Hay atisbos de recuperación en el sector cafetalero pero aún subsisten muchas fallas estructurales en la cadena de valor de este producto emblemático de la agricultura peruana. Especialista señala que al país le falta una estrategia para el sector que ponga en el centro el bienestar del productor y le permita desarrollar un plan de vida.
(Agraria.pe) La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), reveló que el mes de junio mostraba un crecimiento de 17.5% en la producción de café. ¿Significa este indicador que el rubro se está recuperando? Para María Mercedes Medina Muñoz, coordinadora del Proyecto Sostenible del Café Peruano que ejecuta la Junta Nacional del Café (JNC), tiene que haber ya alguna recuperación después de la aguda crisis de la roya que se produjera un par de años atrás.
“En el periodo 2012-2013 se da la crisis de la roya y se ven afectadas 390.000 de las 425.000 hectáreas que estaban cultivadas (con café). De esas 390.000, unas 80.000 fueron pérdida total. Fue una crisis muy dura para la cual el sector no estaba preparado. La caída en producción fue muy grande, más considerando que Perú estaba trabajando con variedades especiales de muy buena calidad de taza que le dieron reconocimiento mundial en ese nicho de mercado”, comenta para Agraria.pe.
La especialista reseña que con la caída de la producción el país tuvo que entrar en un proceso de renovación de plantaciones, del cual se están viendo los primeros resultados en los lotes renovados. El movimiento estuvo liderado por el Ministerio de Agricultura en un Plan Nacional que alcanzó unas 37.000 hectáreas y que exigió al país retomar un análisis de la situación de la cadena de valor del grano.
Para Medina, en este aspecto –la cadena de valor- hay situaciones críticas como que Perú no cuenta con una variedad propia. Por ello, no define si debe entrar a trabajar de lleno en líneas catimores o si debe asumir nuevamente el trabajo con variedades especiales con el consabido riesgo de las plagas. De hecho, durante el desarrollo del plan de renovación, se trabajó con variedades híbridas como el catimor, que no tiene la misma calidad de taza de un caturra, pero sí puede ser un buen café si respetan estándares para procesos de beneficio, almacenamiento y tostado.
“Puedes tener una súper variedad, pero si haces mal el secado o tostado no va a resultar bien. La taza es el resultado de buenas decisiones y buenas prácticas que se toman desde la selección de la variedad y manejo del ecosistema hasta el tostado. No existe una variedad mágica que te dé altísima calidad de taza y sea inmune a las plagas, así como no existe el príncipe azul. Necesitas fertilizar y tener buenos estándares”, explica.
A esta indefinición en cuanto a las variedades adecuadas, se suma el problema de fertilización de los suelos, tema para el cual no se cuenta aún con un laboratorio certificado y, para peor, tampoco existen muchos especialistas que trabajen en ese aspecto en la línea del café.
Contacto gubernamental
Para la coordinadora del Proyecto Sostenible del Café Peruano, hay buena receptividad del nuevo gobierno con respecto a las necesidades del gremio cafetalero y, de hecho, destacó que la dirigencia de la JNC se reunió ya con el ministro de Agricultura, José Manuel Hernández. Cabe recordar que, como señaló Agraria.pe el 18 de agosto último, la Junta solicitó al titular del sector impulsar la renovación de cafetales asociada a la agroforestería, rentabilizar la caficultura y establecer un mecanismo de fondo de jubilación para los cafetaleros. Otras sugerencias fueron reactivar el Consejo Nacional del Café y extender el Drawback a los cafés especiales.
“Es necesario sentarse y establecer un diálogo intersectorial para ver qué quiere Perú con su café, que es un producto que responde a más del 80% de las exportaciones agrícolas del país y contribuye notablemente al PBI. Hay diferentes instituciones que tienen competencia como el Ministerio del Ambiente, que interviene desde el punto de vista del manejo territorial, la gestión de paisajes y ecosistemas que albergan sistemas de producción de café; también el Minagri, con el manejo de agua y bosques, el INIA, el Senasa, el Ministerio de Economía que define la inversión en proyectos”, reseña.
Todo este diálogo, sintetiza, tiene como objetivo central uno solo: el bienestar del productor. “En este momento es el productor cafetalero el objetivo de la cadena de valor del café. Para que el café se convierta en el medio a través del cual este cafetalero cumple un plan de vida y tiene un trabajo digno, y eso tiene que ser para el cafetalero y sus hijos. El café, en un Estado garante de derechos, debe permitirle a la familia cafetalera cumplir su plan de vida”.
Datos
.El Proyecto Sostenible del Café Peruano trabaja con 27 organizaciones que representan un total de 3.000 productores. Estos se encuentran en San Martín, Amazonas, Cajamarca, Junín, Pasco, Cusco y Puno, con quienes se desarrolla un trabajo de promoción de buenas prácticas y mejora de la calidad del café. Ha desarrollado además alianzas para temas estratégicos como el análisis de suelos con entidades como la Universidad Nacional Agraria La Molina para procesos de información e investigación.
.María Mercedes Medina resalta que el proyecto tiene cinco grandes componentes: Facilitar el acceso a herramientas, metodologías y materiales para asistencia técnica; Asistencia técnica directa acompañando al productor con capacitaciones y formación de promotores (empezaron con 20 y ya van en 113); Servicios a través del manejo de fertilización, insumos y materiales para mejora de la producción; Innovación e investigación, en el marco del cual se ha lanzado la plataforma web para caficultura sostenible así como un sistema de alerta temprana junto al Senamhi y Seansa, entre otros; y una estrategia de comunicación en torno a prácticas y promoción de consumo interno del café.
Hoy 22 de agosto se inicia el I Congreso Nacional de Asistencia Técnica y Calidad para la Cadena de Valor de Café Sostenible. El evento se extenderá hasta el día 25 en el hotel Four Points de Miraflores y tendrá como objetivos conocer los avances, tecnologías y normatividad asociada a la cadena de valor del café sostenible; impulsar una agenda en torno a la cultura de calidad que sea adoptada y desarrollada por los diferentes factores de la cadena de valor y construir una estrategia de asistencia técnica de calidad para los pequeños productores cafetaleros.
