La semana pasada se llevó a cabo el Seminario Anual de Investigación promovido por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES). Una de las expositoras fue la profesora Mariana Mazzucato (University College London), que viene difundiendo el concepto de Misiones en diferentes partes del mundo. En los comentarios se indicaron algunas ideas de como aplicar este enfoque a los grandes problemas del país, entre ellos la anemia.
Las cifras del 2023 indican que la anemia (niños y niñas de 6 a 35 meses de edad) llega a 43.1% a nivel nacional, siendo 50.3% en el área rural y 43.1% en el área urbana. Cuando se ven las cifras a largo plazo se nota que al parecer se ha llegado al “núcleo duro” de estos indicadores, donde las actuales estrategias e intervenciones necesitan ser revisadas y eventualmente cambiadas.
El enfoque de Misiones, inspirado en la teoría de la innovación orientada a objetivos, es una estrategia integral que permite abordar problemas sociales complejos mediante la coordinación de múltiples actores y recursos en torno a un propósito común. En el caso de la reducción de la anemia en el Perú, el enfoque de Misiones podría contar con los siguientes elementos: i) Definición del objetivo claro y medible (la Misión debe ser específica, alcanzable y con un impacto significativo y ajustarse a las metas nacionales e internacionales como los ODS); ii) Identificación de las causas principales (Deficiencia de hierro en la dieta, malnutrición generalizada, falta de acceso a servicios de salud de calidad, falta de educación sobre prácticas alimentarias saludables, barreras culturales para adoptar medidas preventivas); iii) Diseño de un enfoque multisectorial e integrado, el éxito depende de la colaboración entre sectores públicos, privados y sociales en intervenciones de salud pública, educación, agricultura (fomentar la producción y consumo de alimentos ricos en hierro), tecnología e innovación (desarrollar soluciones innovadoras, como suplementos y productos biofortificados y fortificados); iv) Participación comunitaria y cultural, involucrar a las comunidades es esencial para superar barreras culturales y garantizar la sostenibilidad; v) Monitoreo, evaluación y aprendizaje continuo; vi) Financiamiento sostenible, asegurar recursos financieros a través de alianzas público-privadas y cooperación internacional. Asimismo, promover políticas que prioricen la lucha contra la anemia en los presupuestos nacionales y regionales.
Como puede verse la implementación de este enfoque implica una alta y efectiva articulación institucional lo cual en el Perú es un reto muy grande. Veamos cómo se encuentran algunos de estos aspectos en la actualidad. El 2023, el gobierno anunció en el mensaje presidencial el programa “Niños de Hierro” y el 2024 lanzó el Plan Multisectorial para la Reducción y Control de la Anemia Materno Infantil en el Perú 2024-2030 y sobre ambos anuncios no se tiene mayores alcances a la fecha. Por el lado del MIDAGRI este año (en el marco de Comisión Multisectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional COMSAN) y con el apoyo de FAO, se vienen desarrollando acciones para actualizar la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSAN). A nivel del CEPLAN se ha formado el Comité Multidisciplinario sobre Seguridad Alimentaria y Nutricional, con la participación de diversas instituciones públicas y privadas. Por el lado privado, se conoce que desde el 2023 se ha promovido un compromiso denominado “Unidos Contra la Anemia y la Desnutrición Infantil mediante Obras por Impuestos” con la participación de CONFIEP, SNI, Proinversión; Perumin 2024 ha promovido la visibilidad del ODS 2 Hambre Cero entre la comunidad de emprendedores jóvenes para promover el desarrollo de productos ricos en hierro y por otro lado, se puede mencionar un ejemplo específico a nivel territorial de la Minera Antapacay que acaba de lanzar el programa Qhaly Kawsay (2025-2027) en alianza con el Ministerio de Salud y CLAS de Espinar (Cusco), con el objetivo de reducir la anemia y desnutrición crónica en la zona. Seguro que deben existir muchos más ejemplos de este tipo de intervenciones. Si tomamos el lado de la innovación se conoce la buena experiencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para introducir el arroz fortificado en la dieta de poblaciones vulnerables y los resultados de las investigaciones del Centro Internacional de la Papa (CIP) en donde ya se cuenta con dos variedades de papa biofortificadas que han sido inscritas en el Registro de Cultivares Comerciales (que están en un proceso de divulgación de su consumo) y ha validado un enfoque agricultura-nutrición en diversos territorios.
Un problema de todo lo indicado en el párrafo anterior es que el nivel de articulación de estas iniciativas es mínimo (o casi inexistente). Para implementar el enfoque de Misiones en la reducción de la anemia en el Perú, es fundamental involucrar a las diversas instituciones de manera coordinada, aprovechando sus competencias y capacidades. Una alternativa puede ser impulsar una plataforma nacional intersectorial con mandato y liderazgo claro que pueda servir como mecanismo de gobernanza para coordinar estas intervenciones (por ejemplo, un Comité Nacional contra la Anemia con representantes de todos los sectores, con un sentido operativo y en el marco de una estrategia de Misiones).
La participación efectiva del sector público, sector privado y cooperación internacional en un esquema colaborativo es clave para lograr resultados sostenibles en la lucha contra la anemia. El enfoque de Misiones implica abordar desafíos globales a través de proyectos concretos y acciones de I+D+I con amplia participación de diversos actores y en el caso del Perú también se requiere el desarrollo de innovaciones institucionales para lograr contar con una plataforma que permita implementar todo lo planteado y de manera articulada.