Docente del departamento Académico de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria la Molina. Decana de la Facultad de Agronomía
10 julio 2017 |
09:47 am
Por: Ing Liliana Aragón Caballero
A COCACHOS APRENDÍ…
La cultura de la prevención aún no está asimilada ni forma parte del peruano, aún nos cuesta entender cuán importante es tener políticas que promuevan la preparación anticipada ante un fenómeno o peligro que una lista de actividades de tipo reactivo. ¿Por qué? Somos una sociedad que tiene arraigada la informalidad, la “sacada de vuelta” o la “criollada”.
Creo que tal vez ha influido el haber pasado por gobiernos dictatoriales durante fines de los 60 y gran parte de los 70; estuvimos aislados del contexto internacional, situación que empezó a cambiar con la globalización y el empezar a ofertar productos de exportación y ver otra realidad. Esto nos hizo notar nuestras diferencias y necesidad de mejorar para estar a la altura de los mercados externos.
¿Por qué hago alusión al inicio del poema de Nicomedes Santa Cruz: “A cocachos aprendí….”? Es increíble que a pesar de haber pasado por fenómenos del Niño del 83 y del 97 no aprendamos que no se debe construir viviendas en zonas de quebradas por las cuales discurre agua y piedra y lodo de las partes altas durante épocas de Niño; o que se debe reforestar o forestar en las partes altas de las cuencas; o reforzar las defensas ribereñas.
Tampoco hemos aprendido del terrible incendio de Mesa Redonda sobre los cuidados y precauciones mínimas en establecimientos públicos. Días atrás vivimos un terrible incendio. Nos toca aprender a “cocachos”, pues con las advertencias provenientes de expertos no es suficiente para poner en práctica tales recomendaciones.
Un país como el Perú, con una elevada biodiversidad de la cual nos enorgullecemos, pues gracias a esta tenemos la diversidad en especies vegetales, animales, climas, culinaria, danzas, es vulnerable también. De ahí la necesidad de desarrollar la cultura de la prevención.
La política del Estado de establecer un seguro catastrófico desde el 2000 a fin de que los agricultores de zonas deprimidas salgan del círculo vicioso de la pobreza fue un inicio. Un país con nuestras características requiere fortalecer su servicio meteorológico a fin de establecer con la data acumulada sistemas de alerta; debe invertir en el desarrollo de un sistema consolidado y que interactúe con cada una de las carteras como el Minagri, Ministerio de Vivienda, Gobiernos Regionales, etc.
Cada gobierno regional o municipal debería tener consolidados los análisis de riesgo de sus regiones y proyectar sus planes de prevención; en vez de construir estadios deportivos descomunales o monumentos o paraderos de transporte público extraños; en fin, si no desarrollamos la cultura de la prevención tanto personal como sociedad; vendrán más desastres o incendios y seguiremos aprendiendo a “cocachos”.