17 junio 2021 | 09:22 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Reporte del Centro para la Promoción de Importaciones de Países en Desarrollo

El chocolate orgánico se vuelve tendencia en Europa y se abren posibilidades para exportadores de cacao

El chocolate orgánico se vuelve tendencia en Europa y se abren posibilidades para exportadores de cacao
Algunos retailers de Europa cuentan incluso con sus propias marcas. Perú está entre los principales proveedores de este insumo para dicho mercado.

(Agraria.pe) El mercado para el chocolate orgánico en Europa está creciendo, y es un producto que se encuentra disponible en un rango amplio de precios. El Centro de Promoción de Importaciones de Países en Desarrollo -CBI apunta que en este ámbito se encuentran desde productos baratos y marcas privadas, hasta los premium y de alta calidad, lo que ha resultado en un mercado más competitivo y que para los exportadores de grano de cacao significa una oportunidad para hacerse destacar desde sus características particulares.

“La demanda por productos orgánicos certificados está creciendo en Europa. Esto se debe parcialmente a la tendencia de mayor consciencia en el consumo, con un enfoque en la salud y el ambiente. Esperamos que el mercado general de alimentos orgánicos continue creciendo alrededor de 3 a 4% anualmente. Este mercado también mostró un impulso a partir de la crisis sanitaria de Covid-19”, refiere la entidad.

Los mercados a los que se debe prestar especial antención en el Viejo Continente para esta línea de productos son Dinamarca, Suecia, Francia y Alemania, pues es donde la demanda ha mostrado un patrón de crecimiento.

El chocolate orgánico de hecho se ha convertido ya en una presencia convencional. El CBI señala, por ejemplo, que en Francia un 53% de los productos de chocolate en los supermercados tenía una etiqueta orgánica en 2019. Entre las marcas populares de este tipo se encuentran Alter Eco, Kaoka y Ethiquable, que combinan principios de responsabilidad social con certificaciones, que son tendencias valoradas a lo largo del continente.

Son los supermercados los que han logrado este crecimiento del chocolate orgánico en Europa, según la fuente. Así, todos los retailers líderes en ese espacio tienen su propio rango de marcas de supermercado para orgánicos. De esta forma aparecieron nombres como Änglamar (Coop, Suecia), Carrefour Bio (Francia), REWE Bio (Alemania) y Waitrose Duchy Organic (Reino Unido).

Otros retailers han creado incluso su propia marca privada de chocolate orgánico, como en el caso de Moser-Roth del retailer alemán Lidl.

“La certificación orgánica también muestra signos de crecimiento en segmentos altos finales, donde la certificación y etiquetas son menos comunes. Por ejemplo, en el segmento europeo bean-to-bar (del grano a la barra), algunas marcas solo trabajan con granos de cacao orgánico. La austríaca Zotter es un buen ejemplo, así como Original Beans de Países Bajos. Cada vez más frecuentemente, estos fabricantes posicionan sus productos como más allá de lo orgánico y más bien producidos con un cacao único”, agrega.

Importaciones europeas de cacao orgánico
Se estima que la Unión Europea importó 66.000 toneladas de cacao orgánico en grano  en 2019, pero estas compras disminuyeron un 11% entre 2018 y 2019. El CBI refiere que esto se debe a la creciente importación de otros productos de cacao orgánico, como la pasta y el polvo de cacao, cuyos volúmenes de importación se incrementaron en 19% durante el mismo periodo, totalizando 2,200 toneladas. Este alto índice de importaciones se debe a la tendencia popular de cacao procesado en origen.

El CBI agrega que entre los principales proveedores de cacao orgánico de Latinoamérica a la Unión Europea destacan República Dominicana, que colocó 24.000 toneladas en 2019, seguido de Perú con cerca de 13.000 toneladas. Además, África se está fortaleciendo como proveedor también, especialmente Sierra Leona (que colocó unas 11.000 toneladas), donde el 80% de los granos de cacao tuvieron certificación orgánica en 2019.

Finalmente, la oficina de promoción recomienda a los interesados en exportar que comuniquen sobre los aspectos únicos de su producción así como sus prácticas de sostenibilidad, lo que puede otorgar una ventaja comparativa, especialmente porque los requerimientos para el ingreso al mercado europeo son altos y el control es estricto. “Es mejor discutir las expectativas y requerimientos con su potencial comprador antes de empezar un proyecto de certificación”, aconseja. 

 

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