23 junio 2022 | 09:37 am Por: Redacción

Camposol espera expandir su producción de palta hasta el 2025 en dicho país

Los desafíos de las inversiones agroindustriales peruanas en la Colombia de Petro

Los desafíos de las inversiones agroindustriales peruanas en la Colombia de Petro
Cerro Prieto, Camposol y Danper son algunas de las empresas agroindustriales peruanas que operan en el mercado colombiano. Concentrarían, en conjunto, cerca de 10.000 hectáreas entre cultivos de palta Hass, arándanos y explorando proyectos con frambuesa.

(Agraria.pe) La elección de Gustavo Preto como el primer presidente de izquierda en Colombia podría marcar un antes y un después en la historia política y económica de ese país. También podría marcar cambios importantes en los planes de inversión de las empresas agroindustriales peruanas que apuestan, desde hace algunos años, por ese mercado para ampliar su producción, principalmente en palta Hass y, pronto, de arándanos.

“Serán meses de incertidumbre”, reconoce Daniel Bustamante, director comercial del Grupo Cerro Prieto, una de las cinco empresas agrícolas peruanas que llegó a tierras colombianas por el 2018. No obstante, anota que esperarán a ver cómo se comporta ese país en las próximas semanas.

Cerro Prieto junto con Camposol y Danper -empresas peruanas con inversiones en Colombia- concentran cerca de 10.000 hectáreas de cultivos en diferentes zonas de ese país. Ya han realizado envíos de palta Hass colombiana y están probando con arándanos y frambuesas, comenta Ángel Manero, especialista en agronegocios.

A este grupo se suma, según datos compartidos por ProColombia, la compañía de bebidas peruana Grupo AJE y el vivero Agro Génesis. La agencia gubernamental, en una entrevista del 2021 indicó que empresas peruanas del sector agrícola buscaban invertir en dicho país tras los cambios de la regulación peruana, por la nueva ley agraria que, de acuerdo a los agroexportadores, restó competitividad a Perú.

¿Por qué Colombia?
Un primer factor que hace atractivo a Colombia para atrapar las inversiones de las empresas agroindustriales peruanas es el costo de los terrenos. Según Manero, una hectárea de terreno agrícola puede estar entre los US$ 2.000 y US$ 3.000 en la zona norte de Colombia -con acceso a puertos-, frente al precio en Perú o Chile, que llega a los US$ 20.000.

Sin hablar del potencial de áreas cultivables que tiene Colombia sin aprovechar. Se estima que solo han sembrado en ocho millones de hectáreas cuando tienen un potencial de 22 millones (tres veces más que en Perú). Y sin contar que poseen microclimas que favorecen la producción de frutales.

“Si el nuevo gobierno (de Petro) pone en práctica un plan de titulación de tierras, se convertirá en un competidor fuerte para Perú”, resalta Marco Vinelli, director de la maestría de agronegocios de la Universidad Esan.

Ya lo está logrando con la palta Hass. Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, el país se perfila como uno de los principales exportadores de esta fruta. En los últimos cinco años, la producción de palta creció 34% mientras que sus envíos se aceleraron a un ritmo de 40.1% anual, mencionó ProColombia.

Un factor más atractivo aún es los beneficios tributarios y un menor sobrecosto laboral que -hasta el momento- tiene Colombia, agregan los entrevistados para esta nota. El país que desde agosto próximo será gobernado por Petro tiene desde el 2019 un marco promotor para atraer inversiones que incluye el pago de solo el 50% de la tasa del Impuesto a la Renta durante los primeros diez años.

A ello, añade Vinelli, por una menor sobrecarga de costos laborales, Colombia es más competitiva en la zona rural, aunque el panorama podría cambiar con el primer gobierno de izquierda de la historia democrática del país.

Los escenarios
No es novedad que tras un proceso de elecciones presidenciales los planes de inversión de largo aliento queden en stand by, mientras que aquellas estrategias -como la instalación de nuevos campos de cultivo que ya estaban en marcha, continúen, afirma Vinelli respecto a lo que podría pasar con las empresas agroindustriales peruanas que operan en Colombia.

¿Qué tanto podría cambiar el panorama con Petro en el poder? El plan de gobierno del electo presidente incluye, como sucedió con Pedro Castillo en Perú, un plan de reforma agraria y acuícola, “para avanzar en materia de igualdad en la tenencia y uso de la tierra, garantizando el derecho a la tierra para las familias rurales”.

Plantea, también, la renegociación de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y propone pasar de una economía “extractivista y de monocultivo” a una economía “agraria e industrial” intensiva en conocimiento con enfoque ambiental y con énfasis en el desarrollo de cadenas de valor añadido.

Para Vinelli, en un escenario en que se aplique una reforma agraria basada en las “fallidas experiencias” que han tenido otros países de la región, las empresas evaluarán sus estrategias de seguir o no expandiendo sus áreas de cultivo en Colombia y, en ese caso, podrían irse a países como Ecuador o Uruguay, donde las condiciones continúan siendo atractivas para las inversiones.

Pese a ello, el especialista también indica que en el mensaje de Petro hay una “especie de oportunidad”: “Quiere que los agricultores prosperen y produzcan alimentos para Colombia y el mundo, por lo que se está considerando crear distritos de riego para darle agua a la tierra, trabajar en temas de semillas e industrialización. Su posición será más clara cuando nombre a su ministro de Agricultura”, dijo.

Lo cierto también es que muchas de las decisiones que tome Petro y la izquierda deberán pasar por el Congreso, donde no tiene mayoría, agrega Manero. “No quitará que hagan esfuerzos para lograr algunas reformas, lo que podría suceder, como aquí, es que se aprueben reformas populares relacionados al costo laboral, como darle más beneficios laborales al trabajador rural. Ellos tienen gratificación solo una vez al año y no otorgan un bono adicional”.

“En el mejor de los escenarios, con las reformas que pueda hacer el gobierno de Petro las empresas deberían estar tranquilas porque existe lo que se llama un contrato de estabilidad tributaria que debe mantenerse”, indicó.

Frente a este panorama, Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), no deja pasar la oportunidad de exhortar al gobierno peruano a generar un clima de estabilidad para atraer inversiones y completar la normativa en torno a la nueva ley agraria que genera incertidumbre en el sector. Este año, según el Banco Central de Reserva (BCR), Perú registrará una tasa de 0% de crecimiento de la inversión privada.

Fuente: Gestión

 

Etiquetas: Agroindustrial , camposol