(Agraria.pe) Como el oro y cobre, el cadmio es un metal pesado que se encuentra en el suelo, pero a diferencia de los primeros, se trata de una presencia indeseable, sobre todo para los productores de cacao que ven cómo sus partículas se transmiten hacia las hojas de sus árboles y pasan hasta los granos que cosechan.
La preocupación por este problema llevó a que la Unión Europea estableciera una tabla de límites máximos de cadmio admisible en los alimentos, especialmente en los ámbitos del chocolate y sus derivados, una gran industria en el Viejo Continente. Sobre este punto, Rachel Atkinson, investigadora del Centro Internacional para la Agricultura Tropical – CIAT, observó durante una conferencia virtual en el Salón del Cacao y Chocolate 2020, que los límites se establecen a los productos finales, no al grano directamente, por lo que son los compradores quienes están más atentos a este tema.
Atkinson lleva tres años estudiando la problemática del cadmio en el cacao peruano y tiene ya algunas ideas claras sobre el panorama, aunque la parte última de su trabajo se ha visto dificultada por la pandemia de coronavirus y las restricciones que ha impuesto. Así, comenta que en el país ha muestreado 1800 árboles en 250 fincas, de lo que ha obtenido que poco más de la mitad de granos están por debajo de los límites de 0.5 ppm (partes por millón), y un tercio está por encima de 0.8 ppm.
Mirada regional
En la selva, la investigación del CIAT ha determinado que en zonas productoras clave como San Martín y Huánuco, donde la producción se deriva más hacia el polvo de cacao, la contaminación no es tan amplia. Los extremos en este caso son las provincias sanmartinenses de Picota, donde no hay gran incidencia, y Rioja, donde sí está muy difundido.
En el caso de Amazonas, refirió que el cacao que se produce en las cuencas del norte tiene más problemas de contaminación por cadmio que las que se ubican en las cuencas de los valles del sur. Un panorama similar se dibuja en la provincia costeña de Piura (el norte con más problemas que el sur).
Sobre este último caso, comentó que el año pasado se realizó una encuesta con 200 productores en Piura, que reveló que un 60% de ellos ha enfrentado la pérdida de ingresos a causa del cadmio. Este problema es más agudo entre aquellos que venden a través de intermediarios en vez de canalizarse por cooperativas (que también tienen caídas, pero menores).
Perspectivas de control
El Perú es un gran centro de diversidad del cacao, por lo que hay muchas variedades, lo que también dejar entrever que hay algunos genotipos que acumulan más cadmio que otros, aun cuando crezcan en el mismo suelo.
Para desarrollar este enfoque, Atkinson está avanzando un trabajo conjunto con el INIA para enviar muestras de 200 variedades de cacao para análisis genético y determinar cuáles acumulan más cadmio que otros de tal forma que se fomente su desarrollo en campo.
“Todo el cadmio que está en el suelo no va al árbol. La disponibilidad de cadmio depende de varios factores como el suelo y manejo de chacra; ahí podemos empezar a trabajar cambiando algunos aspectos para disminuir la disponibilidad de cadmio para el árbol y el nivel de cadmio en los granos. Dos factores importantes en Perú son el pH y el nivel de materia orgánica del suelo”, declaró.
Con este impulso, está desarrollando una serie de ensayos en todo el país, con énfasis en Piura para la zona norte, así como otras de relevancia del tipo de San Martín, Huánuco y Ucayali, que presentan sistemas de manejo y climas distintos. En estos puntos se está probando con aplicaciones de biochar, zinc, calcio, silicio y materia orgánica, entre otros.
La próxima etapa permitirá la recolección de los resultados, para lo cual se cuenta con el apoyo de tres cooperativas en zonas con problemas de cadmio como son Norandino, Choba Choba y Alto Huallaga. De esta forma, en uno o dos años habría resultados claros sobre las soluciones más efectivas para la mitigación de este problema.