Dos de los factores más importantes son la reducción de la lluvia y el aumento de la salinidad del agua. Las uvas, las bananas y los cacahuetes serían los más afectados por la sequía, mientras que los cítricos serían los más afectados por el aumento de la salinidad del agua.
(Agraria.pe) Los investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM) han descubierto que los rendimientos de algunas frutas, como los frutos rojos, las uvas y las bananas, corren riesgo de caer casi un tercio a causa de la amenaza del cambio climático.
Dos de los factores más importantes son la reducción de la lluvia y el aumento de la salinidad del agua, causada, por ejemplo, por el aumento de los niveles del mar y por las marejadas ciclónicas. Estos factores podrían reducir los rendimientos de la fruta en torno a un 21% y 28% respectivamente, a no ser que se tomen medidas.
Las uvas, las bananas y los cacahuetes serían los más afectados por la sequía, mientras que los cítricos serían los más afectados por el aumento de la salinidad del agua, según el estudio.
Este es el primer estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, que analiza todos los datos disponibles sobre cómo los cambios del clima afectarán a la fruta, a las semillas y a los frutos secos.
El estudio ha descubierto que el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono –que acelera el ritmo de fotosíntesis de las plantas– podría mejorar el crecimiento de los berries y los cacahuetes. Sin embargo, este efecto positivo se vería contrarrestado por la subida de las temperaturas predicha en el marco del cambio climático.
El estrés hídrico puede afectar a diferentes cultivos de diferentes formas; por ejemplo, la fase de crecimiento de las avellanas y la fase reproductiva de los cacahuetes son particularmente sensibles a la sequía, mientras que las almendras son relativamente resistentes.
Los investigadores han descubierto que la sequía y la salinidad del agua afectan más a los rendimientos que la subida de las temperaturas, pero podría deberse a que hay más estudios publicados sobre la sequía y sus efectos en la fruta y las semillas que sobre el calor.
Pauline Scheelbeelk, profesora asistente de Epidemiología Nutricional y Medioambiental en el LSHTM y una de las autoras del estudio, sostiene que es importante analizar el cambio climático y sus efectos sobre los alimentos con un alto valor nutricional.
La profesora Scheelbeelk y su equipo llevaron a cabo un estudio similar sobre las hortalizas el año pasado, el cual también reveló que el cambio climático podría reducir los rendimientos en alrededor de un tercio.
"Estamos empezando a reconocer que el suministro de frutas y hortalizas tal vez no sea tan resistente como creíamos. En un mundo en el que el consumo de frutas y hortalizas es bajo –en el Reino Unido tan solo el 20% de los adultos cumplen la recomendación de cinco raciones diarias–, cualquier reducción más del consumo podría resultar dañina", afirma.
Entre las partes del mundo particularmente vulnerables se incluyen el África subsahariana, las Américas y la India, según el estudio.
"Dado que el mundo está tan conectado, tendremos que replantearnos cómo tener un sistema de alimentación sostenible y resistente".
"Importar grandes cantidades de países que ya sufren escasez hídrica, como la India, tal vez sea algo que no desearíamos hacer desde una perspectiva ética", añade Scheelbeelk.
Fuente: telegraph.co.uk