COLUMNA DE:
Raúl Injoque

Raúl Injoque

PhD. CBDO Futura Farms, Embajador de LAIHA en Perú
02 marzo 2022 | 09:20 am Por: Raúl Injoque

ODSs, Politicas Publicas y Cannabis: El caso de Perú

ODSs, Politicas Publicas y Cannabis: El caso de Perú

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron adoptados por las Naciones Unidas en el año 2015 como “un llamado universal a la acción para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad” (PNUD, 2022). Los gobiernos y las empresas privadas están tomando estos objetivos como un complemento a sus indicadores financieros tradicionales. En el caso de las empresas privadas, las están adoptando cada vez más en lo que se denomina indicadores de desempeño ambientales, sostenibles y de gobernanza (ESG en sus siglas en inglés) para demostrar su valor e impacto en la comunidad. Como documentó Yoon, los ESG no solo tienen un impacto en el ambiente y la comunidad, "el mercado reconoce que los ESG son una inversión muy importante" y tienen un impacto directo en la valoración de las empresas Yoon, Kellog Insights, 2021).

Los países también se están alineando con esta tendencia, sin embargo, el Informe ODS 2019 de la ONU indica que “quedan poco más de 10 años para lograr la Agenda 2030, pero ningún país aún es capaz de satisfacer de manera convincente un conjunto de necesidades humanas básicas a un nivel globalmente sostenible”. Todos están distantes del objetivo general de equilibrar el bienestar humano con un medio ambiente saludable” (General, 2019).

Así como las empresas privadas tienen estatutos que refuerzan la adopción de los ODS, los países deben reflejarlos a través de sus políticas. De hecho, las políticas públicas son el mejor indicador para el avance en esta área. Las leyes deben revisarse para asegurarse de que también estén alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible y modificarse cuando sea necesario. El caso del marco regulatorio del cannabis en Perú ayuda a explicar con más detalle esta afirmación.

La Ley de Cannabis Medicinal de Perú (Perú, Diario Oficial El Peruano, 2017) fue aprobada por el congreso a fines de 2017; su reglamento (Perú, Diario Oficial El Peruano, 2019) se publicó a fines de 2019 y el mercado inició la curva de aprendizaje en el proceso de adopción. Las empresas privadas aprovecharon la oportunidad centrándose en actividades comerciales y educativas. Para completar el marco del cannabis medicinal y mejorar el acceso, el gobierno aprobó una ley de cultivo asociativo (Perú, Diario Oficial El Peruano, 2021) que permite a los usuarios formalizar una asociación para cultivar, extraer y procesar cannabis para el uso de esa comunidad específica. Los requisitos de cultivo son muy estrictos y costosos para que las empresas ingresen al eslabón de producción; reflejo de ello es que recién a principios de 2021 se liberó la primera licencia para cultivar cannabis en Perú y no se encuentra en revisión ninguna otra solicitud. Es importante mencionar que estas leyes no permiten que las mascotas sean medicadas con cannabis, dejando al mercado veterinario desatendido. Actualmente el mercado formal de Perú importa productos de Colombia, Uruguay, Canadá y Estados Unidos y existen 56 farmacias con licencia para dispensar cannabis. Por último, el cannabis industrial aún no ha sido abordado por el gobierno.

La suma de estas normas sentó las bases para el desarrollo de esta industria global en el Perú. ¿Qué tan bueno es este marco para el medio ambiente? ¿Perú realmente está aprovechando toda la línea de productos de esta nueva industria global? ¿Es el Perú lo suficientemente competitivo para atraer inversión extranjera para industrializar el cáñamo? Parafraseando una vieja película del oeste, revisaré “lo bueno, lo malo y lo feo” de estas regulaciones.

Lo bueno:

Se estima que medio millón de pacientes se beneficiarían del cannabis medicinal en Perú. Está comprobado que para algunas condiciones médicas como la epilepsia, la ansiedad, el insomnio y el dolor crónico, el cannabis ayuda a elevar la calidad de vida de los pacientes. La ley peruana exige que los profesionales médicos prescriban y controlen la evolución de los pacientes; también requiere un vínculo estrecho entre el cultivo y la extracción, lo que dificulta que el producto informal ingrese a la cadena de valor legal. El cultivo asociativo ayuda a mejorar el acceso al cannabis medicinal a colectivos desfavorecidos.

Lo malo:

El principal competidor es un enorme mercado informal, actualmente estimado en más del 98%. Estos productos se están ofreciendo a través de las redes sociales sin receta médica. Los productos informales carecen de buenos estándares de calidad; por lo tanto, los pacientes pueden recibir una dosificación diferente cada vez que cambian de botella, incluso dentro del mismo lote del mismo fabricante. Los pacientes también pueden intoxicarse si los procesos de extracción dejan restos de butano o alcohol en el producto final. La supervisión gubernamental es rígida para los participantes formales; sin embargo, carece de esfuerzos para monitorear o intervenir en emprendimientos ilegales. Por último, un mercado veterinario en crecimiento con una gran demanda está siendo atendido por productos ilegales.

Lo feo:

El artículo 8 de la ley exige que después de la cosecha de la flor, toda la biomasa debe ser incinerada con un proceso legal que es costoso y lento. Además, la quema de biomasa genera gases de efecto invernadero; por lo tanto, tratando de seguir la política de los ODS de la ONU. Además, el artículo 2.2b de la normativa (DS 005-2019-SA) indica que el cáñamo no debe incluirse en este marco, sin embargo, el gobierno no permite el cultivo de cáñamo.

Este marco regulatorio es perfectible de muchas maneras, pero se deben implementar dos acciones correctivas para alinear mejor al país con los ODS globales. El primero es una modificación a la ley 30681 para permitir que las empresas que cultivan cannabis utilicen la biomasa (que por cierto no contiene niveles importantes de cannabinoides) como subproducto de la operación. Al hacerlo, todo el carbono secuestrado por la biomasa se utilizará constructivamente. La segunda mejora es permitir el cultivo de cáñamo industrial que abrirá al país a un nuevo mercado global con todos los beneficios de atracción de inversiones: innovación, nuevas tecnologías, empleo formal e impuestos.

El Cannabis Industrial o Cáñamo es una planta muy similar a la marihuana, sin embargo su componente psicotrópico es muy bajo, es muy eficiente en el secuestro de carbono de la atmósfera y la construcción de biomasa. El cáñamo se alinea competitivamente con los ODS y ayuda a los países a alcanzar sus objetivos. La semilla contiene altos niveles de proteínas y aceites saludables, lo que la convierte en una buena candidata para complemento alimenticio para humanos y producción animal. El tallo genera fibra de excelente calidad que tiene una alta demanda pero también puede ser utilizada como insumo en las fábricas de papel y material de empaque, ambas importantes industrias de alto volumen a nivel mundial. Por otra parte, el hurd se utiliza como un material de construcción ligero y resistente con propiedades amortiguadoras del aire que hacen que los hogares sean más eficientes energéticamente. Pero la parte innovadora del cáñamo está en la industria del bioplástico donde se utiliza para fabricar plásticos biodegradables. Además, la industria tecnológica está evaluando el grafeno como material para reemplazar al silicio. El grafeno proviene del grafito, que es un material natural y es costoso de extraer y producir. El cáñamo está abriendo nuevos caminos en este segmento ya que su biomasa se utiliza para crear grafeno vegetal que demuestra excelentes cualidades de transferencia de energía, capacidades de almacenamiento y es mucho más rentable. Por último, pero no menos importante, el cáñamo también se utiliza en el mercado mundial de bonos de carbono, lo que genera otro flujo de ingresos e impuestos para la industria y los gobiernos, respectivamente.

Los ODS son un conjunto de principios rectores que ayudan al sector privado a abordar su impacto en las partes interesadas. El caso de los países es más difícil de medir, sin embargo, un excelente proxy es el estado de las regulaciones vigentes; el caso de la regulación del cannabis medicinal peruano muestra un buen ejemplo de que una modificación de la ley ayudará en este empeño. Además, existen motivos suficientes para impulsar una nueva ley que permita el cultivo y procesamiento del cáñamo en el Perú. De hecho, un grupo de empresas, académicos e individuos están promoviendo activamente esta nueva actividad económica, ya que representa una oportunidad de oro para desarrollar una nueva industria global sostenible con potencial para atraer inversión extranjera, crear nuevos empleos y generar impuestos.

 Referencias:

General, S. (2019). THE FUTURE IS NOW SCIENCE FOR ACHIEVING SUSTAINABLE DEVELOPMENT. UN. UN.

UNDP. (2022). Sustainable Development Goals in Action. Obtenido de https://www.undp.org/sustainable-development-goals

Peru, G. d. (2021). Diario Oficial El Peruano. Obtenido de https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-que-incorpora-y-modifica-articulos-de-la-ley-30681-ley-ley-n-31312-1976352-1/

Peru, G. d. (2017). Diario Oficial El Peruano. Obtenido de https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-que-regula-el-uso-medicinal-y-terapeutico-del-cannabis-y-ley-n-30681-1587374-1/

Peru, G. d. (2019). Diario Oficial El Peruano. Obtenido de https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/decreto-supremo-que-aprueba-el-reglamento-de-la-ley-n-30681-decreto-supremo-n-005-2019-sa-1744045-2/

Yoon, A. (2 de August de 2021). Kellog Insights. Recuperado el 15 de 2 de 2022, de https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/esg-news-market-reaction