(Agraria.pe) Aunque muchos productos de la agroexportación no estén pasando por un buen momento ante el alto costo de los fletes y el ajuste de los precios, la tara, una planta forestal y silvestre de Perú que tiene múltiples usos, sigue ofreciendo a sus acopiadores una alta rentabilidad, señala Víctor Quiroz, gerente general de la Cooperativa Agraria Productores de Tara del Norte (APT del Norte), la más grande del país en el aprovechamiento sostenible de dicha planta.
Precisamente, Perú es el país que concentra el 80% de los envíos mundiales de tara, un producto muy demandado por China y Europa gracias a sus diversas propiedades, que van desde antiinflamatorias y antifúngicas hasta su uso industrial: se han utilizado los taninos de la tara en la fabricación de muebles de cuero, también como clarificante de vinos y como fuente de antioxidantes para la industria del aceite.
Cajamarca es la región peruana con el título de primera exportadora de este cultivo, alcanzando envíos por solo US$ 27 millones entre enero y abril de este 2022. Sin embargo, su producción viene cayendo desde 2019, advierte Quiroz. De hecho, el 85% de sus envíos provienen de tara que se encuentra en bosques naturales cuyos árboles tienen más de 200 años y las comunidades no les han brindado el cuidado adecuado.
Quiroz, que también forma parte del Consejo Nacional de Tara (Conatara), estima que la región solo alcanzará este año 14.000 toneladas de tara de vainas de las 17.000 que exportaba y procesaba anteriormente.
Pese a ello, lo que avanza son las plantaciones en propiedades privadas, que ya representan el 15% de lo exportado, cuyas inversiones por hectárea rondan los US$ 6.000. “Ya no dependemos de la naturaleza”, dice.
“Otras siembras están en marcha, principalmente en el corredor de Cajabamba y San Marcos (Cajamarca), y ahí empezó la gestión técnica, nació mucho de lo que se sabe de la tara. Por ejemplo, en esta región (donde en el cuarto trimestre se iniciará el programa de fomento exportador del sector tara), tenemos hasta tres fenotipos diferentes de tara, cinco se han identificado en Ayacucho”, mencionó.
Si bien Cajamarca concentra el 45% del stock de tara, ahora le siguen La Libertad (28%), Ayacucho (15%) e Ica (12%), y más allá Amazonas, Moquegua y Huánuco. Esto reflejaría un cambio significativo en el lugar donde se planta la tara.
“Sé que se han instalado plantaciones importantes en la costa a nivel nacional, y ahí seguirá creciendo, en regiones como La Libertad, Ica y Tacna, que hoy representan más de 12.000 toneladas anuales y que es significativo porque antes no aparecían en el mercado. Las empresas pueden reponer la tara salvaje que se reduce cada año”, dijo Quiroz.
¿A qué se debió el cambio? Explicó que el Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA) del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) estableció en 2012 que por la extracción de tara de los bosques naturales se pagaría una regalía por derechos de explotación mientras que las plantaciones privadas no. Sin embargo, la forma de control no estaba establecida, por lo que se convirtió en un negocio de coleccionistas.
Fuente: Gestión
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