(Agraria.pe) En las dos últimas décadas, el Perú ha experimentado un notable auge del cacao. Un proceso que ha ido acompañado de muchos cambios que transcendieron lo agronómico y comercial y significaron una auténtica transformación en la vida de miles de familias peruanas.
El libro “Cacao: Árbol de Vida”, refleja el contenido de esta historia, narrando los eventos de décadas recientes que han devenido, con el tiempo, en una próspera cadena de producción del cacao y del chocolate. Durante más de 30 años y actuando en alianza con el Gobierno del Perú, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha apoyado a autoridades nacionales y locales, comunidades, asociaciones de agricultores, cooperativas, empresarios y organizaciones de la sociedad civil, brindando oportunidades económicas y sociales para enfrentar el flagelo de la coca ilícita y el tráfico de drogas.
Desde inicios del presente siglo, el cacao ha demostrado su potencial agrícola y adaptabilidad a las necesidades de los agricultores que decidieron cambiar de la hoja de coca ilícita al cacao. En el camino, hizo su aparición el chocolate, fiel compañero del cacao. Juntos, abrieron un creciente mundo de posibilidades para los agricultores quienes, pocos años después de plantar cacao, empezaron a cosechar éxito y prosperidad.
Éste es un legado que ha transformado regiones, empresas, organizaciones e incontables familias de agricultores en valles a lo largo y ancho del país. El cacao peruano, con su excelente calidad e increíble diversidad –el Perú alberga la mayor biodiversidad de este cultivo en el mundo– ha conquistado un respetable sitial en el mercado global. Ello ha generado significativas oportunidades de negocios para los peruanos, cubriendo nichos especiales para productos de la más alta calidad y conquistando continuamente premios internacionales.
Este relato, que cobra vida en las páginas del presente libro, narra la historia de los esfuerzos de muchos actores, incluyendo a agricultores y sus asociaciones; el Estado peruano en sus diferentes niveles e instituciones; la sociedad civil y sus empeños por desarrollar una cultura de cacao y chocolate; el sector privado con su espíritu empresarial y capacidad para conquistar codiciados mercados; y la cooperación internacional, donde USAID ha jugado un papel permanente y esencial.
La excelencia no se logra rápidamente, y habrá que seguir contribuyendo con los productores de cacao y fabricantes de chocolate peruano a fin de que consoliden el significativo avance y continúen con su trayectoria ascendente como líderes en los mercados globales de estos productos.