(Agraria.pe) Papas pequeñas, grandes, con forma de cacho de toro o puño de gato, y de diferentes colores es lo que recolectaron los pequeños productores del caserío de Huarac Hurán ubicado en el distrito de Pamparomás en la región Áncash. Se trata de la cosecha de 198 variedades de papas nativas que fueron sembradas en noviembre de 2022 a casi 4000 metros de altura sobre el nivel del mar en los andes peruanos.
El campo de conservación fue implementado por el Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) con la finalidad de preservar uno de los cultivos más representativos del país, por su historia y tradición; y, además, para fortalecer las capacidades de los agricultores sobre siembra y control de enfermedades para un buen rendimiento de la planta. El soporte técnico fue constante durante los 7 meses que duró el desarrollo fenológico del tubérculo.
Aprendizaje
“A veces sembramos con nuestro propio conocimiento, pero necesitamos que nos capaciten. Aquí sembramos bastante papa que es nuestro principal alimento”, argumentó Edilverto Milla Méndez mientras toma una mata de papas recién extraída de uno de los surcos. El trabajo inicia en la parte baja del campo hasta llegar al lado más alto para extraer la última papa que luego será pesada y almacenada como semilla o alimento.
Los pequeños productores han aprendido, por ejemplo, que los surcos deben tener una distancia promedio de 90 centímetros, mientras que la separación entre planta debe tener una distancia mínima de 40 centímetros. Las distancias varían según la densidad, variedad de papa y tipo de terreno para un manejo óptimo. También aprendieron el uso adecuado del aporque y conocieron el ciclo biológico del ‘Gorgojo de los andes’ (Premnotrypes spp.), una de las principales plagas de la papa, para un control adecuado y evitar pérdidas.
“Los productores saben cómo es el manejo de la papa, pero necesitan nuevos conocimientos para obtener un mejor rendimiento. Sembramos papas nativas porque es un cultivo de nuestros ancestros de hace miles de años. Tenemos que cuidar nuestra herencia”, remarcó el técnico de Sedir, Wilmer Alegre Jara.
Los productores cosecharon otras variedades como la tomasa, morada, amarilis, ojos azules, pira, llapshacapa, tzautza, malas y huayro. Nombres con los que los agricultores conocen a la papa en su propia zona y otras, aún por identificar, sólo fueron codificadas con números. La idea es identificar las variedades que se adapten al clima de la zona y las que tengan un buen rendimiento para su comercialización.
Perú tiene más de 4000 variedades de papas nativas. Además, El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) informó en su momento que en 2021 nuestro país logró una producción de 5.7 millones de toneladas de papa sobre una superficie cosechada de 330,790 hectáreas.