.
Por último, la gestión de agronegocios debe privilegiar el adecuado uso de la información agroindustrial y agroexportadora. La capacidad de tomar decisiones pasa por el hecho de vincular adecuadamente aspectos ambientales, tecnológicos, de calidad y comerciales, por lo que debemos aprender a interrelacionarlos. Este es el punto de partida para una propuesta ambiciosa y la que queremos invitar a participar a los diferentes actores del sistema. La invitación está planteada.