COLUMNA DE:
Miguel Ordinola

Miguel Ordinola

Secretario Ejecutivo-Alianza de Aprendizaje Perú - Docente de Post Grado de la Pontificia Universidad Católica del Perú
01 septiembre 2021 | 09:53 am Por: Miguel Ordinola

Articulación de pequeños productores organizados con empresas privadas: ¿Qué factores pueden favorecer esta relación en el Perú?

Articulación de pequeños productores organizados con empresas privadas: ¿Qué factores pueden favorecer esta relación en el Perú?

Recientemente (julio 2021), se ha publicado la Resolución Ministerial No. 0218-2021 MIDAGRI “Lineamientos para implementar procesos de asociatividad empresarial en el Sector Agrario y de Riego” con el objetivo, entre otros, de promover la actividad empresarial de los productores organizados. Una de las definiciones que se incluyen en el dispositivo, menciona que es conveniente promover Alianzas Estratégicas (articulación empresarial) como un “mecanismo que utilizan las organizaciones empresariales de productore(a)s agrario(a)s para trabajar de manera conjunta entre ellas y/o con otras organizaciones empresariales, con el propósito de alcanzar los objetivos en la prestación de un servicio o desarrollo de un producto con mayor eficacia y rentabilidad”.

La experiencia de los últimos años en América Latina, muestra que la articulación de grandes y medianas empresas con pequeños productores organizados puede generar oportunidades de negocio que implican beneficios económicos y sociales para ambos segmentos.

En esa línea, la experiencia acumulada en diversos casos (nacionales e internacionales), demuestra que es posible construir un modelo articulado orientado a promover una vinculación sostenible entre las grandes y medianas empresas y los pequeños productores organizados más allá de la mera articulación comercial, favoreciendo la construcción de una relación de mutuo beneficio “ganar-ganar” que mejore la competitividad de las cadenas de valor en su conjunto y el nivel de vida de las poblaciones participantes.

La articulación empresarial consiste en un acuerdo voluntario y estratégico entre empresas que involucra el intercambio, cooperación o codesarrollo de productos, tecnologías o servicios; y puede ocurrir como resultado de distintas motivaciones y por ello tomar una variedad de formas y manifestarse de forma horizontal o vertical.

Los elementos que favorecen esta articulación pueden ser: i) Facilidades para la organización de la base productiva; ii) Presencia de organizaciones de productores que permite contar con mayores volúmenes de producción y que reduce los costos de transacción; iii) Identificación de productores líderes con capacidades de conducir grupos de productores y potenciar sus acciones; iv) Funcionamiento de mecanismos creativos de financiamiento (públicos y privados); v) Cambio generacional, lo que puede permitir contar con perfiles de productores con mayor nivel de escolaridad y con menos rechazo a la posibilidad de establecer acuerdos con las empresas; vi) Decisión de los productores de explorar nuevos mercados y desarrollar nuevos productos para los mercados nacionales e internacionales.

La promoción de la articulación empresarial requiere que se superen las barreras que aún existen para su funcionamiento, principalmente el poco contacto entre los pequeños productores organizados y las empresas, la escasa información sobre los mercados para los todos los actores, la falta de financiamiento de la cadena productiva y el poco acceso a información de los pequeños productores para introducir y manejar cultivos no tradicionales o promisorios, entre otros aspectos.

Existen algunos factores que pueden contribuir al fomento de las experiencias de articulación y que pueden dar lugar a políticas públicas, entre ellos destacan la reducción de costos de transacción para las partes, la capacitación de las organizaciones para negociar mejor con las empresas y la implementación de sistemas de medición de la evolución de los esquemas de articulación en los distintos sectores productivos del país. En esta línea existen  retos que deben ser afrontados: i) Lograr que el uso de estos mecanismos  permita el desarrollo empresarial de los productores organizados; ii) Fomentar intervenciones público y privadas que promuevan el desarrollo empresarial de los pequeños productores; iii) Difundir e incrementar el número de experiencias de articulación vertical donde los productores están organizados como asociaciones horizontales; iv) Fortalecer a las asociaciones horizontales que participan de esquemas de articulación vertical; v) Extender el uso de esquemas de cofinanciamiento que incluyan recursos tanto de las empresas participantes como de los productores (evaluando la potencial participación del Estado).

Finalmente se puede mencionar que la articulación empresarial puede ser una buena estrategia para ingresar a un nivel diferente de crecimiento y desarrollo tanto de los productores como de las empresas, lo que puede permitir acceder a diversos mercados, desarrollar innovaciones (como base para ser competitivos), promover empleo y generar ingresos más estables a nivel de los pequeños productores. Más que ver un conflicto en este tipo de relación, debería tomarse como una oportunidad para ser competitivos en las diversas cadenas de valor del agro peruano.