(Agraria.pe) En 2020, el jengibre peruano ha alcanzado niveles de exportación nunca antes registrados. Las poderosas propiedades saludables y los beneficios nutricionales de esta raíz de origen asiática han impulsado su consumo global desde que se desató la pandemia, algo que, junto con la disminución de la oferta de China, el principal productor mundial, ha supuesto una gran oportunidad para Perú, cuya campaña coincidió con la expansión de la crisis sanitaria.
“La demanda ha sido bastante fuerte. En lo que va de año se han exportado a nivel nacional 18.000 toneladas, mientras que el año pasado se exportó un total de 23.000 toneladas”, comenta Kristel Camargo, gerente de la empresa peruana Elisur Organic SAC, dedicada a la producción y comercialización de jengibre y cúrcuma orgánica.
“La demanda interna en China ha derivado en una oferta notablemente menor para la exportación, lo cual se ha traducido en mayores precios en los mercados internacionales. Se estima que el cierre de la campaña, que suele ser a finales de marzo, se adelantará a febrero y, en un escenario muy optimista de demanda, podría incluso concluir en enero. Los precios van a ir subiendo fuertemente, y se sentirá más en los siguientes meses a medida que se reduzcan los volúmenes disponibles”, explicó.
Elisur Organic es uno de los cinco mayores exportadores de jengibre a nivel nacional. Está ubicada en Pichanaqui y comercializa jengibre orgánico certificado cultivado por productores de la Selva Central. Los productos, frescos y en polvo, que comercializa bajo su propia marca Elisur Organic, llegan a España, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos y Canadá.
En palabras de Kristel Camargo: “La cantidad de producto que ya hemos certificado era la suficiente para cubrir una demanda anual de 120 contenedores de 20 toneladas cada uno, incluso con un colchón del 10% adicional. Sin embargo, en la actualidad estamos ampliando nuestra capacidad productiva. Normalmente exportábamos dos contenedores y medio a la semana. Ahora enviamos un contenedor cada dos días, pero tenemos la capacidad de ampliar los envíos incluso a un contenedor diario. Ese es el reto para nosotros, aunque tenemos que invertir en la parte de secado, que es el cuello de botella a nivel general aquí en la Selva”.
El aumento de la demanda de jengibre ha estado fuertemente ligado a la expansión del Covid-19, aunque los desafíos a los que se ha enfrentado el sector también, como indica Kristel. “Tuvimos que parar nuestra actividad un mes durante el estado de emergencia, hasta que se aprobaron los lineamientos que permitían la continuidad de las exportaciones y volvimos implementando los protocolos sanitarios necesarios para los trabajadores, para seguir abasteciendo a nuestros clientes. En cuanto a los envíos, a inicios de campaña en Perú, solo se vende un producto baby, premaduro, que se exporta vía aérea en los meses de abril, mayo y parte de junio para mantener la calidad de la fruta. Sin embargo, los costos de los fletes aéreos se elevaron increíblemente e incrementaron a su vez los precios del jengibre, por lo que tuvimos que migrar a los fletes marítimos”, señaló la gerente de Elisur Organic.
El cambio de los hábitos de consumo va a dejar huella, según Kristel, quien augura que tras la crisis sanitaria se mantendrá la demanda de jengibre. Sin embargo, también denuncia que “el auge de esta industria y su alta rentabilidad ha promovido el ingreso de competidores ‘informales’ que, al no asumir los costos que demanda una operación formal ni asegurar a sus trabajadores incluso en plena pandemia, ofrecen sus productos a precios más bajos de los que actúan conforme a la ley”.
“Elisur Organic está comprometida con el desarrollo de un comercio responsable, las buenas prácticas sustentables para el cuidado del medio ambiente y la contribución social. Nosotros cumplimos la norma siempre a favor del trabajador”, subraya Kristel Camargo.
Fuente: Fresh Plaza