COLUMNA DE:
Miguel Ordinola

Miguel Ordinola

Secretario Ejecutivo-Alianza de Aprendizaje Perú - Docente de Post Grado de la Pontificia Universidad Católica del Perú
22 marzo 2021 | 09:57 am Por: Miguel Ordinola

Perdidas y desperdicios de alimentos: hacer más eficientes los procesos a lo largo de las cadenas de valor

Perdidas y desperdicios de alimentos: hacer más eficientes los procesos a lo largo de las cadenas de valor

Las pérdidas, mermas y desperdicio de alimentos se han convertido en una preocupación global y vienen llamando la atención a los investigadores y a los formuladores de políticas por varias razones: i)) el aumento de las poblaciones y el cambio de las dietas asociadas con una mayor riqueza están aumentando la presión sobre la tierra disponible en el mundo, lo que constituye serias amenazas para la seguridad alimentaria, especialmente en los países en desarrollo; ii) la pérdida de alimentos comercializables puede reducir los ingresos de los productores y aumentar los gastos de los consumidores, lo que probablemente tenga un mayor impacto en los segmentos más desfavorecidos de la población; iii) la pérdida y el desperdicio de alimentos conllevan emisiones innecesarias de gases de efecto invernadero y el uso excesivo de recursos escasos.

Un estudio reciente publicado en una revista de investigación (https://www.mdpi.com/2071-1050/13/5/2807/htm) ha cuantificado (en toda la cadena de suministros) que el promedio de pérdidas y desperdicios representa cerca del 47% del total de alimentos disponibles (anualmente) en el Perú (tomando como referencia información secundaria). Otros estudios con información de encuestas (que no llegan a nivel de consumidores) han calculado que las pérdidas oscilan entre 6 y 25% de la producción total de papa, frijol, maíz, cereales, y del valor total producido en las diversas cadenas de valor analizadas (en Perú, Ecuador, Honduras, Guatemala, Etiopía y China).

Cuando se analizan las causas de estas pérdidas (tomando como referencia los resultados obtenidos para el cultivo de papa blanca en un estudio conducido por el CIP y el IFPRI el 2018), se encuentra que: i) las causas de las pérdidas de los productores son provocadas –principalmente– por razones climáticas y de manejo del cultivo, lo que se ha agudizado en los últimos años como consecuencia del cambio climático (impacta en la proliferación de enfermedades y plagas); ii)  los comerciantes mayoristas, indican  que la reducción del precio promedio de venta en el mercado, en contraste con el precio al que ellos compraron la papa, puede ocasionar pérdidas más significativas que las que resultan de la selección, el almacenamiento o transporte (lo que no genera incentivos para mejorar estos procesos); iii) las pérdidas de los transformadores (pollerías) se presentan con más énfasis al momento de la fritura y del pelado (defectos y problemas de homogeneidad en el corte provocan pérdidas). La forma en que las pollerías se abastecen de papa (muchas veces de manera informal) también incide en el nivel de pérdidas y desperdicios (aunque las más grandes han avanzado más en sus procesos de control de calidad).

Se necesita una estrategia operativa para reducir la pérdida y desperdicios de alimentos a lo largo de las cadenas de valor, pero esto enfrenta tres desafíos importantes. Primero, no existe información precisa sobre el alcance real del problema para los diferentes actores involucrados. El segundo desafío es la escasa evidencia sobre la diversidad de causas que genera la pérdida de alimentos ya que puede estar asociada a una amplia gama de factores como habilidades y técnicas de manejo agrícola deficientes, almacenamiento inadecuado, infraestructura deficiente, procesamiento ineficiente, falta de coordinación en los sistemas de comercialización y puede ocurrir en diferentes etapas de la cadena de valor (es decir, producción, cosecha, postproducción, procesamiento, distribución o consumo). En tercer lugar, hay poca evidencia sobre cómo reducir con éxito la pérdida de alimentos en toda la cadena de valor. Se han realizado esfuerzos para introducir tecnologías particulares a lo largo de etapas específicas en algunas cadenas de valor. Sin embargo, existe poca evidencia con respecto a las tasas de adopción o la sostenibilidad económica de estos esfuerzos.

Por el lado del marco de políticas, hay que recordar que en Julio del 2019, se promulgó la Ley 30988 que Promueve la Reducción y Prevención de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, la cual debería ser un buen marco para promover acciones más concretas sobre esta problemática (con la participación directa de los diferentes actores públicos y privados) y de esta manera se pueda contribuir a mejorar la eficiencia a lo largo de las cadenas de valor reduciendo estas pérdidas y mejorando las condiciones para todos los actores desde los pequeños productores hasta el consumidor final. Esta línea de intervención puede tener resultados muy concretos en el corto plazo y debería ser prioritaria en la agenda agraria de los diferentes candidatos para las elecciones de Abril 2021.