08 febrero 2011 | 08:08 am Por: Redacción

Según Movimiento Manuela Ramos

FALTA CAPACITAR A MUJERES EN EL AGRO

FALTA CAPACITAR A MUJERES EN EL AGRO

Existe una marcada ausencia de mujeres en talleres formativos, puesto que los horarios programados interfieren con sus labores en el campo y las responsabilidades del hogar.

Por Cristina Velásquez Varela

Lima, 08 Febrero (Agraria.pe) La capacitación técnica es importante en el agro y las mujeres no están participando como deberían, pues por lo general los horarios no se adecuan a sus tiempos libres, sostuvo Victoria Villanueva, responsable de proyectos especiales del Movimiento Manuela Ramos.

“Los talleres se realizan en la mañana o en la noche, cuando las mujeres podrían asistir por la tarde y así no descuidar las labores propias del campo y de su hogar”, indicó Villanueva.

Destacó que la sumada a la actividad agrícola, las mujeres rurales tienen más carga de responsabilidades, debido a que el número de hijos es mayor al de la mujer urbana (podrían llegar a tener hasta 10) y, en ocasiones, también deben cuidar de adultos mayores. “Todo ello sin contar los problemas de salud que afrontan, tanto ellas como los niños (desnutrición, anemia, etc.)”, refirió. 

Algunas problemáticas

Villanueva mencionó que por ejemplo en el sector agroindustrial, la mujer no cuenta con seguro médico, percibe bajos ingresos y se encuentra en gran parte de los casos alejada de su familia, pues los trabajos son en la ciudad.

Otro problema serio que destacó la representante de la Asociación es la brecha en educación básica entre mujeres y hombres. “En el Perú, el 33% de mujeres son analfabetas y sólo el 11% de varones atraviesan por esta situación”, señaló. 

“Además, sí dividimos por rango de edades podemos determinar que entre los 15 y 29 años el porcentaje de varones alfabetizados es de 8% y en el caso de las mujeres es de 7%. Sin embargo, la diferencia es mayor de los 30 a los 44 años; mujeres 4% y hombres 7%”, manifestó Villanueva.

De otro lado, explicó que en el Perú existe un mayor desplazamiento del campo a la ciudad a diferencia de países como Honduras, México o Ecuador, donde existe un alto componente de  trabajo rural.

“No obstante, en el país las mujeres migran menos que los hombres. Los varones por lo general abandonan sus comunidades campesinas para realizar trabajos pesados en minería, sector donde la mujer no es considerada”, subrayó Villanueva. 

“En consecuencia, cada vez más las mujeres se quedan a cargo de la siembra, cultivo y cosecha de sus productos agrícolas”, agregó la especialista.

Asimismo, Villanueva comentó que se está otorgando mayor acceso al crédito a las mujeres rurales para que inicien un negocio propio o refuercen el trabajo productivo que realizan. “Las mujeres campesinas están entusiasmadas, porque ellas mismas están asumiendo el pago gracias a su trabajo en el campo”, puntualizó.