Para Cueva, dos hechos justificarían la implementación del programa, los residuos violatorios de plaguicidas encontrados en la quinua y la declaración de emergencia de once regiones cafetaleras por el ataque de la roya del café.
Por: Fabiola Orsi
Lima, 4 de noviembre 2014 (Agraria.pe) Dada la situación fitosanitaria de los cultivos de quinua y café, se debe implementar un Programa Nacional de Manejo Integrado de Plagas para realizar un control racional, buscando que no se afecte la salud de los humanos respete el medio ambiente, se mejore la economía del agricultor e impulse la productividad.
Así lo indicó Manuel Arturo Cueva, director ejecutivo del gremio agroquímico CultiVida, quien añadió que este programa serviría para reconstruir modelos pasados y diseñar nuevos. “En especial para la mediana y pequeña agricultura, que es el sector más olvidado de nuestra agricultura al no recibir ayuda técnica para hacer de su inversión un negocio rentable”, declaró.
Manifestó que la implementación del plan se realizaría a través del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y refirió que dos hechos justificarían la implementación del programa, los residuos violatorios de plaguicidas encontrados en la quinua y la declaración de emergencia de once regiones cafetaleras por el ataque de la roya del café.
Al respecto añadió que el programa podría tomar como base el ya existente Programa Nacional de Control Biológico y recomendó que se trabaje conjuntamente con academias, universidades, compañías de la ciencia de los cultivos, compañías de plaguicidas, gobiernos regionales, municipios, asociaciones de agricultores, entre otros, para la implementación.
Cueva explicó que el manejo integrado de plagas se logra cuando se “aplican varios métodos de control, por ejemplo, aplicando el método cultural, que consiste en preparar bien el terreno, ararlo adecuadamente, abonar correctamente la planta y manejar riego adecuado”.
Asimismo añadió que “luego se aplica el método de control biológico, donde se liberan organismos benéficos para matar a las plagas o se aprovechan insectos benéficos que ya están en el campo. También está el método de control etológico que consiste en poner trampas atractivas a los adultos de las plagas, con feromonas o trampas de luz”.
Informó que también se necesita el control varietal, que es el uso de cultivos o plantas resistentes a las plagas o enfermedades. Así mismo, destacó el control químico, que consiste en la aplicación racional de plaguicidas o productos fitosanitarios.
Para Cueva, el beneficio más grande es lo económico que le resulta al agricultor el uso de plaguicidas, al incrementar la productividad de sus cultivos, obteniendo un mayor rendimiento por hectárea y más ingresos económicos, y al no afectar la salud de los humanos, respetando el medio ambiente, evitándose además la presencia de residuos tóxicos en los alimentos.
“Mi sugerencia es que se comience por los cultivos de los pequeños y medianos agricultores que están desprotegidos, por ejemplo, los agroexportadores tienen envíos hacia Europa y Estados Unidos, pero están obligados a demostrar que hacen manejo integrado de plagas, cosa que no sucede con los pequeños y medianos agricultores, entonces se debería comenzar por tener el Programa Nacional de Manejo Integral de Plagas en los cultivos de la quinua y el café.”, concluyó.