Docente del departamento Académico de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria la Molina. Decana de la Facultad de Agronomía
13 octubre 2016 |
10:12 am
Por: Ing Liliana Aragón Caballero
Los patógenos de plantas amenazan la seguridad alimentaria
Entre los años 1845 a 1849 se produjo una terrible hambruna en Irlanda, se estima que murieron entre 2 a 2.5 millones de personas. Los historiadores reportan que entre 1841 a 1851 la población de Irlanda disminuyó de 8.2 a 6.6 millones. Adicionalmente, el impacto ocasionó que miles de irlandeses migraran hacia América.
La hambruna fue ocasionada por el fitopatógeno Phytophthora infestans, un Oomycota que ocasiona lesiones en el follaje y pudrición en los tubérculos.
El avance de la enfermedad durante una campaña de papa tiene una fase de crecimiento exponencial, lo cual es catastrófico durante condiciones favorables de lluvias y temperatura trayendo como resultado que en cuestión de 3 a 5 días se pierda todo el cultivo.
Los fitopatógenos pueden ocasionar distintos tipos de lesiones que reducen determinados órganos vegetales relacionados directa o indirectamente con la producción vegetal. Esto incide en la seguridad alimentaria.
Durante los procesos coevolutivos entre patógenos y plantas, éstas últimas poseen genes de resistencia o susceptibilidad ante los patógenos. Es así que algunas especies como la papa o el tomate son propensas a ser afectadas por una gama amplia de fitopatógenos de distinta naturaleza (hongos, bacterias, virus, nematodos, etc).
Por efecto del cambio climático la dinámica de los patógenos, y por ende la intensidad de las enfermedades, se ha tornado muy variable. El reto actual es establecer estrategias de manejo integrado bajo un esquema de una agricultura sostenible.