(Agraria.pe) Un olor intenso toma al visitante cuando pone los pies en el Centro de Producción de Mosca de la Fruta, en el distrito de La Molina. “Son las feromonas sexuales de las moscas”, explica la directora encargada de esta unidad, Emma Peña, mientras avanza con su traje inocuo por esos pasillos incontaminados y altos, que parecen la escenografía de 2001, Odisea del espacio.
Adentro, los Ceratitis capitata, machos y hembras, copulan. Y su gran actividad sexual alegra a técnicos, científicos y también a los agroexportadores. Porque la reproducción del insecto y la posterior recolección de las pupas de los machos esterilizados, que es el fin de todo el proceso, cuando son liberados en los campos, salvarán cultivos y harán que la agroexportación vaya con viento en popa.
El centro que produce moscas estériles forma parte del control de la mosca de la fruta que realiza el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).
Al respecto, el director general de la Oficina de Centros de Diagnóstico y Producción de la entidad, César de la Cruz, recuerda que la plaga de la Ceratitis capitata es una de las más importantes a nivel nacional e internacional, una presencia que ocasiona daños a la agricultura.
“Frente a ello, desde hace más de 25 años, Senasa desarrolla avances frente a la mosca de la fruta. Este control biológico de la plaga, utilizando la misma especie, ha permitido el crecimiento y la salida de nuestros productos al mercado internacional. El buen control de la mosca de la fruta está permitiendo el rápido crecimiento de las agroexportaciones peruanas a mercados como Estados Unidos o Chile, a donde antes no podíamos llegar por el problema de esta plaga”, recuerda De la Cruz.
Los 18 millones de moscas estériles, que se produce semanalmente aquí, se liberan en los campos de la región Tacna. “La finalidad es que se estas moscas macho se crucen con las moscas hembras y no tengan descendencia. Ello permite que cada vez la mosca de la fruta vaya bajando”, dice el funcionario. Recuerda que el Senasa está preparado para producir más “material” de acuerdo a lo que exijan las diferentes regiones y zonas productoras específicas del país.
Producción en masa
“Aquí se cría la cepa de la Ceratitis capitata”, dice Emma Peña, dando la bienvenida al primero de la serie de ambientes estériles del Centro de Producción de Mosca de la Fruta. Hay una serie de “jaulas”, cubiertas por telas tul. Dentro de ellas, jabas que forman suerte de torreones de varios pisos, en cada uno de ellos hay papeles, que sirven a las moscas para cobijarse. Y también bebederos con agua para que los insectos estén hidratados. Aquí adentro, en cada torreón, se están produciendo miles de huevos de esta especie.
¿Cómo diferencias machos de hembras mosca? Primero, el primer macho lleva un ovipositor, una pequeña lanceta. Además, está el color de “pupas”: la pupa de los machos es de color marrón; y el de las hembras, más de color blanco. Ello facilita a los especialistas el separar, pues lo que interesa es el trabajo con las pupas marrones, de moscas machos.
En una siguiente estación llegan las moscas “óptimas”, en madurez sexual, aproximadamente al cuarto día. “Una vez que sucede la cópula, se empieza a desechar los huevos que no han sido fecundados”, explica Peña.
A diario, los especialistas realizan la colecta de los huevos (diariamente recolectan 600 mil por jaula). Una muestra va al área de control de calidad para verificar en probetas si el proceso de “plumeado”, que evita la deshidratación de los huevos, ha sido el correcto o no. “Todo el proceso tiene que certificarse, para verificar que se cumple con los parámetros que manejamos en Senasa”, detalla.
En los ambientes del centro se mantienen valores constantes, para facilitar el proceso de incubación. Además de la temperatura promedio de 24 grados, debe haber 13 horas de oscuridad absoluta, lo que permitirá la maduración de las pupas. Y el trabajo del personal es permanente, incluidos los fines de semana y feriados también para supervisar las distintas etapas de la producción.
Luego las jaulas con los huevos pasan al área de tratamiento térmico, donde se separan los machos de las hembras por un proceso de tratamiento térmico: a 34 grados centígrados, los huevos de las hembras mueren y solo quedan los de las moscas machos, que es lo que se busca y continúan el proceso de incubación.
Al finalizar este proceso, se tienen a diario alrededor de 70 bandejas de puros huevos que darán pupas marrones (machos), que se mantienen en otro ambiente a una humedad superior al 60% y las javas envueltas en un plástico. A las 48 horas, los huevos eclosionan y estas larvas también son monitoreadas cada dos horas con temperatura e iluminación adecuadas a este estadio.
Pasan a una siguiente sala donde baja la temperatura y las larvas empiezan a saltar de las javas. Ello es muy positivo, porque se inicia así un tercer estadio, para finalmente llegar a la sala donde se colectan las pupas macho de Ceratitis capitata. Esta actividad se realiza también cada 24 horas.
Cada colecta de lotes pasa en unas cajas azules a la sala de maduración, donde permanecen otras 48 horas, luego de las cuales son llevadas a un proceso de tamizado, de donde se separa el aserrín para obtener solo las pupas marrones de las moscas macho.
Control de “ojos”
De aquí tienen que pasar alrededor de 13 días “guardadas” para que estén óptimas para la hidratación. En este proceso se hace un control de calidad evaluando la coloración de los “ojos” de las pupas, que permiten conocer la “edad” de las mismas y si ya están listas para irradiar, que es la última etapa.
Para ello, las pupas marrones son colocadas en cribas, que se identifican por lotes para conocer la edad para que pasen a esterilizarse. El “material” pasa por una sala previa a la irradiación, donde las pupas son pintadas con polvo. “Esto lo hacemos para que en el campo puedan los del laboratorio diferenciar las moscas estériles de las moscas comunes”, explica Peña.
El material se pone en “salchichas”, y estas en cilindros donde se les retira el oxígeno para que puedan entrar en la sala de irradiación de cobalto 60, que emite rayos gama, lo que elimina cualquier carga microbiana. El material queda listo para enviarse y en unos días, salir al campo a volar y evitar la propalación de más moscas de la fruta. El control biológico ha cumplido su deber.
Datos
. Más de 30 operarios, entre técnicos y profesionales, trabajan en este centro especializado del Senasa.
. La entidad invertirá 2.5 millones de soles para renovar la fuente de irradiación de este centro en el 2024.
. No solo sirve para la irradiación de las moscas sino también para brindar servicios al sector privado, como los productos molidos.
. 18 millones de moscas macho esterilizadas produce semanalmente el Senasa.
Fuente: El Peruano