24 junio 2016 | 11:28 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Afirmó Ulises Quevedo, gerente general del Talsa

LA SIERRA DEBE ENFOCARSE EN EL DESARROLLO DE CULTIVOS DE ALTO VALOR

LA SIERRA DEBE ENFOCARSE EN EL DESARROLLO DE CULTIVOS DE ALTO VALOR

Empresario advirtió que Perú tiene que diversificar su producción en las nuevas hectáreas de proyectos de irrigación para no saturar el mercado mundial con los mismos productos e impactar negativamente los precios como ya sucede con los espárragos y la uva. 

(Agraria.pe) Nuevas ideas siempre son bien recibidas cuando apuntan a mejorar sectores en los que nuestro país aún es deficitario, como es el caso del desarrollo de la agricultura en la sierra. Justamente esta es una preocupación que expresó recientemente Ulises Quevedo, gerente general de la agroindustrial Talsa, para quien es grande el contraste entre el despliegue tecnológico de la costa para el agro y la pobreza de recursos en la sierra, avocada básicamente a la subsistencia y abastecimiento en desventaja del mercado interno. 

Pidió por ello enfrentar los grandes retos de esa región del país. En primer lugar planteó el tema de la seguridad alimentaria, para lo cual señaló que se debe dejar de lado la agricultura para productos de escaso valor  pues hay una riqueza inmensa en productos de la sierra como leche de ovinos y cultivos tradicionales de alto valor nutricional. En segundo lugar se enfocó en el mercado interno, del que señaló es rápidamente saturable y provoca que a un agricultor le paguen 10 centavos por kilo de papa por la sobreoferta. Una alternativa es poner en valor diversas hectáreas en la sierra para exportación y así no saturar el mercado interno.

“¿Qué problema tenemos en la sierra que no tenemos en la costa”, se preguntó el ejecutivo. Y se respondió: “En la costa hay áreas extensas donde la mecanización es factible, en la sierra es todo lo contrario, con un clima adverso, unidades agrícolas pequeñas y falta de tecnología, por ello debemos enfocarnos allí en el desarrollo de cultivos de altísimo valor. Que una comunidad por cada hectárea que desarrolle no reciba mil soles sino 10 mil dólares. Ejemplos hay muchos, cultivos que en la costa no son viables por falta de frío, algo que en la sierra sobra. Productos como arándanos y cerezas por ejemplo”.

Refirió el caso de Chile, que en su ventana de exportación vende 100 mil toneladas de cereza al mundo, lo que le representa US$ 1.000 millones en ingresos. En ese marco, apuntó que Perú  es perfectamente complementario a las ventanas de producción de los hemisferios norte y sur pues la producción nacional sale después que la del norte y antes que la chilena. En ese periodo vacío entre ambas entregas, que comprende los meses de septiembre, octubre y noviembre, la cereza se llega a pagar hasta 20 dólares el kilo en el mercado internacional, una oportunidad comercial que deberíamos aprovechar. Para ello, el líder de Talsa dijo que es necesario desarrollar el concepto de asociatividad y no pensar en agricultores individuales sino en comunidades que manejen en conjunto un promedio de 100 hectáreas con alta tecnología y que se integren al mercado internacional. 

Nuevo perfil del INIA y más mercados
De otro lado, Quevedo felicitó el cambio de perfil del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), cuya labor en el pasado no tenía impacto económico y que en los últimos años es un ente mucho más empoderado y técnico, que estudia qué quiere el mundo en cuanto a alimentos y dónde están los productos de alto valor. Este trabajo, indicó, se complementa muy bien con el desarrollo que ha impulsado el Ministerio de Agricultura y Riego en grandes proyectos de irrigación. Sin embargo, advirtió que con 200 mil nuevas hectáreas en diez años gracias a este desarrollo hídrico en la costa, más 200 mil hectáreas extras en la sierra con los programas de riego, el país corre el riesgo de saturar los mercados del mundo si continúa sembrando lo mismo que hoy. 

“Eso significaría que ni las paltas, el mango, los espárragos, la uva, ni ningún cultivo va a ser rentable para nadie pues los precios se vendrían abajo. Ahí es clave el INIA  con investigación y desarrollo para crear paquetes tecnológicos en nuevos productos. Hay muchos productos que el Perú todavía puede tentar como frutos secos, nueces, pistachos, almendras, pecanas. Chile nos lleva 20 años de ventaja, pero nosotros tenemos una topografía y clima en la sierra que permiten estos cultivos y debemos desarrollar nuevos productos para no ahogarnos en nuestro propio éxito. Ya sucedió con el espárrago y está sucediendo con la uva e este momento”, explicó Quevedo. 

Finalmente, resaltó que el próximo gobierno debe trabajar en la apertura de más mercados pues si bien tenemos varios TLC no son aún suficientes porque hay que tener protocolos fitosanitarios con los distintos países para permitir el acceso de la producción nacional a esos destinos. En ese punto destacó que el rol del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) será fundamental pues, además de ver la seguridad sanitaria del país, debe encargarse de abrir mercados. 

“Hoy cometemos el error de abrir mercados a través de Cancillería o Relaciones Exteriores, cuando lo que se necesita es diálogo técnico de ambas partes, desarrollo de mercados, empoderamiento y traslado de conocimiento a agricultores, investigación y desarrollo. Creo que esa es la receta del éxito”, concluyó.