Docente del departamento Académico de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria la Molina. Decana de la Facultad de Agronomía
14 julio 2016 |
11:00 am
Por: Ing Liliana Aragón Caballero
NECESITAMOS MÁS ‘CREYENTES’ EN LAS INSTITUCIONES
El 1 de julio participé de la graduación de los nuevos Bachilleres de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM). Siempre es emotivo compartir estos momentos con los padres y familiares, de hecho, los voluntarios que apoyaron en mantener el orden y respetar los espacios reservados padecieron mucho al tratar de hacer entender a algunos familiares que luego de iniciada la ceremonia no se debía pasar por estas zonas, pero por más que se esforzaban se observaba la resistencia a obedecer.
Esto me puso a meditar: ¿Por qué nos cuesta obedecer a los peruanos? ¿Por qué la primera reacción es la resistencia o el reclamo?
Desde no respetar la luz roja del semáforo hasta algo tan sencillo como lo que sucedió en esta ocasión. Tiene mucho que ver la cultura e idiosincrasia; en otros países la cultura implica respetar el principio de autoridad. ¿Cómo hacer para que cambie esta realidad? Y ¿cómo hacer además para que no sea solo un cumplimiento por temor a una sanción sino que lo hagamos por convicción? En el caso particular de una institución: ¿cómo lograr que cuando la autoridad da una directiva ésta sea cumplida por la totalidad o, por lo menos, por un alto porcentaje de los miembros de esta organización? Si hiciéramos una encuesta para saber las razones por las que se obedece al llamado de un directivo, encontraríamos argumentaciones como: “porque el jefe manda”, “porque no quiero que me sancionen”, “porque quiero saber de qué tratará”, “porque no tengo nada que hacer y servirán almuerzo” o “porque estoy identificado con la institución”. Esto tiene que ver también con el liderazgo de los directivos, su capacidad de convocar y de comunicar sobre la importancia que tiene la participación de los miembros de una organización. Cuando los miembros de una organización perciben que los directivos se preocupan por ellos, la respuesta frente a un llamado de los mismos será mayoritaria. De ahí la importancia de trabajar en la cultura organizacional y los valores en una institución.
Hagamos la comparación con las organizaciones de corte religioso donde todo está en función de la fe que profesan y sus creencias. A ellos les resulta fácil obedecer. ¿Por qué? La respuesta es simple, tienen una creencia o fe y espíritu de servicio. Quizá los peruanos nos hemos vuelto un poco escépticos en creer en la institucionalidad y en la autoridad. Tremendo reto que tiene el siguiente gobierno de hacer que los peruanos nos volvamos más “creyentes” de nuestros gobernantes y de las instituciones.