El también past president de APEM, indicó que los lideres empresariales y gremiales, en los cuales se incluye, no han podido identificar que este conflicto es emocional, no técnico. Señala que la narrativa instalada por algunos grupos es simple y poderosa. “Los exportadores se ponen de acuerdo para pagar menos”, aunque no sea cierto, emocionalmente es creíble para un productor que ve caer su ingreso.
La fuerte caída del precio del mango en el Valle de San Lorenzo (en Piura), ha desatado un tenso enfrentamiento entre productores y exportadores, marcado por paralización de cosechas, denuncias de concertación de precios y episodios de violencia. Mientras los agricultores aseguran que no cubren sus costos tras pasar de S/ 12 a S/ 4 por kilo en pocas semanas, la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (APEM) y la Asociación de Exportadores (ADEX) niegan cualquier manipulación y atribuyen la crisis a la saturación del mercado internacional.
Mario Salazar Vergaray, presidente del Comité de Agroindustria, Alimentos y Bebidas de la Asociación de Exportadores (ADEX), presidente del Directorio de Agrícola y Ganadera Chavín de Huántar y past presidente de APEM, habla al respecto.
¿Podría explicarnos el conflicto actual que ha comenzado en Piura con los agricultores de mango?
Como todos sabemos esta campaña 2025-2026 se espera menos volumen que la campaña anterior, por lo tanto, las expectativas del productor de mango en cuanto al precio de venta son altas. Sin embargo, el productor siente que en esta última semana de noviembre el precio “se desplomó” muy rápido, de expectativas de 50 soles la jaba se especulaba que el precio iba a pasar 40 soles la jaba para mango marítimo. Esto creo un sentimiento de frustración para el productor, llegando a hablar incluso de concertación de precios entre los exportadores, lo cual es falso.
Lo que desato el escándalo fueron los videos que circularon en las redes donde ronderos de la zona, dan de latigazos a un trabajador, debido a que los acuerdos entre los productores y las rondas fue no cosechar hasta que se logre el dialogo con los exportadores. Esta actitud de los ronderos sin duda indignó a todos.
Hemos visto comunicados de los gremios empresariales como ADEX, APEM y la Cámara de Comercio de Piura al respeto, ¿cree que esto a ayudada a aclarar las cosas?
Los comunicados desde el punto de vista formal coinciden en tres verdades:
Primero, se rechaza las agresiones, bloqueos, amenazas y paralización de plantas, ya que vulnera derechos a trabajadores, productores y exportadores.
Segundo, los precios no los fijan las empresas, estos responden a la demanda internacional, no a concertaciones ni acuerdos ilegales.
Tercero, un llamado a la intervención del estado para restablecer el orden público.
Creo que los lideres empresariales y gremiales en los cuales me incluyo, no hemos podido identificar que este conflicto es emocional, no técnico, la narrativa instalada por algunos grupos es simple y poderosa “Los exportadores se ponen de acuerdo para pagar menos”, aunque no sea cierto, emocionalmente es creíble para un productor que ve caer su ingreso.
¿Quiere decir que hay un sentimiento de desconfianza entre productores y exportadores?
Así es, esto se genera por un vacío de información entre el campo y el mercado. Cuando no se explica bien que está pasando con la demanda, nacen los rumores.
APEM hace unos años tomo la decisión de acercarse al productor dando charlas técnicas para mejorar la producción y la sanidad en el campo, pero que nos ha faltado capacitar al productor sobre la dinámica el mercado.
Señor Salazar entiendo lo que nos explica, desde su perspectiva como empresario, sin embargo, usted también es un académico, ¿qué piensa que está sucediendo?, ¿que no estamos entendiendo?
En un reciente libro del profesor Jarthik Ramanna, “Managing in the age of Outrage” de HBR (Gestionando en la era de la indignación), invita a los lideres a identificar las señales de la era de la indignación y todas estas señales se han cumplido en este caso: La crisis se ha amplificado por las redes (video del rondero dando de chicotes a un trabajador), la rápida polarización (entre productores y exportadores), la búsqueda de un “culpable inmediato” (los exportadores que concertan precios) y finalmente la indignación se vuelve más fuerte que los hechos (tanto para productores como para exportadores).
¿Qué soluciones se proponen entonces desde la academia, aplicado a este escenario de crisis?
Los lideres empresariales y gremiales ante esta situación deberíamos tener claro algunos puntos:
¿Qué mensaje dejaría en estos momentos a los actores de la cadena del mango hoy en conflicto?
La crisis del mango actual en Piura no es un problema de precios, es un problema de información y emociones. Los mercados internacionales están pagando menos por el momento y se entiende que eso golpea directamente al productor, pero nada justifica que la violencia reemplace el dialogo.
El Perú no puede poner en riesgo una cadena que alimenta a miles de familias, ni su reputación frente a compradores que pueden cambiar de proveedores en horas (Ecuador y Brasil). Hoy, más que nunca necesitamos transparencia, presencia del Estado y espacios técnicos donde exportadores y productores miren juntos la realidad del mercado. La única salida es más información, más organización y cero violencias.
