(Agraria.pe) El café es uno de los grandes productos agrícolas del mercado internacional. Además, ha sabido mantener a través del tiempo una fuerte relevancia en la canasta agroexportadora peruana. Los últimos años han sido sumamente complejos para este producto, debido a las fuertes fluctuaciones de volumen y precio que ha sufrido desde el inicio de la pandemia.
En 2021, debido a la fuerte crisis logística generada por el Covid-19, las colocaciones de café se dificultaron y retrasaron bastante. Esto generó que para inicios del año 2022 los exportadores tuvieran un stock muy grande y disponible para exportar. Ello coincidió con una fuerte crisis en la producción de café de rivales muy relevantes como Brasil y, en menor medida, Colombia. La falta de oferta generó que el precio internacional del café se disparara. Con ello, el grano peruano se pudo posicionar en el top 3 de principales productos exportados en el país, logro que no había conseguido en casi media década. Y no sólo eso. Además de regresar al podio, por primera vez superó la barrera de los US$ 1.000 millones exportados, uniéndose al selecto club de las estrellas exportadoras, donde se encuentran la uva, el arándano y la palta.
Estos resultados atípicos para el café en 2022, con un crecimiento aproximado del 20% en volumen y 50% en valor, contrastan fuertemente con los resultados que viene obteniendo el grano en 2023. Durante la primera mitad de este año (enero-junio), se ha exportado cerca de 32.962 toneladas por un valor aproximado de US$ 151 millones, mostrando una contracción de -62% en volumen y -63% en valor frente a las 87.519 toneladas por US$ 409 millones alcanzadas en igual periodo de 2022.
Con respecto al precio, este se ha reducido menos de lo que diversos analistas proyectaban a inicio del año. En promedio, los exportadores peruanos recibieron US$ 4.57 por kilogramo, apenas 2% menos que el año anterior.
Estos resultados tienen varias explicaciones. Para comenzar, la caída del volumen exportado responde principalmente a factores internos, pues la demanda apenas ha sufrido modificaciones y, más bien, se nota cierto viraje hacia cafés de mayor calidad. En la actualidad, los principales exportadores no tienen las reservas de stock que se tuvieron el año anterior. Esto es debido al gran éxito que consiguieron para colocar el producto a lo largo de 2022, impidiendo que en este año el fenómeno se repitiera. Además, a inicios de 2023, la producción se vio afectada por diversos fenómenos climáticos que limitaron el crecimiento en volumen. Esto tuvo una repercusión negativa más larga de lo esperado, pues las fuertes lluvias y las altas temperaturas produjeron que plagas como la antracnosis perjudicaran el correcto cultivo de este grano. A ello hay que agregarle que los conflictos sociales de los primeros meses generaron fuertes trabas para el proceso productivo y de transporte.
Con respecto a los competidores, estos no han logrado recuperarse de la forma como se esperaba. Esto es especialmente cierto con el café brasileño. Los volúmenes exportados por este gigante sudamericano se redujeron en 19% durante el primer cuatrimestre. Este resultado refleja la decepcionante campaña anterior, principalmente afectada por las fuertes heladas. Sin embargo, en los últimos meses esto se está revirtiendo con la nueva campaña, pues se está cosechando a gran velocidad y se observa una recuperación positiva de los campos. La expectativa de los productores brasileños es que la cosecha que inició en junio sea superior a la de los años 2021 y 2022, pero ligeramente inferior a la de 2020.
El caso colombiano también es especial debido a lo fuerte que es el mercado interno. En la actualidad, tanto el consumo local como la exportación compiten constantemente por el stock disponible. En el primer semestre del año, la disponibilidad se encontró bastante limitada debido a las duras condiciones climáticas que enfrentaron las últimas campañas. La producción hasta el mes de mayo se vio reducida en casi 9% por las constantes lluvias. Sin embargo, siguiendo el mismo comportamiento que Brasil, los cultivos colombianos han presentado una notable mejora en el último mes. Por ello, se puede prever que la disponibilidad en el mercado externo aumentará en los próximos meses.
La falta de recuperación por parte de estos gigantes del café explica muy bien el comportamiento de los precios recibidos por el café peruano en el primer semestre. Entre enero y marzo, cuando la producción de estos países se vio más escasa, los precios observados fueron bastante altos a pesar de las proyecciones negativas de muchos analistas a finales de 2022. El precio promedio fue 3% mayor a lo recibido en el primer trimestre del año anterior, alcanzando los US$ 4.72 el kilogramo.
Los meses siguientes, donde se observó una recuperación en las existencias de los competidores de la región, el precio cedió y está mostrando una clara tendencia a la baja. Con ello, el precio promedio recibido de abril a junio fue de US$ 4.43 el kilogramo, 9% menor al del mismo periodo del año anterior.
Bajo estos factores, es seguro que el café peruano no esté ni cerca de conseguir las cifras del año pasado. Sin embargo, los altos precios que muestra el mercado internacional permiten que la rentabilidad se mantenga elevada y se puedan generar nuevos proyectos de siembra.
Fuente: Fresh Fruit