(Agraria.pe) Hace 30 años empezó el andar de Wawasana, una marca que respondió a una iniciativa familiar, empezando su trabajo en la elaboración y comercialización de infusiones a base de plantas ancestrales, un mercado que en ese momento no existía y que estaba dominado por los clásicos productos como el té, anís y manzanilla.
Alfredo Menacho, fundador y gerente general, evoca ese largo camino que empezó en una época de gran convulsión social en el país, donde, a pesar de las señales, se empecinó en formar a sus proveedores iniciales, destacando el trabajo con las mujeres campesinas con el objetivo de formalizarlas e incorporarlas a la cadena comercial, un tiempo de trabajo en que fue clave el apoyo de la cooperación internacional.
Toda esta labor de años en ese momento permitió, sostiene el empresario, contener la beligerancia social y política en esas zonas del país, y creó además todo un nuevo mercado con empresas que empezaron a surgir mirando la riqueza de los recursos ancestrales del Perú, especialmente en los últimos 15 años.
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Actualmente, Wawasana (parte de la empresa Aurandina) cuenta con 40 diferentes presentaciones de productos y está trabajando en propuestas a partir de la chía, espirulina, té verde, té jazmín, jamaica, muña, entre varios otros. La marca cuenta con 3 líneas comerciales: infusiones, colágenos y extractos, siendo el suplemento herbal ‘Dulce Sueños’ su producto estrella. En su primera línea cuenta con filtrantes de manzanilla, anís, té verde (puro, con piña, naranja, toronja, etc.), menta & muña, asmachilca, coca, entre otros.
“El año pasado fue terrible para el mundo, y este primer trimestre es parecido, pero el segundo trimestre vemos con claridad que estamos en otra dinámica. Sacamos productos nuevos en tres categorías diferentes con extractos de plantas, colágenos y también packs de productos sueltos que metemos al mercado. Son seis productos nuevos entonces, con tres recién en el mercado, y seis más en cartera, y prevemos entrar en otra categoría que es la de modificadores lácteos en un par de meses”, detalla el ejecutivo.
Alfredo Menacho estima que su participación de mercado actual en la categoría de infusiones está en alrededor del siete a ocho por ciento, aunque esa denominación incluye negocios masivos como la venta de té, canela y clavo, manzanilla y anís, en tanto que sus líneas de productos son más específicos. “No nos metimos ahí (al masivo), no nos interesaba ese tema porque es masivo y barato, y nosotros tenemos el chip de la salud, del bienestar de la gente y recuperación de plantas que usamos hace muchos años. En nuestros productos pueden encontrar como materia prima la cúrcuma, jengibre, guanábana, diente de león, hacemos fórmulas complejas, somos especialistas en eso, lo que en Estados Unidos sería la categoría de medicina tradicional”, agrega.
Wawasana trabaja actualmente con 20 distribuidores y espera pasar a 30 o 35 en los próximos meses. La vista está en crecer hacia el exterior, puesto que actualmente abastecen a cadenas de supermercado en Centroamérica, y se encuentra en negociaciones con una cadena importante de Alemania. También se está trabajando en Estados Unidos, y dando impulso a empezar con iniciativas en el segmento HORECA. Con todo este desarrollo y la base ya trabajada, Wawasana aspira a terminar el año en un nivel de ventas de entre 4 a 4.5 millones de dólares.
Finalmente, Menacho instó al gobierno a impulsar esta cadena productiva, la que enfrenta diversos desafíos para crecer. Un ejemplo de ello fue el pedido de una distribuidora rusa de decenas de contenedores de infusiones elaboradas con hoja de coca que no pudo atenderse por las convenciones internacionales. “Se sabe que al 2025 −continuó Alfredo Menacho− el mercado de cannabis legal generaría 50 mil millones de euros en todo el mundo, por lo que las restricciones para nuestra planta medicinal deben revisarse. Algo parecido sucede con las exportaciones de productos terminados en general, porque encontramos los marcos de promoción como Biocomercio y otros diseñados para mejorar los envíos al exterior de materias primas, pero no de los productos procesados”, explicó.
