(Agraria.pe) En el 2012, apenas pocos productores de café y cacao producían pitahaya de la variedad amarilla en la selva peruana como una suerte de diversificar sus ingresos. Diez años después, la conocida ‘fruta del dragón’ es el cultivo de moda.
A partir del 2017, las tierras de la costa norte -Piura y Lambayeque- pasaron a ser zonas fértil para las primeras áreas de pitahaya de la variedad roja, mucho más atractiva a los ojos de los consumidores chinos y europeos. El color intenso garantiza un mayor nivel de antioxidantes y vitaminas; un rojo que además es considerado como el de la suerte por el gigante asiático. En ese escenario, la exótica fruta comenzó a expandirse y desde hace dos años hay alguna hectárea instalada en casi todas las regiones de la costa.
“Hay áreas sembradas en Tumbes, Lambayeque, Piura, Trujillo, Huacho, Chimbote, Huaral, Lima (Cañete, Mala y Pachacámac), Ica (Chincha), en Arequipa (Camaná y el Pedregal); tanto Cusco y Moquegua están empezando, y ha llegado hasta Tacna, donde la pitahaya se está vendiendo a S/ 17 el kilo para el mercado chileno”, dice German Caballero, el primer exportador de la fruta del dragón en Perú y socio fundador de Epic Farms, una de las pocas empresas del país con vivero de pitahaya con más de 150 variedades, aunque precisa que son 25 las que tienen el potencial comercial.
Junto a su socio, el agrónomo Jorge Chiesa, afirman que la tendencia es que el precio de la pitahayas roja y orgánica siga al alza en el mercado internacional. Hoy se cotiza a US$ 4.2 el kilogramo mientras que la demanda para este 2022 se prevé que crezca un 4%. “Irá creciendo en la medida que los mercados conozcan la variedad roja. Hasta ahora solo tenían mapeado las de color blanco”, señalan.
¿Inversión rentable?
Son varios los factores, por lo que tanto Epic Farm como R Coop -que tiene pitahaya instalada en el norte país-, afirman que el negocio de la fruta del dragón es “realmente atractivo”: la inversión por hectárea es la quinta parte de los que cuesta actualmente la instalación de arándanos; el precio de la semilla puede ir desde los S/3 frente a S/25 el plantón de palta.
Sin contar que Perú tiene una ventana de producción ventajosa frente a China o Indonesia -grandes productores mundiales de pitahaya-, que va de enero a abril. Y frente a competidores de la región como Ecuador, Caballero resalta que el Perú ofrece drawback y una mano de obra más barata. Las escasas lluvias también son un punto a favor: a menor humedad, menos aplicación de fungicidas u otros controladores.
Diego Rodríguez, CEO en R-Coop, dice que la inversión por hectárea “depende del tipo de instalación”, pero iría desde los US$ 10,000. “Lo recomendable para empezar es una hectárea como mínimo si se piensa en el mercado nacional, y más de 10 hectáreas para el mercado internacional”, menciona.
Caballero y Chiesa dan un poco más de detalle. Explican que los productores deben apuntar al mercado extranjero, por lo tanto la variedad ideal es la American Beauty, algo de Palora y otros híbridos. Asimismo, señalan que toda área ubicada hasta 1.600 metros sobre el nivel del mar es ideal para la fruta, siempre que la conductividad sea menor a tres disímiles. Ello generaría que el pico de producción llegue a 40 kilos por planta.
“Lo que hemos calculado es que la instalación de una hectárea de pitahaya de alta calidad y bajo producción orgánica bordea los US$36.000, ese es tu máximo déficit en flujo de caja; eso incluye capex y opex, es decir, desde instalación hasta el costo de exportación (certificado del Senasa y de cultivo orgánico). La recuperación del capital se efectuaría para la tercera campaña, y la plata tendría una vida útil de al menos 20 años más”, indica Caballero.
Chiesa agrega con la que experiencia que han tenido acompañando a pequeños productores, se calcula que la producción de un kilo de pitahaya se ubique entre los 36 a 38 centavos de dólar, mientras el valor FOB es de alrededor de US$2.2 considerando un packing alto. Podría ser menor si próximamente se alcanzan a realizar envíos por barco.
Promoviendo pitahaya peruana
El programa Sierra y Selva Exportadora indicó que, ante la demanda e interés en la cadena productiva de la pitahaya, a partir del 2023 empezarían a atender y promocionar dicha cadena. En tanto, César Quispe, presidente de Agrobanco, indicó que todavía no han recibido solicitudes de crédito para la producción de pitahaya pero que esperan que asociaciones se presenten “para hacer los trámites ante el Ministerio de Agricultura y poder financiarlo. Cualquier tipo de fruta exótica, puede ser financiado”, remarcó.
En tanto, a nivel internacional, Epic Farm -que actualmente trabaja en su proyecto Pitahaya. en Pisco (Ica)- logró firmar un acuerdo de intención de compra con Walmart, la famosa cadena de tiendas de Estados Unidos, una vez que se apruebe el protocolo de ingreso de la pitahaya peruana al mercado estadounidense. ¿Cómo va ese proceso? Según Chiesa, la aprobación del protocolo está en la cancha del Senasa. Lo ideal sería que se concrete en 2023.
Fuente: Gestión