(Agraria.pe) Con la agricultura regenerativa como método y la producción de alimentos saludables durante decenas de generaciones más como objetivo, Ingleby Farms, una compañía multinacional con sede en Dinamarca y operaciones agrícolas en diferentes continentes y países, desde la ganadería en Argentina y Australia hasta el cultivo de pistachos en los Estados Unidos, pasando por la producción de cereales en Rumanía y Uruguay, ha elegido Perú como la tierra principal para sus producciones de arándanos, paltas y uvas de mesa.
"En el corazón de la política empresarial está el tema de la sostenibilidad", comenta Isaías Segovia Romaní, responsable de las operaciones agrícolas de la empresa danesa en el Perú. "Respetamos el medio ambiente, poniendo especial énfasis en el cuidado del suelo, ya que entendemos que hacer inversiones para asegurar la producción durante nada más que los siguientes diez o veinte años sería un error. Hace falta mirar mucho más allá, hacia un horizonte de al menos 150 años vista".
En el Perú, Ingleby Farms posee 1.300 hectáreas de cultivo entre los distritos de Motupe y Olmos, ambos en la provincia de Lambayeque, y de las que unas 700 se destinan a la producción de palta, cerca de 300 al cultivo de uva de mesa y el resto a la producción de arándanos. Las paltas y las uvas de mesa se empacan en las instalaciones de la empresa Proserla, mientras que para los arándanos, Ingleby Farms cuenta con líneas de calibración y procesamiento propias.
Mejoras en el sistema de drenaje en los campos de palta
Las paltas, todas de la variedad Hass, aunque un porcentaje muy pequeño lo conforman las variedades Zutano y Ettinger como polinizadores, se envían a retailers e importadores del Reino Unido, la UE y los EE. UU. "Solo trabajamos con fruta de producción propia, ya que queremos asegurarnos de que el cultivo sea totalmente sostenible, tal y como prometemos a nuestros clientes. Si bien este año el rendimiento en campo es ligeramente menor respecto a la media de los últimos diez años, la temporada pasada, por la afectación de El Niño, las pérdidas en campo fueron mucho más grandes, no tanto por la subida de las temperaturas, que ciertamente tuvieron un impacto en la floración, sino principalmente por el exceso de agua que hizo que alrededor del 30% del sistema radicular se perdiera. Y es que en un mes y medio tuvimos 1.300 mm de lluvia en comparación con los 60 mm anuales de media. Tras lo ocurrido el año pasado, hicimos mejoras en el sistema de drenaje, por ello este año estamos salvando la cosecha mucho mejor".
Buenos precios de salida para las paltas grandes
Las primeras paltas, que se recolectaron a mediados de marzo, encontraron buenos precios de unos 3,75 dólares por kilo para los calibres grandes debido a la falta de oferta en el mercado internacional, de acuerdo con Isaías Segovia. "En estos momentos, los tamaños pequeños registran precios muy bajos, pero es difícil decir cómo se desarrollará el mercado en los próximos meses, ya que si la pérdida de cosecha es mayor de lo previsto, las cotizaciones tenderán a subir".
El responsable de las operaciones agrícolas de Ingleby Farms Perú explica que en la sierra hay muchos pequeños productores, cuya superficie plantada no siempre está contabilizada y a los que los compradores parecen estar comprando mucha fruta este año. "Además, el impacto de El Niño es casi nulo en la sierra en el sur del país. No obstante, algunos exportadores informan de un bajo contenido de materia seca, puesto que los productores, en el afán de aprovechar los buenos precios al principio de la temporada, se adelantan en la recolección de la fruta".
Precios altos para la calidad premium de las uvas blancas en Estados Unidos
En cuanto a la uva de mesa, las variedades producidas por Ingleby Farms en el Perú son tres: Sweet Globe, Jack's Salute y Red Globe, aunque esta última variedad cuenta con una superficie reducida de unas 30 hectáreas. "Las uvas Red Globe se destinan a los mercados de Ámerica Central y Europa. La mayor parte de las uvas de mesa en Perú la conforman las variedades blancas, que han ido sustituyendo poco a poco a las variedades tradicionales como Thompson, Crimson y Sugraone. Las uvas blancas se exportan mayoritariamente a los EE. UU., donde al terminar la temporada californiana se pagan precios más altos para la calidad premium que en Europa. Y es que el mercado estadounidense exige una coloración uniforme en la tonalidad verde para las uvas Sweet Globe, mientras que los compradores europeos aceptan diferentes grados de fruta de color ámbar. Además, el valor mínimo de contenido de azúcar exigido en los mercados estadounidense y británico es de 15-16 grados Brix en comparación con los 14 grados en el mercado europeo".
Ingleby Farms apuesta por la uva de mesa Jack's Salute
Pese a la popularidad de las uvas apirenas blancas entre los productores peruanos, Ingleby Farms planea ampliar la superficie sembrada con la uva roja Jack's Salute, que "tiene las ventajas de ser muy crujiente, tener una buena vida útil poscosecha y, sobre todo, mostrar un rendimiento en campo extraordinario en nuestra zona", sostiene Isaías Segovia. "Incluso sin tratamiento diferencial alguno, la brotación de esta uva es excelente en Motupe. Los productores de Ica o Piura que visitan nuestros campos no se lo explican. También el hecho de que el material vegetal lo importamos directamente de California puede influir en el buen desempeño de esta variedad en nuestros huertos".
Las uvas de mesa, cuya ventana comercial es de agosto a diciembre, se clasifican por color en campo, dependiendo del mercado de destino, pero se empacan en la planta procesadora. "Y es que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA) no permite que las uvas se envasen en campo por motivos sanitarios. El porcentaje exportable oscila entre el 85 y el 90 por ciento para las variedades blancas, dependiendo del clima, y entre el 90 y el 95 por ciento en las variedades rojas. La cantidad descartada para el mercado internacional se destina al mercado local", explica el responsable de operaciones agrícolas.
Ingleby Farms Perú da trabajo a 600 personas durante todo el año y a hasta 2.000 trabajadores en los momentos de máxima producción de paltas, uvas de mesa y arándanos. "No obstante, también en Motupe y Olmos es cada vez más difícil encontrar mano de obra, en parte por la competencia entre las diferentes grandes empresas productoras de frutas y hortalizas en esta región. Intentamos fidelizar a nuestros trabajadores proveyendo alojamientos de buena calidad cerca de los campos de cultivo, donde pueden quedar de lunes a viernes, evitando así que la gente tenga que hacer el desplazamiento de por la mañana y de por la tarde desde y hacia su casa, en algunos casos de hasta dos horas. Además, un trabajador bien descansado rinde mucho más", concluye Isaías Segovia.
Fuente: Fresh Palza