(Agraria.pe) Actores relevantes del sector agroalimentario de las Américas de los ámbitos público y privado destacaron a la agricultura regenerativa como una herramienta irremplazable para afrontar la crisis ambiental que enfrenta la humanidad.
Las buenas prácticas agrícolas, tendientes a reparar el entorno, contribuyen no sólo a una mayor productividad sino también a la conservación de los recursos naturales y a la mitigación del cambio climático, se explicó en uno de los consensos alcanzados en un panel organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el marco del Diálogo Borlaug 2023, cuyo anfitrión es World Prize Foundation (WFP).
La WFP –con sede en Iowa, Estados Unidos- promueve la innovación e impulsa las acciones tendientes a elevar de manera sostenible la calidad y la cantidad de alimentos disponibles para la población del planeta. Cada año entrega el Premio Mundial de la Alimentación, considerado el Nobel en esta materia, a las personas que realizan las contribuciones más trascendentes e innovadoras a la seguridad alimentaria y nutricional.
En el Diálogo Borlaug participan líderes globales, productores agropecuarios, académicos, científicos, educadores y estudiantes de más de 65 países, que discuten las cuestiones más urgentes con la premisa de explorar soluciones para lograr sistemas agroalimentarios más sostenibles, equitativos e inclusivos.
La edición de este año pone el foco en cómo aprovechar la innovación y la diversificación de la producción para mejorar la resiliencia ante el cambio climático, promover la recuperación luego de eventos meteorológicos extremos y alimentar al mundo de manera sostenible.
El debate organizado por el IICA fue uno de los eventos paralelos oficiales del Diálogo Borlaug, que comenzará formalmente la semana próxima, y tuvo entre sus expositores al científico Rattan Lal, Premio Mundial de la Alimentación 2020 y considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo; Zulfikar Mustapha, Ministro de Agricultura de Guyana; Renata Miranda, Secretaria de Innovación, Desenvolvimiento Sustentable, Irrigación y Cooperativismo de Brasil; y Marcello Brito, Secretario Ejecutivo del Consorcio Amazonía Legal, que reúne a los estados amazónicos de Brasil.
También fueron tomaron parte en la discusión Juan Pablo Llobet, Director Regional para América Latina de Syngenta; Alessandra Fajardo, Directora del Food Value Chain Partnership de Bayer, y Elvia Monzón, agricultora guatemalteca que ha sido distinguida por el IICA con el premio Alma de la Ruralidad por su contribución a la seguridad alimentaria.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo del Director General del IICA, Manuel Otero.
Los suelos como sumideros de carbono
“Si gestionamos adecuadamente los suelos, su potencial de captura del carbono es enorme. Pueden captar hasta el 25% de las emisiones de los combustibles fósiles, por lo que pueden ayudar de manera muy importante al objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados”, dijo Rattan Lal, quien lidera junto al IICA el Programa Suelos Vivos en las Américas.
El experto, Director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono (C-MASC) Rattan Lal de la Universidad Estatal de Ohio, afirmó que la agricultura regenerativa no es una sola práctica, sino una filosofía productiva inspirada en la innovación ecológica y el uso de energías no generadas con combustibles fósiles que se propone volver a poner el carbono de la atmósfera en los suelos.
“Debemos demostrar –sostuvo- que esto puede generar ingresos adicionales para los agricultores, ya que el carbono también se puede comprar y vender, igual que otro gases de efecto invernadero. Hay que promover una mayor circulación de los certificados de carbono, con los que un gobierno o una empresa paga a un agricultor para que el carbono sea retirado de la atmósfera y devuelto al suelo”.
El ministro Mustapha dijo que el impulso a la agricultura regenerativa es clave para Guyana por su importancia para la sostenibilidad de la producción y para la mejora de los rendimientos. “Hemos tenido muchos problemas por eventos extremos, como inundaciones. Eso nos llevó a buscar prácticas más sostenibles, ya que el cambio climático obligó a cambiar nuestros procedimientos agrícolas tradicionales. Hoy promovemos una agricultura inteligente, con mayor infraestructura y diversificación de cultivos”, afirmó Mustapha.
Por su lado, Renata Miranda explicó que la prioridad del Ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil es garantizar la seguridad alimentaria en el actual contexto de cambio climático.
“La seguridad alimentaria es indispensable, ya que garantiza que haya menos violencia, y ayuda a resolver cuestiones como la educación. Es un pilar estructurador de la sociedad. Y hablar de agricultura regenerativa es hablar de ese compromiso con la seguridad alimentaria”, manifestó.
Compañías comprometidas con la sostenibilidad
Alessandra Fajardo y Juan Pablo Llobet rindieron cuentas de las iniciativas que llevan adelante en las Américas las compañías Bayer y Syngenta, para favorecer una agricultura más resiliente ante el cambio climático gracias a la investigación y a las nuevas tecnologías.
“Tenemos metas para 2030 de reducir en un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero en los países en los que trabajamos. Esto es una forma de mejorar la vida de 6 millones de pequeños agricultores de los que estamos muy cerca. Y definitivamente nuestras metas de sostenibilidad están muy vinculadas a la agricultura regenerativa”, afirmó.
Fajardo explicó los detalles del Programa Pro Carbono, iniciativa de Bayer que trabaja en Argentina con productores dispuestos a expandir su productividad y aumentar el secuestro de carbono en el suelo mediante prácticas agrícolas sustentables.
Juan Pablo Llobet explicó que, para Syngenta, agricultura regenerativa significa el desarrollo y generación de innovación y tecnología que se complemente con prácticas agrícolas orientadas a mejorar la salud del suelo y la conservación de la biodiversidad.
“Buscamos aportar innovación para hacer cultivos más resilientes al cambio climático. La prioridad es desarrollar una alternativa viable para una agricultura sostenible y que pueda producir alimentos a escala global. Esto no puede lograrlo un actor y por eso somos socios del IICA en el Programa Suelos Vivos en las Américas”, afirmó.
Por su lado, la agricultura Elvia Monzón, integrante de una cooperativa productora de café en Guatemala, dijo que la agricultura regenerativa es, desde su punto de vista, “realizar acciones en favor de nuestros suelos, que nos han dado la vida y el alimento y al que tanto daño les hemos hecho”.
“Mi prioridad –agregó- son mis hijos y mis nietos. A ellos quiero dejarles suelos sanos con los que puedan tener producción a largo plazo. Vale la pena devolverle a nuestros suelos lo que nos dan y nos van a seguir dando si los cuidamos”.
El director general del IICA subrayó el rol de la innovación para una agricultura que necesariamente tiene que ser más regenerativa, porque el mundo demanda hoy más alimentos, producidos con menor impacto ambiental.
“La regeneración –dijo Manuel Otero- es el acto de reparar algo que está dañado y devolverlo a su estado original. En la agricultura se refiere a la adopción de buenas prácticas, que ya se están llevando adelante en nuestra región, como la siembra sin labranza, la utilización de cultivos de cobertura y la difusión de sistemas agrosilvopastoriles. Estamos en el buen camino y debemos invertir más”.
Otero aseguró que el IICA tiene el compromiso de seguir fortaleciendo la transformación de la agricultura de las Américas hacia una mayor sostenibilidad. “Nuestro continente –sostuvo- es garante de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental mundial. Por eso la conservación y recuperación de los suelos, dentro del enfoque de Una Sola Salud, es una prioridad”.
También en representación del Instituto participó Francisco Mello, gerente de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal y coordinador técnico de la iniciativa Suelos Vivos de las Américas.
"A través de la iniciativa Suelos Vivos, buscamos las evidencias científicas para respaldar las principales prácticas agrícolas que secuestran carbono en el suelo, estableciendo referencias que beneficiarán a todos los países de las Américas en la creación de políticas públicas", dijo Mello.