Gremialista desmitificó los mercados de nicho como salvación para el sector caficultor y abogó por políticas más realistas para estandarizar la producción.
(Agraria.pe) No son pocas las oportunidades en que a nivel internacional se ha alabado la calidad de los cafés peruanos, con lotes de una finura extraordinaria que alcanzan precios record en las subastas especializadas. Sin embargo, esos casos –muy promocionados- muestran una porción muy recortada de la realidad y la distorsionan. Lo real es que el café peruano a nivel general es considerado un grano de calidad irregular y que no garantiza siempre los volúmenes suficientes para desarrollar un plan de largo plazo en los mercados.
Así lo ha dicho Luis Navarro, presidente de la Cámara Peruana del Café y Cacao durante la presentación del Boletín estadístico del Café, una publicación de periodicidad trimestral que mostrará información clave para el negocio del café en el Perú. El esfuerzo, es obra conjunta de la Cámara Peruana del Café y Cacao, la Junta Nacional del Café y la Plataforma Global del Café.
“¿Cuál es la ventaja de Colombia frente a Perú? En cafés especiales Perú tiene incluso mejores café, pero en cualquier parte del mundo quien toma la decisión de compra de café va a preferir a Colombia antes que a Perú. Y la respuesta es una: consistencia. La calidad del café colombiano es la misma hoy, el mes que viene y el próximo año”, explicó.
Agregó que un segundo factor es la disponibilidad pues para desarrollar adecuadamente un plan de negocio y marketing a nivel internacional lo central es contar con un café de calidad y en cantidad suficiente, características que no corresponden a la producción peruana. “El café peruano si bien está en primer lugar en exportación, no es el primer lugar en la toma de decisiones de compra porque se le considera un café de apoyo, de relleno”.
Hubo sin embargo momentos de excepción, como el periodo 2007-2009 en que, según recuerda Navarro, los tostadores alemanes descubrieron que el café peruano era lo suficientemente bueno para reemplazar al colombiano en ese periodo que correspondió a un grave problema de roya que mermó la producción en el país norteño. Lamentablemente, una vez que Colombia recuperó su nivel productivo, desplazó al grano nacional.
El mercado de nicho no es fiel
Este ‘baño de realidad’ intenta sin duda mostrar rutas pragmáticas para el desarrollo de la caficultura peruana, pues si bien los mercados de nicho, donde a Perú le va muy bien con sus lotes especiales, son los más caros, son también los menos leales.
“Es probable que el ganó este año el concurso, en un 80 a 90% no gane al siguiente porque el concepto de nicho es que sea poco y diferente cada año, es un mercado poco fiel. Cosa contraria al café mainstream”, desarrolló el gremialista.
Con la realidad actual productiva, refirió, lo más probable es que las ventas sigan siendo irregulares, como irregulares seguirán siendo los flujos para el productor. Una dinámica que debe cortarse para alcanzar una estandarización que será la que permita que el café se convierta en el eje de desarrollo de las zonas alejadas del país.
“Es tendencia de los últimos años hacer políticas basadas en creencias más que en realidades, soy testigo de que el Gobierno decía que el core business del Perú es el café orgánico, y como ven, la tendencia hacia el futuro no es atractiva”, remató.