(Agraria.pe) El Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec) presentó los resultados del proyecto de investigación "Evaluación y estimación de la distribución espacio temporal de permafrost a nivel nacional como potencial de reserva hídrica (Permafrost)", liderado por el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM).
Cabe precisar que, el permafrost es una capa de suelo permanentemente congelada formada por tierra, hielo y roca. Para que el suelo pueda catalogarse como permafrost técnicamente, debe permanecer completamente congelado durante al menos dos años seguidos.
La investigación permitió que nuestro país logre obtener información y los conocimientos necesarios para la gestión de recursos hídricos del permafrost en un contexto de cambio climático. Además, el proyecto impulsa la generación y uso de tecnologías de código abierto para el desarrollo de dos prototipos (una estación meteorológica y un dron) que son de gran ayuda en el avance técnico científico del país.
Este proyecto ganador de la convocatoria investigación aplicada y desarrollo tecnológico, también ha logrado elaborar el primer inventario nacional de glaciares rocosos. Iniciativa que muestra la distribución espacial de los 2271 glaciares rocosos y otras formas de permafrost encontrados dentro de las cordilleras glaciares de nuestro país.
"Este es un estudio pionero que asienta las bases para numerosos campos de investigación asociados a la hidrología, estudios de la dinámica de glaciares rocosos y del modelamiento de permafrost. Nuestro proyecto ha obtenido y validado el primer modelo geoestadístico de distribución espacial de permafrost en el Perú a 30 metros. Esto permite identificar zonas que pueden tener algún beneficio hídrico por la presencia de áreas de permafrost", señaló Katy Medina Marcos, investigadora principal del proyecto.
Es importante señalar que el área de estudio del proyecto Permafrost abarcó las 18 cordilleras glaciares y las dos cordilleras glaciares extintas del Perú. Mientras que, los trabajos de campo se realizaron en la cordillera Blanca (Áncash) y Chila (Arequipa). En la primera cordillera (Blanca) los trabajos de campo se desarrollaron dentro de las unidades hidrográficas Llullán, Ranrahirca, Casca, Quillcay y Yanayacu, donde se instalaron sensores en las paredes de roca. En el glaciar cubierto de Kinzl y en la quebrada Quillcayhuanca se instalaron estaciones meteorológicas prototipo. En la segunda cordillera (Chila), dentro del glaciar rocoso San Félix (unidad hidrográfica 134616), se realizaron trabajos de levantamiento de información base (climática, hidrológica, geofísica y cartográfica), y se instalaron sensores y equipos meteorológicos.
El INAIGEM, líder de la iniciativa, trabajó de manera conjunta con la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo (UNASAM), la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Universidad de Huddersfield (UH) y de Zúrich (UZH). De igual manera contó con la colaboración de la Université Savoie Mont Blanc (USMB), el Grupo de Investigación Criósfera, Clima y Seguridad Hídrica (CCSH) de la UNASAM y el Instituto de Investigación y Conservación de las Montañas (IICM).
Este proyecto recibió financiamiento por parte del Concytec, a través de su unidad ejecutora Prociencia, con apoyo del Banco Mundial.