Férreos controles de precios, inseguridad jurídica y personal, falta de insumos y serios problemas de financiamiento, son solo algunos de los factores que han llevado a la crisis alimentaria a un país de gran potencial agrícola.
(Agraria.pe) Venezuela cuenta con 31 millones de habitantes y 916.445 kilómetros cuadrados de territorio con extensas superficies fértiles y cultivables. Sin embargo, la provisión de alimentos está pasando una aguda crisis. La cadena alemana Deutsche Welle entrevistó al respecto a Antonio Pestana, presidente de la Confederación Nacional de Asociaciones de Productores Agropecuarios (FEDEAGRO), quien explicó porqué el país llanero, que tiene 35 millones de hectáreas con potencial, apenas usa 11 millones.
Los primeros factores que mencionó Pestana son la falta de garantías económicas, de seguridad jurídica y de seguridad personal. Esto, sumado a la escasez de insumos y personal capacitado, así como los serios problemas de desarrollo tecnológico y financiamiento, ocasiona falta de competitividad de la producción nacional frente a las importaciones.
“Férreos controles hacen que el precio de muchos bienes esenciales tienda a estar por debajo de los costos de producción. En otras palabras, la producción agraria no es rentable”, explicó el gremialista.
Agregó que otro punto de preocupación para los agricultores es que las unidades de producción no están garantizadas. De acuerdo a cifras oficiales, el Gobierno venezolano ha confiscado 5.2 millones de hectáreas en 1.200 unidades de producción en la última década. Hoy, las tierras confiscadas producen menos de lo que lo hacían con sus propietarios originales o simplemente no producen.
Falta de agroquímicos y maquinaria
“Exceptuando al fertilizante nitrogenado, en Venezuela no se producen agroquímicos; estos deberían ser importados. Pero, como tenemos un control de divisas muy severo y los dólares se asignan de manera discrecional, el sector agrario no ha podido honrar sus compromisos con empresas extranjeras; ya se nos percibe como deudores morosos y se nos ha cerrado toda línea de crédito. Ahora dependemos de lo poco que importa el Estado y esas limitaciones hacen que las superficies cosechadas se reduzcan considerablemente”, refirió Pestana.
El panorama se complementa para peor con el hecho de que las empresas que solían importar maquinaria, implementos y repuestos para el agro ya no lo hacen, por lo cual, también en este rubro, dependen totalmente de las adquisiciones del Estado. El vocero detalló que la vida útil del 65% de sus tractores y del 85% de sus cosechadoras ha caducado, lo que ha llevado a su capacidad productiva al mínimo. Además, el Gobierno no le habría dado la importancia necesaria a la capacitación, generación de conocimiento y su transferencia.
El reportaje explica que en Venezuela un índice de inflación de tres dígitos provoca que la cartera agrícola obligatoria incremente su valor en términos nominales; pero, en términos reales, ésta pierde valor con cada día que pasa y eso limita la capacidad de invertir. Como si fuera poco, la sobrevaluación del dólar desestimula la compra de productos nacionales y le da impulso a las importaciones, muchas de las cuales han sido llevadas a cabo de manera oportunista por empresarios y miembros del Ejecutivo.
Para capear esta difícil situación, FEDEAGRO propuso en diversas instancias estatales un marco legal que garantice la seguridad jurídica, económica y personal de los productores; así como planes de inversión en formación tecnológica y adquisición de maquinarias, implementos agrícolas y repuestos para aumentar los niveles de productividad. Sin embargo, no se sienten escuchados.
“…Si lográramos recuperar la confianza de los empresarios nacionales, de los inversionistas extranjeros y de nuestros acreedores; si el Gobierno dejara de ser el actor principal de la economía nacional; si se fijara una sola paridad cambiara que fluctúe con la economía; si realmente lucháramos contra la corrupción: si se devolvieran todas las propiedades confiscadas, Venezuela podría exhibir, en menos de un año, una economía muy distinta a la que hoy tiene”, finalizó Pestana.