Gremialista demandó mayor supervisión y reglas transparentes del Estado hacia el mercado a partir del escándalo de la industria lechera reciente. Criticó además la pasividad de la labor de Indecopi.
(Agraria.pe) Lo que sucede con el escándalo en la industria lechera del país no debería llamar la atención. Por lo menos así lo entiende Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café y miembro de la Convención Nacional del Agro (Conveagro), quien apunta que lo sucedido en ese caso es una muestra de cómo se han venido orientando las políticas los últimos años.
“Esta problemática que hoy ha estallado (el uso de leche en polvo para elaborar leche evaporada, la queja de los pequeños productores por el bajo precio que reciben de las industrias por el insumo básico) se ha venido denunciando desde hace muchos años. Se plantearon mecanismos para evitar que monopolios manejen los precios y el abastecimiento. Pero lo que vemos hoy en la industria láctea es lo mismo que sucede en la industria azucarera, donde tienen el monopolio los mismos que en la industria láctea”, explicó.
Indecopi y falta de transparencia
Añadió que el Estado no tiene transparencia en su política con el mercado, pues no es posible que un ente fiscalizador como Indecopi haya estado “ciego” durante 20 años a pesar de las denuncias. Recordó que lo único destacado de esa institución en los últimos tiempos es una sanción por concertación de precios del papel higiénico que solo sancionó a medias a uno de los culpables (Protisa, fabricante de Elite) y una investigación sobre concertación de precios del gas.
“Y en el caso de la industria láctea es más complicado porque es un alimento básico, con una gran cantidad de productores que no tienen capacidad de negociar con equidad el costo y los precios de sus productos porque no hay espacio de concertación y diálogo como en otros países, y el Estado deja que quien tiene el poder domine el mercado e imponga las reglas”, refirió Castillo.
Para el gremialista, la solución es que desde el Gobierno se tenga una nueva conciencia de que las fuerzas del mercado no pueden dejarse libres a su suerte sin supervisión pues se generan posiciones de dominio, que son escenarios ideales para la falta de transparencia y corrupción, elementos que se sospechan en el caso del escándalo lechero de los días recientes.
“Echarle la culpa a Digesa y decir que ellos dieron permiso (para nombrar a la marca Pura Vida como leche) es bastante ligero. Esperamos que la industria láctea se desarrolle, beneficiando a consumidores y productores”, finalizó.