Por: Alfonso Bustamante Canny, presidente de Agrícola Cerro Prieto
(Agraria.pe) Desde hace meses, las declaraciones del presidente Castillo sobre una segunda reforma agraria retumban cual tambores de guerra, inquietando el sector privado y en particular a los agricultores de cualquier condición.
Luego, ante el pedido de aclaración sobre tan monumental desatino, el presidente tonifica el amenazante titular, aclarando que esta vez el enfoque estará en la agricultura familiar.
Los voceros del gobierno mencionan que los agricultores no tienen nada de que preocuparse. Se trata de conducir a la agricultura familiar a la modernidad. Se trata de incentivar la formación de cadenas productivas y hacerlas competitivas, procurando así la seguridad alimentaria en el país con rentabilidad económica y social.
¡Qué gran proyecto! Lástima que lleve como título una política que generó un retroceso económico y social de tal magnitud, que ocasionó una masiva migración del poblador rural, especialmente de las zonas altoandinas a la ciudad.
El problema es que el gobierno tiene poca credibilidad y se gana el descrédito a pulso. Sus desaciertos dejan de parecer impericia política para empezar a revelar un plan político de populismo totalitaria. Todos sabemos que ello lleva a la corrupción absoluta y a la destrucción de la economía nacional.
La más reciente muestra es la resolución ministerial del Midagri, que resuelve crear "el Grupo de Trabajo Sectorial para el desarrollo del sector agrario y de riego en el marco de la Segunda Reforma Agraria". Un espacio participativo para diseñar políticas sectoriales del sector agricultura, donde el gran ausente es el sector privado y los representantes de los trabajadores.
La deliberada exclusión del sector empresarial de este grupo de trabajo denota una desidia del Midagri en aprovechar las experiencias que llevaron a miles de pequeños productores peruanos a convertirse en casos de éxito a través de la asociatividad. Tampoco parece interesarles los esfuerzos de formación de cadenas productivas para la agroexportación. En el mundo rural, las cooperativas de productores son grandes impulsadores de desarrollo agrícola y brindan servicios al asociado agricultor de manera justa y eficiente.
Finalmente, el Midagri parece desconocer el esfuerzo integrador de quiénes conforman la Plataforma Nacional del Agro (Planagro) cuyos integrantes, provenientes de la agricultura familiar, cadenas productivas y de la agroexportación, representan al 80% de los gremios agrarios del Perú.
El ganarse la confianza de los ciudadanos empieza por actuar en coherencia con el discurso.
Fuente: Perú 21