De esta cifra, 19 mil 500 se hicieron con créditos de AGROBANCO, y las 15 mil 500 restantes se financiaron con préstamos de banca alternativa y las familias de los cafetaleros
(Agraria.pe) En el 2014, se renovaron 35 mil hectáreas de café, de las cuales 19 mil 500 se hicieron con créditos de AGROBANCO, y las 15 mil 500 restantes se financiaron con préstamos de banca alternativa y las familias de los cafetaleros, según el informe elaborado por la Junta Nacional del Café (JNE) y la financiera internacional Root Capital.
Al respecto, la directora de la JNC y presidenta de CONVEAGRO, Lucila Quintana, explicó -durante la presentación del informe- que el proceso de renovación de cafetales se realiza a través de créditos asumidos por los productores, que deben devolver.
Refirió que para asegurar este proceso se requiere tener una caficultura sostenible, para lo cual es necesario la unión de todos los actores de la cadena, tanto productores, como empresarios y el Estado. Precisó que de esta manera se fortalecerá la productividad.
Por su parte, el gerente general de Root Capital, Daniel Rivera, enfatizó que los cafetaleros solos no podrán hacer mucho, pero sí con la participación de todos los involucrados en el sector, a fin de seguir fortaleciendo al café peruano como una herramienta para mejorar el nivel de vida de los productores.
De otro lado, tras una investigación desarrollada en las zonas productoras de Cajamarca y Junín, el estudio concluye que el 77% de caficultores renuevan sus plantaciones viejas o afectadas por la roya con plantones que ellos mismos cultivan, ante la falta de centros de producción de semillas y plantones acreditados de café que aseguren un adecuado rendimiento (sumado a la informalidad del comercio de semillas y plantones).
El trabajo revela también que la principal variedad que usan en ambas zonas es Catimor, de gran resistencia a la roya, alcanzando el 79% en la región norteña y 47% en selva central. En menor medida -por debajo del 29%- se utilizan granos de los cultivadores Gran Colombia y Castillo, ingresados de manera informal.
“Estas variedades no han sido estudiadas en nuestro medio en cuanto a calidad de taza, factor determinante en los mercados de especialidad, a los cuales Perú destina el grueso de su oferta de café de calidad”, advierte el informe.
A ello se suma las malas prácticas detectadas en el proceso de producción de los plantones e instalación en el campo definitivo, que limitan la productividad y vida útil de las plantaciones de café y por ende ponen en riesgo las inversiones hechas en el proceso de renovación y el pago de los créditos por parte de los productores.
El documento alertó que “los plantones de mala calidad, sumados al pequeño tamaño de los hoyos en campo definitivo y la alta tasa de recalce conllevan al establecimiento de una plantación con baja productividad, incremento en los costos de producción, pérdidas económicas en los productores y alto riesgo para el retorno de estas las inversiones”.
Esta situación atenta contra el esfuerzo realizado por los productores a través de los años para posicionar el café peruano en el mercado internacional, por su alta calidad, y colocándonos en el octavo puesto entre los exportadores de grano aromático del mundo.