COLUMNA DE:
Carlos Gomez

Carlos Gomez

Ingeniero Zootecnista de UNA La Molina y PhD Nutrición Animal (U. Guelph, Canadá). Se ha desempeñado como Director de Investigación de la Facultad de Medicina Veterinaria de U. Cayetano Heredia, Decano de la Facultad de Ingeniería de U. San Ignacio de Loyola y Profesor principal y decano de la Facultad de Zootecnia UNA La Molina donde realiza ahora docencia.
28 enero 2021 | 09:15 am Por: Carlos Gomez

Incremento importante en precio de Maíz y Soya afectara a la actividad pecuaria en los siguientes meses

Incremento importante en precio de Maíz y Soya afectara a la actividad pecuaria en los siguientes meses

El costo de maíz y soya representa entre 30 a 50 por ciento del costo para producir carne (aves, porcinos, vacunos), leche y huevos en nuestro país. Por las implicaciones que tiene en materia de costos de producción, la evolución reciente del precio de mercado de esos dos alimentos es hoy motivo de importante preocupación.

Existen diversas proyecciones de precio para maíz y soya como los de WASDE (https://www.usda.gov/oce/commodity/wasde) y otros observándose por ejemplo que para entrega de maíz en marzo 2021, se estima un incremento de 30 por ciento respecto al precio de hoy. Semejante tendencia ocurre para grano y torta de soya.

Respecto a maíz, Estados Unidos genera un 32% de la producción global y China, es el segundo productor mundial, que consume todo lo que produce, con un 23% del total. Mientras que la cifra de Brasil es un 10 % de la producción en el planeta, la Unión Europea es responsable de un 6% y Argentina de un 4%.

Para el caso de Torta de Soya, China genera un 29 % de la producción global y Estados Unidos es el segundo productor mundial con un 18 % del total. Mientras que Brasil y Argentina representan ambas el 13 %. Por ejemplo en el caso nuestro para torta de soya el 81 por ciento se importó de Argentina y 19 porciento de USA.

Respecto a razones para dicho escenario de subida de precios en el mercado global del maíz y soya es necesario evaluar por el peso que tienen en volumen de exportación tanto Estados Unidos, como Brasil y Argentina. Al respecto dos elementos coincidentes parecen haber empujado hacia arriba sus precios, a saber: la disminución de las existencias (stocks) en bodegas de los Estados Unidos y, los efectos negativos de la sequía en el cultivo, provocados por el fenómeno climático llamado La Niña, en Brasil y Argentina.

Nuestro país requiere para uso en alimentación animal cubrir 60 % de su demanda de maíz por importación y 100 % de la soya por lo que se prevee incremento en precio al consumidor de alimentos de origen animal en un contexto de disminución de capacidad de compra de alimentos por la población por efecto del COVID originando mayores índices de desnutrición. Asimismo el productor pecuario verá incrementado sus dificultades como negocio sostenible en el tiempo inmediato.

Respecto a estrategias para mitigar el impacto del aumento de precio de soya se puede considerar el uso de insumos alternativos y un aumento en el uso de aminoácidos sintéticos así como el uso de enzimas para utilizar mejor las diversas fuentes de proteína vegetal. En el caso de maíz se tienen menos oportunidades de mitigación considerando solo la estrategia de incrementar el uso de otros insumos alternativos proveedores de energía que lamentablemente son escasas en tiempo corto.

El desarrollo saludable de la industria pecuaria debe considerar a mediano tiempo con apoyo estratégico del sector gubernamental el aumento de la producción nacional de maíz u otro grano alterno como sorgo en diferentes zonas del país así como de proteínas vegetales en el trópico. Para esto el concepto de cadena productiva debería poder incorporarse con éxito.