(Agraria.pe) Las crisis energética y alimentaria ocasionadas por la guerra en Ucrania han esparcido pesimismo en el Foro Económico Mundial de Davos, la gran cita global de líderes políticos, económicos y de la sociedad civil, que han tenido difícil plantear soluciones concretas en el primer día de sesiones.
La mayor incertidumbre recae en que nadie puede prever cuánto más durará la agresión de Rusia contra Ucrania y hasta dónde llegará el primer país en sus ambiciones territoriales. Esto hace temer que los gobiernos opten por respuestas algo desesperadas, como aumentar las inversiones en combustibles fósiles para tener fuentes alternativas a la rusa.
Energía
“No deberíamos tratar de justificar una nueva oleada de inversiones en combustibles fósiles a largo plazo”, ha advertido el director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, quien más bien ha apostado por las renovables, por la eficiencia energética y por incrementar la producción nuclear en países que tienen capacidad para ello.
Ha sido más condescendiente con aprovechar los yacimientos de gas y petróleo ya existentes como una respuesta a la situación actual, siempre que sea a corto y no a largo plazo.
Los exponentes en los primeros debates de esta 51ª edición del Foro de Davos han reconocido que la resolución de la crisis energética tendrá costos muy elevados y demandará sacrificios, en particular entre los países importadores.
La crisis energética ha sido uno de los factores económicos de preocupación entre los participantes, pero no el único. También han salido a relucir la reducción de la actividad económica –fruto de la incertidumbre y de la aversión a los riesgos entre los actores económicos–, el aumento de la inflación y la reducción de los ingresos.
Si gobiernos y empresas contaban con una recuperación económica en el 2022 una vez superada la pandemia del covid-19, la crisis en Ucrania ha hecho tabla rasa de esta expectativa. Se ha adelantado que en todas las regiones el crecimiento será –en el mejor de los casos– muy moderado.
Sequía
El escenario del pesimismo lo completa la crisis alimentaria, en la cual la guerra en Ucrania no ha sido la causa única, pero sí ha actuado como una especie de tiro de gracia al causar que el precio de los alimentos se dispare a niveles sin precedentes.
El cambio climático ha multiplicado y agravado la sequía en varios países, donde tres a cuatro temporadas de cultivos han quedado arruinadas, lo que ha puesto a millones de personas en riesgo de hambruna.
Bloqueado
El mundo experimentará un mayor aumento en el precio de los alimentos en los próximos diez a doce meses si no se resuelven la escasa oferta de fertilizantes, la caída de la producción y el bloqueo de la salida marítima de granos de Ucrania.
Si no se reanudan las salidas de cargamentos de cereales desde el puerto de Odesa, en Ucrania, “estaremos ante un problema complejo porque los depósitos pueden estar llenos, pero si no hay barcos que los transporten podremos ver situaciones de hambre en el mundo”, anticipó el jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley.
Fuente: El Peruano