Este segmento representa el 79% de la PEA en el país y estaría viéndose afectado en el esquema de libre comercio, especialmente al inicio de cadenas productivas como el algodón y el trigo.
(Agraria.pe) En Perú, la agricultura familiar emplea a 3 millones de personas y es responsable del 79% de la PEA (población económicamente activa) agropecuaria. Además, provee el 80% de los alimentos, lo que revela su importancia en la economía nacional, según datos que compartió el economista Alan Fairlie, quien además es parlamentario andino.
Durante un foro organizado por Conveagro para analizar el impacto de los TLCs en la agricultura familiar andina, el vocero enfatizó en que este sector es clave para alcanzar la seguridad alimentaria y el desarrollo rural, y que de hecho en América Latina el 80% de las unidades productivas pertenecen a esta categoría.
Por ello, consideró crucial estar atentos a los posibles efectos negativos que podrían estar dándose entre estos productores a partir de los múltiples tratados que el país ha firmado con los principales mercados del mundo.
Estimó así que deben revisarse efectos tanto de corto como mediano y largo plazo. Entre estos, observó que en los países exportadores netos de alimentos los precios internacionales elevados pueden provocar que parte de la producción antes disponible para consumo interno se dirija al extranjero, reduciendo la disponibilidad en el mercado local.
La contraparte se da en los países importadores, donde los productores nacionales no podrían competir con las importaciones y pueden optar por limitar su producción, desaprovechando así los importantes efectos multiplicadores de las actividades agrícolas en las economías rurales.
En un escenario así, agregó, no es de extrañar que los precios internos de los alimentos exportables tiendan a incrementarse. Además, se puede generar una distribución desigual de estos aumentos si se realizan avances específicos en los cultivos de exportación.
Farilie dijo que en el caso peruano, los TLCs han tenido un impacto negativo en el inicio de las cadenas productivas, lo que se veía claramente en los sectores productivos del algodón y del trigo, donde el nuevo esquema comercial facilitó la importación de estos insumos.
Además, sucedieron situaciones de confrontación con otros productores como en el caso de la quinua con Bolivia, país que no tiene tratados de libre comercio y que se quejó de la competencia voluminosa de Perú en la exportación de este grano con producción surgida de la costa, lo que ocasionó que algunos despachos fueran rechazados en 2015 por presentar rastros de agroquímicos.
Finalmente, consultado sobre si el Parlamento Andino podía tomar acciones para impulsar o proteger a la agricultura familiar en este contexto, el especialista dijo que esa posibilidad no era viable ya que se trataba de una institución en crisis y que sus resoluciones no son vinculantes.