(Agraria.pe) El desconcierto sobre el futuro inmediato de la actividad cafetalera peruana se ha asentado en todas las zonas de producción, debido a los estragos ocasionados por la roya amarilla, la perspectiva de bajos precios y la incertidumbre para cumplir con las duras exigencias de la Unión Europea de acreditar la no deforestación de las fincas cafetaleras.
Según cifras del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), la roya amarilla registró una incidencia del 44% en 12 regiones cafetaleras, afectando casi la mitad de las hectáreas de café cosechadas.
Voceros de la Unión Europea informaron en reciente reunión técnica que el café es el producto peruano que muestra el mayor riesgo de no llegar, hasta diciembre del 2024, a acreditar garantías de legalidad y trazabilidad de fincas no deforestadas después del 2020. “En ausencia de medidas efectivas por parte de las autoridades, es probable que operadores privados decidan abstenerse de comprar, al menos en el corto plazo, productos sin garantías de trazabilidad”, expresó el doctor Javier Sánchez, consultor de la Comisión Europea.
Recomendó a los actores públicos y privados generar capacidades operativas a las cadenas de valor de cada producto normado, a fin de establecer una hoja de ruta para el cumplimiento de la norma europea, y facilitar recursos financieros para la implementación de la trazabilidad y legalidad de la oferta exportable.
“Estamos desconcertados sobre las perspectivas del café peruano. Las recomendaciones de los consultores de la Unión Europa son muy claras. Si no se dan garantías de debido cumplimiento, no habrá acceso al mercado de Europa. Esto se agrava por la opacidad del Gobierno, en especial del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), para enfrentar la roya amarilla. En estas circunstancias, estamos obligados a buscar otras alternativas de trabajo, que no son muchas en las zonas cafetaleras”, alertó Tomás Córdova Marchena, presidente de la Junta Nacional del Café, productor asociado a la cooperativa Oro Verde, en Lamas, San Martín.
Como testimonio de lo que pasa con los productores de su región, dijo que de sus 4 hectáreas en producción, sólo 1 se salvó de la roya, perdió toda la cosecha en 2, y la otra apenas recogió 200 kilos. “Miles de productores estamos en igual situación. Cambiar de cultivo no es fácil, por eso demandamos una atención debida a la caficultura peruana”, expresó.
Fuerte incidencia de la roya
El Jefe del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), Miguel Quevedo, advirtió recientemente que la roya amarilla registró una incidencia del 44% en 12 regiones cafetaleras, lo cual representa una afectación de 167 mil hectáreas, sobre una extensión de 380 mil hectáreas cosechadas.
Esta información fue alcanzada a la Comisión Agraria del Congreso, como al seno del Consejo Nacional del Café, señalando como regiones más afectadas al Vraem (61%), San Martín (54%), Puno (49%), Ucayali (48.9%), Huánuco (45%) Junín (42%), Amazonas (35%).
Las pérdidas económicas, según la Junta Nacional del Café, se estiman en 55.000 toneladas de café pergamino, que al precio de S/ 9.50 sumarían más de S/ 520 millones. “A este valor de cosecha, debe sumarse la pérdida por cada árbol plantado mediante inversiones personales o familiares, que ahora se requiere sustituir o rehabilitar mediante podas. Se trata entre 3.500 a 4.000 árboles por hectárea, en una extensión de 80 mil hectáreas improductivas, estimándose 288 millones de árboles a ser reemplazados en los próximos 2 años”, agregó Tomás Córdova.
Indicó que el propio jefe del Senasa reconoció que habrá menos producción durante los dos próximos años, afectando la economía de las familias cafetaleras y menores volúmenes de exportación. “Llama la atención que frente a esta crisis se anuncie sólo el reparto de kits de fumigación en 3 regiones, evidenciando una incompetencia técnica para combatir la plaga”, insistió Córdova.