Aunque saludan su creación, piden respaldo del Gobierno para que el logo garantice una calidad estándar en los productos exportados
Manuela Zurita
Lima, 14 Marzo (Agraria.pe) La marca país de Perú genera simpatías y dudas en el sector agroexportador, según constató Agraria.pe, luego de consultar a cuatro gerentes de empresas exportadoras de los principales productos vendidos por nuestro país al mundo.
Aunque todos saludaron su creación, temieron sobre el impacto que su implementación tendría en la imagen del sector en el exterior de no garantizar una calidad estándar a través de su certificación.
Jorge Luis Vences Villareyes, gerente comercial de Corp Frut SA, exportadores de mango, palta, sandia y cítricos, calificó como “positiva” la marca país, ya que representará simultáneamente a empresas chicas, medianas y grandes. “Generaría un consenso de calidad y de fuerza de volumen”, confió.
Así y todo, opinó que los beneficios de su implementación dependerán de cómo se organice el Gobierno para lograr agrupar a los agroexportadores. Ante ello, sugirió que se realice una encuesta por Internet para definir si existe consenso sobre su uso.
Renzo Carlini, presidente del Directorio en el Consorcio de Productores de Fruta del Perú S.A (CPF) prefirió no manifestar su opinión sobre el diseño de la marca, pero sí su temor respecto al uso generalizado que tendría la marca país en toda la fruta exportada, que según indicó se divide entre “muy buena calidad” y la de “regular a baja”.
“No cualquiera debería obtener esa certificación. Si todos la tuvieran, en algún momento podría ser perjudicial para la fruta de buena calidad”, opinó.
Explicó que en el país las frutas cuentan con una norma técnica, que sugiere un nivel óptimo de calidad, pero que no es obligatoria. “Lo importante es que la marca Perú se les otorgue sólo a los que cumplen la norma técnica”, propuso.
Asimismo, sostuvo que la mecánica de operación de la certificación debería ajustarse a los tiempos de cada sector. “En el caso de la fruta fresca, que es un perecible, uno la cosecha y en un máximo de una semana tiene que exportarla”, resaltó e informó que no usarán la marca país hasta tener en claro cómo se manejará.
Por su parte, Roberto Falcone, gerente general de Agroindustrias AIB, manifestó su aprecio del logo. “Es distinto, sí me gusta y lo usaría. Es de avanzada”, expresó, tras indicar que en su empresa ya están discutiendo cuándo implementarlo.
“Permitirá unificar una visión común de todos los agroexportadores. Antes cada uno hacía un esfuerzo por demostrar el potencial del país”, resaltó.
Sin embargo, juzgó necesario el apoyo gubernamental a las empresas para que cumplan con normas de calidad. “Tenemos que tener una autorregulación de la calidad, que quizá lo dicte el Estado, sí sería bueno”, refirió.
“Eso (la autorregulación) hemos aprendido las grandes y medianas agroexportadoras. Porque sino lo que llega es el producto malo y eso se generaliza”, añadió.
Finalmente, Miguel Paz, gerente comercial de Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleras de los Valles de Sandia (CECOVASA), observó a la marca país como una “iniciativa positiva”, aunque confesó que antes de que supiera que estaba asociada a una simbología común de las civilizaciones precolombinas peruanas, él la había relacionado con una mina a tajo abierto.
Consultado sobre el impacto que tendría en la exportación de café, Paz resaltó que debería controlarse su solicitud y uso. “Perú es el principal productor de café orgánico del mundo, pero también exporta café de segunda calidad. ¿Se va a permitir colocar el logo a todo el producto exportado o al de mejor calidad?”, cuestionó.
En su opinión, los gremios cafetaleros deberían alentar el diálogo para promover la autorregulación. Así y todo, subrayó que necesitan obtener mayor información sobre cómo empezar a usarla. “Vamos a apoyarlas, pero ahora nos interesa conocer en qué condiciones se puede usar”, recalcó.
