24 abril 2020 | 09:21 am Por: Redacción

Convivir con el Covid-19:

Impacto en el sector agroalimentario

Impacto en el sector agroalimentario
No se ha comprobado que el Covid-19 se transmita por alimentos, pero sí hay un temor generalizado en la sociedad de contraer la enfermedad por contacto con las superficies de empaques y bolsas.

Por: Jaime Flores Ponce, Consultor internacional en Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de Alimentos. Es asesor principal de la Compañía Inspectora y Certificación Caliverif y Coordinador de la Red Latinoamérica de Servicios de Extensión Rural (Relaser) Capítulo Ecuador.

(Agraria.pe) Esta es una pandemia que tendremos por largo tiempo a menos que logremos una inmunización a gran escala, como se hizo con la viruela, lo que tomó muchos años. Hay que destacar que la comunidad científica conoce sobre coronavirus, pero no sabemos cuál será el comportamiento de éste en especial.

Lo que está claro es que esta pandemia la podremos mitigar y aplanar la curva de contagios, como se está haciendo en la mayoría de los países, pero no la podemos detener. Lo que nos lleva a la pregunta de cuándo y con cuáles resguardos regresaremos a nuestras vidas cotidianas, al trabajo, a las escuelas, a las universidades, a la vida normal.

Con estos antecedentes, llegamos a la conclusión que tendremos que aprender a vivir con ella.

La pandemia trae consecuencias y hay perdedores y ganadores; la realidad, que se observa en la mayoría de los países afectados, es que los ganadores son los servicios médicos y hospitalarios, insumos para la limpieza y desinfección, servicios de TIC, e-commerce, la agricultura, la industria de alimentos y el comercio al detalle. Está claro que las personas dependen de las cadenas de suministro para la nutrición y la alimentación; hablamos de seguridad alimentaria.

"No se ha comprobado que el Covid-19 se transmita por alimentos, pero sí hay un temor generalizado en la sociedad de contraer la enfermedad por contacto con las superficies de empaques y bolsas"

Por otro lado, si bien la salud pública es ahora la máxima prioridad para nuestros países, mantener a la sociedad y la economía en un confinamiento total durante demasiado tiempo tendría consecuencias negativas involuntarias. De hecho, ya se empiezan a ver ciertas situaciones que están impactando la producción primaria y la cadena de diferentes rubros.

El toque de queda y paro podría significar una disminución de la provisión de alimentos en los países. Las restricciones de movilizaciones pueden afectar a inmigrantes que trabajaban temporalmente en el sector agropecuario, pero no solo a ellos; estamos viendo también como muchos trabajadores del campo no pueden movilizarse hacia las unidades de producción, empacadoras o industrias de alimentos. En los países ya hay muchas declaraciones de asociaciones de trabajadores e industrias que han comentado de ausentismos que llegan al 40%, muchos debido a las recomendaciones de distanciamiento social que hacen más compleja la movilización a los sitios de trabajo. Se puede anticipar una pérdida enorme de productos que no podrán cosecharse si no se resuelve este problema de mano de obra.

En muchos países latinoamericanos, se presentan restricciones para las exportaciones agrícolas por aire y también marítimas. Hay problemas vinculados al transporte, que van desde falta de choferes, restricción en los envíos, problemas de puertos y servicios por mar y miles de vuelos cancelados que ponen en estrés a la cadena de suministro de alimentos. Si bien los detallistas y supermercados en este momento tienen stocks suficientes, se cree que en los próximos meses podrían sufrir dificultades para el abastecimiento de alimentos.

A lo anterior debemos sumar la realidad, y percepción generalizada, de la debilidad de los sistemas nacionales de salud pública. En el caso del sector agroalimentario, las presiones empiezan a darse por la higiene del personal que manipula alimentos y por las prácticas y medidas que garanticen inocuidad. Es importante recalcar que no se ha comprobado que el Covid-19 se transmita por alimentos, pero sí es cierto que hay un temor generalizado en la sociedad de contraer la enfermedad por contacto con las superficies de empaques, bolsas, o cualquier artículo que puede contener partículas de secreciones de personas enfermas.

Algunos países empiezan a tomar medidas de orden regional. En el caso de los países miembros del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) que son Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile, donde participó como invitado Perú, anunciaron una estrategia sanitaria para el trasporte de alimentos que abarca el monitoreo de la salud de choferes y manipuladores de alimentos, así como las prácticas de higiene que garanticen inocuidad.

Promotores, agroexportadores y mercados mayoristas están diseñando programas de evaluación para sus sistemas de gestión de la calidad e inocuidad que refuercen la confianza en los mercados y clientes de la calidad e inocuidad de sus productos (ver caso del Mercado Central de Buenos Aires).

"Si bien los detallistas y supermercados en este momento tienen stocks suficientes, se cree que en los próximos meses podrían darse situaciones de desabastecimiento de alimentos"

En Ecuador, por ejemplo, se está impulsando la comercialización de canastas alimentarias que son preparadas directamente por los agricultores y que se ponen a disposición del público en general, de acuerdo al Ministerio de Agricultura del Ecuador. Agrocalidad, que es la agencia de control sanitario y fitosanitario del país, dice que se están tomando todas las medidas para garantizar la inocuidad de estos productos.

Entre las recomendaciones generales podemos decir: primero, que las medidas futuras deben diseñarse y prepararse de tal manera que garanticen una buena atención médica y se mantengan durante los períodos de tiempo necesarios; segundo, que la planificación de una transición debe comenzar de inmediato con la elaboración de políticas de estado, la administración y gestión de la crisis, y la interacción del sector privado, las empresas y otras organizaciones y actores de la sociedad civil.

Específicamente, los países deberían crear un grupo de trabajo nacional de expertos y representantes públicos que haga recomendaciones sobre cómo aliviar las restricciones en el trabajo y la vida pública, y cuándo deberían las industrias reiniciar la producción.

Desde el punto de vista del sistema sanitario de los países, es necesario entender que el COVID-19 es una enfermedad zoonótica, por lo que debemos evaluar el estado de los sistemas sanitarios -que incluye la salud pública, salud animal y vegetal-, para ver su capacidad de responder a emergencias sanitarias, vigilancia epidemiológica, capacidad analítica, entre otros.

Esto implica fundamentalmente fortalecer los mecanismos de análisis de riegos sanitarios que permitan una correcta evaluación de los problemas, su adecuada gestión y una correcta estrategia de comunicación de riesgos. Y finalmente es necesario establecer estrategias con los gremios, sector privado, y autoridades seccionales en los países para establecer un mecanismo de capacitación y reforzamiento de higiene personal y de los alimentos que garantice su adecuado manejo y gestión para la inocuidad de los alimentos a lo largo de la cadena y haciendo énfasis en los servicios de entrega a domicilio.
 
Etiquetas: covid19