La región aún no logra la declaratoria de emergencia de parte del Gobierno Central, lo que le permitiría disponer de presupuesto para apoyo efectivo a los agricultores afectados.
(Agraria.pe) Los efectos del Fenómeno de El Niño (FEN) siguen multiplicándose a lo largo del país. En Puno, luego de la declaratoria de emergencia del sector agrario (por parte del Consejo regional) por 90 días en enero pasado, aún se esperan acciones concretas para mitigar los terribles efectos del evento climático.
Una de las mayores amenazas para los productores de la región, más que la pérdida ya irremediable de una gran cantidad de sus cultivos esta temporada por las heladas, sequías y precipitaciones continuas, es lo que sucederá al iniciar la próxima, pues muchos de ellos quedarán en el desempleo.
Hermógenes Mamani, director de Estadística Agraria e Informática de la Dirección Regional Agraria de Puno, apuntó que el Estado debe preocuparse en generar empleos eventuales para los productores que resulten desocupados en labores como la implementación de canales de regadío y limpieza de canales, así como otras actividades complementarias.
Además de ello, se espera el presupuesto que permita adquirir o prestar maquinaria agrícola a los productores para la próxima campaña, pues ya esta se da por perdida. “Hay que dotarlos de semillas forrajeras, granos y tubérculos, así como apoyo para el uso de fertilizantes con abonos foliares. El apoyo del Estado será importante para evitar el impacto social”, señala Mamani.
De acuerdo al funcionario, el producto más afectado en Puno por el factor climático ha sido la papa, cuyos cultivos fueron dañados en un 63% a lo largo de la región. En tanto, el 58% de cultivos de quinua también han sido afectados, así como los cultivos forrajeros que fueron sembrados en diciembre y no lograron germinar en su mayoría (se estima que fueron afectados en 58% también).
En cuanto a cultivos de cebada grano, los campos fueron mermados en un 58% y en haba grano hasta en 60% aproximadamente. En total, el vocero de la Dirección Regional estima que 330 mil hectáreas de cultivos fueron dañadas, lo que configura un contexto agrícola catastrófico.
