(Agraria.pe) La falta de financiamiento en la agricultura familiar sigue pasando factura a millones de familias. Según Grade, la pobreza agraria y no agraria subió 5.5% en el 2020, año en el que Agrobanco registró uno de sus picos más bajos en colocaciones de créditos. Su presidente, César Quispe habla sobre los avances, así como el desafío de cobrar las deudas.
¿Cuál es el papel de Agrobanco frente al desfinanciamiento por el que atraviesan los agricultores?
Somos conscientes de que hoy más que nunca se necesita de capital de trabajo y somos el brazo financiero del sector, estamos participando de diversas reuniones con cada región para identificar qué cultivos están priorizando y colocar créditos de acuerdo a las políticas agrarias de cada zona.
¿Cuántos créditos han logrado desembolsar en lo que va del año?
Entre enero y abril, un total de S/ 206 millones en colocaciones, de los cuales S/ 66 millones fueron créditos individuales con recursos del Agrobanco, cuyas tasas llegan al 25% anual, y el resto (S/ 140 millones) con apoyo del fondo Agroperú, que son créditos a asociaciones a tasas de hasta el 4%.
¿Hay clientes nuevos?
Solo entre enero y marzo sumaron 15.180 productores que por primera vez fueron atendidos por Agrobanco y recibieron un monto promedio de S/ 7.200 a una tasa del 3,5%. En total se desembolsaron S/ 78 millones a favor de ellos. Esto se ha logrado porque se ha modificado el reglamento interno del banco para agilizar las colocaciones, por lo que en varios casos el productor ha tenido aprobado su préstamo en 48 horas. Lo que buscamos ahora es dar mayor autonomía a nuestras agencias para aprobar un crédito y no tengan que venir hasta Lima.
Pero el campo aún necesita recursos. ¿Participarán en las subastas del FAE-Agro?
Nosotros ya hemos iniciado el procedimiento ante el Cofide para poder participar. No creo que estemos en la siguiente subasta, lo más seguro sería en junio, pero de todas maneras será antes del inicio de la nueva campaña agrícola (que inicia en agosto).
¿Cuánto solicitarían en la primera subasta?
Estamos avanzando en seleccionar a nuestros clientes recurrentes, haciendo ajustes internos para entrar a tasas competitivas, calculando el rendimiento, productividad, valor de venta, entre otros factores. Imagino que no será menos de S/ 30 millones.
El otro problema es la lejanía entre el productor y la agencia bancaria. ¿Cómo están reduciendo esta brecha física?
Sí, hay productores que recorren más de 4 horas para preguntar si califican para un crédito, y solo en el traslado ya se gastaron casi S/ 100. Estamos trabajando en la implementación de nuestras oficinas virtuales para que el futuro cliente vaya a la municipalidad más cercana, cuente con nuestro aplicativo y ahí ingrese su solicitud de crédito.
Cartera pesada
¿En qué situación se encuentra la recuperación de los millonarios créditos que se otorgaron en las gestiones pasadas a grandes empresas?
Hay buenas y malas noticias. La mala es que hay S/ 550 millones aún en proceso de judicialización que sigue el ritmo del Poder Judicial. La buena noticia es que tenemos más de S/ 600 millones en garantías, terrenos hipotecados, y esperamos hacer los remates, aunque en estos momentos muchos interesados en las compras de estas propiedades se han desanimado por la actual coyuntura. Estimamos recuperar S/ 20 millones en remates este año, y que para el 2022 Agrobanco sea nuevamente un banco viable.
¿Ninguna de las grandes empresas deudoras ha decidido pagar sin ir ante el Poder Judicial?
De lo que hoy está en cobranza judicial, muy pocas logran pagar porque son las que suelen contratar buenos estudios de abogados, y cuando el juez determina el primer remate, se acercan para presentar un plan de pago, y muchas veces piden un período de gracia de cinco años o que les demos millones en un nuevo préstamo y hasta plantean no pagar interés.
¿Aceptan?
No. Hay un caso muy particular de una empresa que le debe a la entidad US$ 18 millones, actualmente ya no opera y del total de sus terrenos solo una parte la alquila a otro cultivo. Y esta fue la que nos solicitó pagar sin interés y en un plazo de 10 años. Sencillamente, no aceptamos y proseguimos la demanda judicial. En cambio, cuando el pequeño productor recibe una notificación nuestra, busca de dónde pagar.
Fuente: La República